Hay obras únicas en este mundo, es algo sabido. Podrán gustarte, o no gustarte. Podrás disfrutarlas, o no disfrutarlas. Pero sin duda su impacto, su legado y sobre todo su mensaje pueden ser muy importantes tanto para las personas como para la industria. Y quizás, solo quizás, una de las obras que ha sabido postularse como la reina en este sentido ha sido Neon Genesis Evangelion, la mítica serie anime de Hideaki Anno que tiene ya 24 años.

Esta serie marcó a una generación con un mensaje que trastocaba las bases de muchas obras. Deconstruyó el género de los mechas, se atrevió a hablar de religión y sentimientos y más importante aún: normalizó y sacó a coladero temas que incluso a día de hoy siguen siendo susurrados. En definitiva, Evangelion lo cambió todo, para bien y para mal. Una mítica serie que podemos disfrutar en la actualidad gracias a plataformas como Netflix. Aunque lo de “disfrutar” es bastante… cuestionable.

Y sí, aunque podamos “disfrutar” de Evangelion en Netflix, el desastre no se ha hecho esperar. Por motivos varios, la mítica obra de Hideaki Anno ha sufrido cambios respecto a la versión original en su salida a Netflix. Una obra se puede permitir ciertos cambios para ser adaptada a nuevas plataformas. Pero cuando estos cambios son tan numerosos, tan desastrosos y tan profundos (hasta el punto de desvirtuar momentos importantísimos), no podemos más que lamentarnos.

Evangelion, la serie con alma

Antes de empezar a constatar todos los fallos de la versión de Netflix, debemos entender que esta no es la queja de un fan de la serie clásica como muchas se pueden ver en Internet. Independientemente de si conoces, te gusta o has visto Evangelion, esta serie es de las pocas que pueden presumir de tener alma. Sentimientos. Muchísimas obras como Evangelion, Undertale o GRIS entrando en el terreno de los videojuegos se cimentan en tropos, escenas y momentos sin los cuáles… la obra no sería la misma.

Esto es especialmente clave en Evangelion. Podríamos decir que la serie sirvió como terapia a Hideaki Anno, su creador, y la gran mayoría de momentos que plagan la serie tienen un deje personal que se nota enseguida. Los diálogos, la música, las escenas… todo tiene un porqué. Cambiando este carácter personal para intentar mostrar otro mensaje distinto pervierte la obra y la vuelve algo completamente distinto. Deja de ser Evangelion, y pasa a ser un intento banal de querer cambiar las cosas que la hicieron grande. Y todos los que hayáis visto la serie entenderéis que si bien había cambios esperables, hay algunos que distan mucho de ser justificables.

Fallos que atentan contra los detalles

Si bien todas las series (sobre todo las anime) están cortadas por un patrón y un ritmo, los autores de esta clase de obras que se vuelcan tanto en el proyecto suelen querer dotarlas de cierta personalidad. Un cariz misterioso que no podemos explicar sin entrar en lo sentimental, pero evidente para todo aquel que se fije. Netflix ha hecho cambios a Evangelion en diferentes escenas que van en contra de este cariz. Aunque hay cambios comprensibles, otros como los que vamos a ver no tienen el más absoluto sentido.

Evangelion pretendía dar un mensaje, y lo hacía de múltiples formas. Una era su “ending”: Fly Me to the Moon, el famosísimo tema de Bart Howard cantada por primera vez por Felicia Sanders. Esta parte, en la Evangelion de Netflix, ha quedado sustituida por el tema de Rei Ayanami, un personaje de la trama.

Ending original de Neon Genesis Evangelion

Sí, es cierto que puede sonar “quejica” el poner el grito en el cielo por el cambio de ending de una serie. Pero esta precisamente era una importante; esta canción evoca uan tranquilidad y calma que contrastaban a la perfección con los momentos más emotivos y duros de la serie. Evangelion es una serie sobre sentimientos y personas, y este momento era un potenciador de su mensaje. Toda una pena que lo hayan sustituido, ya que pierde ese aura sentimental que te sobrecogía el alma al final de cada episodio.

A esto se le suma la música en las escenas. En el cine y en las obras audiovisuales, todo lo que vemos en pantalla tiene sentido. Una melodía en el momento adecuado, un ambiente en un determinado contexto, etcétera. Un ejemplo es esta escena de Misato y Kaji, en el episodio 15, que en su versión original tenía una tonadilla melódica de Fly Me To The Moon de fondo. Eso ha desaparecido debido al pago de los derechos de la canción. Si algo hacía grande a Evangelion era el saber elegir las canciones en los momentos adecuados, y eso aquí se ha perdido.

Cambiar un mensaje por otro no es buena idea…

evangelion 5

En este apartado nos vamos a centrar específicamente en una escena que nos ha llamado poderosamente la atención. Hablamos de una serie del año 1995, en un país conservador como Japón. Incluso a día de hoy, hablar de ciertos temas ya sea en Japón o en otras partes del mundo desgraciadamente es tabú. Normalizarlos, hablar de ellos y tratarlos es vital si quieres hacer una obra humana llevada al extremo. Para ello, está el hablar de la sexualidad.

No os vamos a comentar ningún spoiler, pero Hideaki Anno tuvo la valentía de tratar temas como la homosexualidad y la sexualidad en su obra. Por supuesto esto tiene otras lecturas, pero para entenderlas os instamos a los que no hayáis visto la serie a revisar la versión original. En los compases finales de Evangelion podemos ver cómo Anno trata con la naturalidad que merece estos temas en momentos cruciales de la obra.

Repetimos, sin entrar en spoilers, diremos que hacia la parte final, Shinji Ikari (protagonista de la serie) confiesa sus sentimientos acerca de un chico, Kaworu. En una escena icónica, vemos a nuestro protagonista hablar de que Kaworu le decía que le quería, y que Shinji también le quería.

Esta escena fue especialmente importante porque hablaba de los sentimientos de Shinji hacia otro chico con absoluta naturalidad, y le daba una capa extra de realismo a sus palabras el no forzar la conversación por su condición sexual. Simplemente Shinji quería a otra persona, y esa otra persona le quería a él. Esto también se traslada a otras partes de la obra, en la que vemos cómo Shinji se siente atraído sexualmente por otras personas, ofreciendo distintos mensajes en distintos momentos.

En la versión redoblada de Netflix, vemos que esos diálogos han cambiado, suavizando lo que no hay que suavizar. En vez de decir que le “quería”, dicen que “le gustaba”. En los nuevos diálogos se intenta cambiar la orientación para que Shinji parezca que siente algo por otros personajes (obviamente femeninos) cuando esto, en la obra, directamente no es así.

Eso, en la versión doblada. En los subtítulos es todavía peor, porque pasamos de un “gustar” o un “querer a un es la primera vez que alguien me dice que le caigo bien”, convirtiendo en un intento bastante cuestionable de ocultar el componente amoroso una frase que viene del corazón del protagonista. Esto no nos ha parecido en absoluto algo adecuado, siendo francos.

Y más en Evangelion. Repetimos por enésima vez que Evangelion es una serie sentimental, que habla de las personas y aquello que sienten. Cambiando ese componente, intentando esconder lo que ya se normalizó, hace que ver Evangelion en Netflix implique no comprender el verdadero mensaje que se concibió con la serie.

En parte tiene sentido, y en otra parte no

evangelion

El que hayan quitado temas como Fly Me to The Moon tiene sentido desde el punto de vista monetario. Netflix, quitando la canción, se ahorra pagar los derechos por ella, pero al no hacerlo implica que ha de editar la serie de tal forma que no suene, desembocando en que escenas como la de Misato y Kenji pierdan, precisamente, ese aura sentimental que la caracterizaba.

Los derechos de la obra eran de Selecta Vision, pero Netflix adquirió los derechos de transmisión de todos los productos relacionados con la serie en noviembre del año pasado. Esto incluye los 26 episodios originales, las películas “The End of Evangelion” “Death & Rebirth”. El motivo del cambio de doblaje en España puede ser por varios factores, centrados en asuntos de licencias y derechos de doblaje. Es más que probable que en la compra de los derechos de Evangelion no pudiera acceder a los de doblaje y determinadas licencias, y de ahí los cambios.

El gran problema de este asunto no es el trabajo de los dobladores, que hemos de decir que es encomiable; es el trato políticamente correcto a una obra que no pretendía serlo. Si bien estos cambios son lógicos ya que no es posible tenerlo todo, llama la atención que Netflix sí esté dispuesta a pagar todos los derechos posibles de otras producciones en su haber y en el estreno de una de las series más icónicas de la historia se haya dejado tantos cabos en el camino.

Además, contrasta con su contenido. Netflix es famosa por tener muchas producciones en su catálogo, y otras obras como Sense8 promueven la inclusión de ideas positivas y hablan de la orientación sexual sin ningún tipo de tapujos. Es cierto que la serie tiene un doblaje más que conseguido y que algunos cambios de la serie han ido para bien. La inclusión de las demás partes de la obra como “The End of Evangelion” (y más adaptada a los ratios de aspecto de nuestros tiempos) son cosas que hay que reconocerle a Netflix.



Es bastante decepcionante, siendo francos, que la llegada de una serie que marcó a una generación como la de Evangelion esté empañada ya no solo por problemas técnicos, sino por prácticas que no podemos sino lamentar. Si queréis ver la auténtica Evangelion, la que trastocó las bases del anime tal y como lo conocemos, os recomendamos buscar en otro sitio. Porque la comodidad de ver una obra así en Netflix no compensa el perder una parte importante del mensaje.

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