El Centro de Soluciones Integradas No Tripuladas (CCBR) de Rusia ha desarrollado una herramienta de hibernación para drones FPV —siglas de vista en primera persona— del modelo Ultimátum perteneciente a la saga Joker. La tecnología "permite que los vehículos aéreos no tripulados entren en modo suspensión durante varias semanas después de haber sido colocados en una posición de ataque", tal y como recoge la agencia estatal rusa TASS.

Esta nueva solución permite un despliegue masivo de drones dispuestos en zonas estratégicas y que se convierten en invisibles para los sistemas de detección ucranianos una vez pasan al modo de espera activa. Cuando los militares deciden ejecutar el ataque, las aeronaves no tripuladas están ya demasiado cerca como para que los escudos antiaéreos puedan derribarlos.

Drones durmientes

"Un dron con un hibernador puede tomar una posición para un ataque", ha explicado Dimitri Kuzyakin, director general del CCBR al mismo medio. "Por norma general, se seleccionan alturas dominantes como techos de edificios u otras estructuras altas" para emplazarlos hasta nueva orden.

Cuando llega el momento de despertar del letargo, señala Kuzyakin, no necesita recorrer una larga distancia para llegar al objetivo. "El dron ya está en su lugar y tan solo necesita encenderse y ejecutar el ataque". Otro de los puntos clave de esta "herramienta de hibernación" es que se minimiza el tiempo de preparación del dispositivo a la hora del ataque.

Dron FPV ucraniano Reuters

"Se ahorra tiempo de vuelo. Sólo pasan unos segundos entre encender el dron y atacar, lo que no deja ninguna posibilidad de lanzar sistemas de contramedidas". Un solo piloto de drones puede colocar, despertar y ordenar ataques hasta 15 drones previamente "dormidos".

El pasado junio, el propio Kuzyakin presentó en TASS el dron Ultimátum como una nueva plataforma de ataque con visión en primera persona. Se trata del último modelo de la saga de drones rusos Joker, creada específicamente para operar bajo cualquier condición climática.

"Nuestro producto puede funcionar en las condiciones climáticas más severas", señala. Según indica, no existe en todo el planeta una cantidad de viento ni de agua que sea capaz de derribar al dron. El Ultimátum puede operar incluso en situaciones "en las que los pájaros tienen miedo a volar". Kuzyakin también indica que este modelo concreto de dron continúa funcionando incluso a temperaturas de -29 grados centígrados.

En cuanto a la carga que puede transportar, el director general del Centro de Soluciones Integradas No Tripuladas dice que no se puede divulgar en este momento. "Sólo puedo decir que el dron puede transportar fácilmente un ladrillo". Haciendo referencia, probablemente, a una carga explosiva de un tamaño y peso similar.

Por el momento hay muchas incógnitas alrededor de esta tecnología. Por ejemplo, cómo consigue trasladarse hasta el punto de hibernación sin ser detectado por los sistemas antiaéreos y no caer preso de las contramedidas electrónicas ucranianas. O si el enlace de comunicación entre el dron y el operador es lo suficientemente resistente a esas mismas armas de interferencia.

Nuevo escudo ruso

Repeler los ataques con drones que Ucrania ejecuta contra Moscú es uno de los retos más importantes a los que se están enfrentando en la actualidad. Los sistemas antiaéreos dispuestos en la capital desde hace meses no parecen ser suficientes como para repeler unos ataques que incluso llegan hasta el mismo centro de la ciudad y a unas semanas de un ataque masivo anunciado por Kiev para celebrar la independencia del país.

Camión con el sistema de guerra electrónica Kasukha-4 Vitaly V. Kuzmin

Para intentar atajarlos, los ingenieros a órdenes de Putin acaban de presentar el sistema de guerra electrónica Zafiro, diseñado "para proteger a las unidades de ingeniería de los ataques de drones durante los trabajos de fortificación", señalan nuevamente desde TASS. El sistema ya se ha probado en la zona de operación militar en la frontera con Ucrania y las especificaciones indican que puede detectar las amenazas a una distancia de 30 kilómetros y actuar contra ellas a 5 km.

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El Zafiro "demostró ser muy efectivo" mientras el personal se mantenía trabajando en la misma área al mismo tiempo que el sistema repelía los ataques aéreos. Se trata de un sistema de interferencia dedicado a proteger las instalaciones de los vehículos aéreos no tripulados de cualquier categoría.

"Al detectar un objetivo e identificarlo como hostil, el Zafiro establece automáticamente su categoría según el peligro para la instalación a la que está protegiendo", apuntan. El sistema envía entonces una señal de alarma y bloquea los sistemas electrónicos del dron, dejándolo fuera de juego. Un sistema similar al que emplea el sistema español CERVUS III que tiene previsto incorporarse al Ejército de Tierra.

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