Las baterías de los coches eléctricos, aparte de que son el talón de aquiles de este tipo de vehículos, y que son extremadamente caras (por ello se recurre al alquiler, pues comprar una te cuesta como mínimo 5000 euros adicionales al propio coche), tienen una vida útil corta: cuanto más se usa, más rápido van perdiendo autonomía, pues pierden capacidad de almacenamiento de carga, y por lo tanto, autonomía en kilómetros.

Por ello, muchas compañías buscan una segunda vida donde reutilizar estas baterías. Lo que quiere hacer Nissan con las baterías de sus Nissan Leaf, concretamente, es usarlas para almacenar energía solar y poder iluminar farolas allá donde no llega la electricidad, o en lugares que hayan sido devastados por eventos meteorológicos.

Las baterías, a pesar de que llega un punto que no pueden impulsar coches, sí que pueden servirnos de otros maneras

De esta forma, gracias al proyecto Reborn Light se consiguen esencialmente tres cosas: se da una nueva vida a una batería inútil para impulsar vehículos; se reduce el impacto medioambiental al usar energía solar; y se ayuda a recuperar la normalidad en zonas devastadas, así como se desarrolla un sistema de iluminación independiente de la red eléctrica, por lo que ante una eventual caída o ante una caída permanente de la red, esta iluminación seguiría funcionando gracias a las baterías de coches.

Iluminación solar independientes gracias a viejas baterías de Nissan Leaf

Y no solo es útil para ayudara recuperar la normalidad en zonas devastadas, por ejemplo, por un terremoto que haya destruido la red, como ya ha ocurrido, sino para llevar luz a bosques que necesiten iluminación, islas desiertas, o incluso iluminar el centro del océano atlántico; en definitiva, Nissan quiere no solo sustituir los actuales sistemas de luz, sino llevar la luz y la electricidad a donde nunca antes ha estado (recordemos que a día de hoy, el 17% de la población mundial sigue sin electricidad).

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Cada farola cuenta con su propia batería capaz de almacenar el sobrante de energía durante el día. Tienen 4,2 metros de alto y usa tecnología LED para iluminar (consume menos) y como ya sabemos, no dependen de ninguna infraestructura eléctrica, ni están conectadas a ninguna red; funcionan de forma completamente independientes, incluso entre sí mismas.

Pero no quedará ahí, pues Nissan quiere darle otros muchos usos alternativos a las baterías en desuso. Otra de las soluciones pasa por estaciones de carga de smartphones en las que cualquier puede llegar y, mediante la energía solar almacenada en la batería de coche, cargar su teléfono. El proyecto piloto comenzará iluminando Namie, una región japonesa devastada por el tsunami que destruyó Fukushima, donde esta tecnología será probada y evaluada.

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