La Comisión Federal de Comercio (FTC) de EEUU ha impuesto una multa de 5.000 millones de dólares a Facebook por la filtración de datos de millones de usuarios de todo el mundo. Se trata de la multa más alta jamás impuesta a una compañía tecnológica en los EEUU.

El 2018 fue un año difícil para Facebook; después de que se descubriese que Cambridge Analytica, una compañía especializada en minería de datos, había obtenido los datos de 87 millones de usuarios de Facebook sin su permiso expreso.

Para ello, se aprovechó de las políticas de privacidad de Facebook, creando una app llamada "This is your Digital Life"; aunque sólo 270.000 personas la usaron, al hacerlo dieron permiso a que se accediese a datos de sus amigos. Esta es una funcionalidad que Facebook había implementado oficialmente en su día para fomentar la participación y que los usuarios compartiesen los resultados de las apps.

Facebook multada por el escándalo de Cambridge Analytica

Ahora la FTC ha considerado que, al permitir este tipo de prácticas, Facebook vulneró un acuerdo firmado en 2012, por el que se comprometía a no dar la información de los usuarios sin su consentimiento expreso.

Por lo tanto, la multa no es tanto por los hechos en sí, sino por no haber cumplido la promesa que la compañía de Zuckerberg hizo en su día. Esto es algo que ya se preveía desde el mismo momento en el que saltó la noticia, y el motivo por el que la postura de Facebook siempre ha sido que esas acciones son del pasado, y que en la actualidad no permite ese tipo de prácticas.

Cambio total de la estructura interna

La multa de 5.000 millones de dólares, la mayor hasta ahora, no viene sola; Facebook ha tenido que aceptar ante la FTC un cambio profundo en la manera en la que trata la privacidad de sus usuarios. La junta directiva será reestructurada, incluyendo un comité independiente que evitará que Mark Zuckerberg tenga un control completo sobre los datos de los usuarios.

El control que Zuckerberg tiene sobre Facebook fue una de las cuestiones que más dieron que hablar durante el último año. Según la compañía, este será un "cambio fundamental" en la manera en la que trabajan, y afirman que con la nueva estructura ganarán en transparencia, tanto para arreglar productos viejos como para crear nuevos.

Además de esto, Facebook se ha comprometido a vigilar aún más a las apps de terceros, a no obtener los teléfonos de los usuarios, a informar mejor a los usuarios y a cifrar las contraseñas; este último compromiso llega después de que el pasado marzo se revelase que Facebook guardaba algunas contraseñas en texto plano y sin protección.

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