En ocasiones, vacaciones como las de Semana Santa que comienzan estos días en España se convierten en verdaderos quebraderos de cabeza para las familias. Esta preocupación ante okupaciones o robos lleva a que el 76,24% de la población española cuente con sistemas de seguridad, según un estudio realizado por el Instituto IO Investigación para Securitas Direct. Todo este afán por la seguridad ha conducido a que muchos usuarios opten por soluciones más caseras independientes de las compañías de alarmas tradicionales, siendo una de las soluciones más relevante el ecosistema de seguridad Ring, propiedad de Amazon.

El último lanzamiento de esta compañía, que lleva ya unos cuantos años en el mercado, es el kit de alarma de 5 piezas de Ring (ahora desde 190 euros). Todo un ecosistema que se vende en kits básicos de instalación y que cuenta con un gran abanico de accesorios y sensores para ir integrándolos.

En EL ESPAÑOL - Omicrono hemos podido probar esta nueva versión de la alarma como una de las soluciones caseras más fáciles de montar y con el respaldo de ecosistema que tienda al infinito y está integrado con el asistente Alexa.

Montaje fácil

El kit de alarma de 5 componentes de la prueba viene empaquetado en una única caja donde se encuentran un pequeño libro de instrucciones, los dispositivos y piezas para el montaje. Lo primero que hay que tener en cuenta es dónde se van a colocar cada uno de los integrantes del sistema. Desde la centralita hasta el teclado y pasando por un extensor de cobertura, el sensor de movimiento y el de contacto.

Centralita de alarma Ring I.G.C.

El primer paso de todos es descargarse la aplicación Ring disponible para iOS y Android, que servirá primero como guía de instalación y después como centro de mandos desde donde manejarlo todo o añadir más accesorios en el futuro.

Uno de los puntos clave es que la centralita necesita corriente eléctrica para funcionar, lo que limita en parte la posibilidad de emplazamiento dentro del hogar. Algo que no ocurre con su apartado de conexión, ya que se puede elegir usar cable Ethernet o WiFi. En mi caso —dado que tengo todos los puertos del router ocupados— opté por esta segunda opción y el emparejamiento es instantáneo.

El siguiente paso es ir enlazando uno a uno los accesorios. El proceso es rápido y sencillo gracias a que el emparejamiento con la centralita es instantáneo. Una vez se conoce la aplicación, tan solo se tarda unos segundos en ir conectando cada uno de los componentes y unos 5 minutos en tener el sistema funcionando.

Sensores

El mayor reto es estudiar dónde colocar cada uno de los sensores. En mi caso, he optado por poner el de contacto en la ventana grande que da a la terraza frontal de casa. Mientras que el detector de movimiento ha ido a parar a la parte superior de un mueble apuntando directamente a la puerta principal de entrada.

Sensor de contacto de Ring I.G.C.

El sensor de contacto está compuesto por dos piezas que detectan cuando se separan. Una de ellas va en la jamba y otra en el propio marco de la ventana. En cuanto se separan más de 2 centímetros, el sensor envía un aviso a la centralita y, en caso de que esté activada, hará saltar la alarma.

En cuanto al sensor de movimiento, Ring recomienda colocarlo en un lugar alto y con un buen campo de visión. En este caso, el sistema de alarma ofrece un margen de maniobra desde que detecta una presencia para poner el código. Desde la aplicación puede configurarse para rebajar ese tiempo por si realmente nadie debería entrar en casa.

Detector de movimiento de Ring I.G.C.

El único punto negativo que hemos encontrado al sensor de movimiento es el pegamento que incorpora no es el mejor para según qué superficies. Al pegarlo sobre una madera pulida y barnizada no ha hecho el contacto suficiente cayéndose a los pocos segundos. Se ha solucionado con cinta de doble cara.

Otro de los elementos más importantes es el teclado que cuenta con una batería capaz de "durar meses", según la propia Ring. Este dispositivo se recomienda colocar en un lugar de fácil acceso tras entrar en la vivienda, así que nada mejor como pegarlo en la puerta. Así se evita la excusa de no verlo ni acordarse antes de salir de casa.

Modos de alarma

La alarma de Ring tiene 3 modos de funcionamiento diferentes. El primero de ellos es el desarmado donde la centralita luce de color azul y los sensores no envían alertas. lo que no quiere decir que dejen de funcionar, pues se pueden seguir consultando los movimientos gracias a un historial. Este modo es el perfecto cuando hay gente en casa y no está dormida o alejada en una habitación o piso de arriba.

Existe otro modo —el que conectamos cuando nos vamos a dormir— que se puede configurar al gusto del usuario. Por ejemplo, que el detector de movimiento del salón no envíe alerta pero sí lo haga el sensor de contacto instalado en la ventana. De esta forma, si alguien la abre mientras está activado la alarma sonará. En este caso hay que tener cuidado si nos despistamos y abrimos esa misma ventana por la mañana sin haber desconectado la alarma.

Teclado del Ring I.G.C.

Por último, se encuentra en modo conectado y de total protección. Donde la alarma se encenderá si detecta que la ventana se abre o que hay alguien deambulando por casa. Si se da el caso, la sirena sonará con un volumen realmente alto que no pasará inadvertido a los oídos de los vecinos. En este caso también hay que tener en cuenta a las mascotas —el detector de movimiento puede calibrarse para que no las detecte— y a dispositivos como los robots aspiradores.

Dentro del teclado también existen otros 3 botones extra para disparar manualmente la alarma, enviar un aviso médico y la alarma de incendios. Los tres casos están estrechamente relacionados con la aplicación y las notificaciones que recibirán todas aquellas personas que pertenezcan al hogar. Si se pulsa la emergencia médica, llegará un aviso informando de ello a todos los contactos asignados.

Aplicación Ring I.G.C.

Ring también pone a disposición de los usuarios un par de planes de suscripción al más puro estilo empresa de alarmas. Ambos serán únicamente útiles si se complementa el kit con alguna cámara de videovigilancia, timbres inteligentes o portero automático; ya que permiten almacenar en la nube las grabaciones. La versión más avanzada también cuenta con datos móviles de reserva en caso de que se desconecte la conexión a internet, por WiFi o por cable, para que siga funcionando.

¿Me lo compro?

Marcharse de casa y saber que existe un mínimo de protección siempre es un plus de tranquilidad. Principalmente en épocas de vacaciones o puentes donde los ladrones se aprovechan. Además, gracias a que está conectada con el smartphone nunca existe la duda de si realmente está activada o no, ya que se puede manejar al completo desde la aplicación.

Por los 190 euros que vale el kit más básico de Ring poco más se puede pedir que un funcionamiento extraordinario —como ha demostrado en las pruebas—, instalación sencillísima y una capacidad de ampliación que tiende al infinito. Por ejemplo, con un par de sensores de contacto por 50 euros, sensor de rotura de cristales por 45, sirena exterior por otros 45 euros y la posibilidad de adquirir dispositivos de la primera generación de Ring, que siguen siendo compatibles.

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