Hoy se ha anunciado el fallecimiento de Masaya Nakamura, fundador de Namco, a los 91 años; el principal culpable de que sepas quién es Pac-Man.

En la actualidad la industria del videojuego mueve miles de millones de euros y es una de las más importantes de la industria del entretenimiento; por eso es algo chocante darse cuenta de que estuvo a muy poco de ser destruida por completo al poco de empezar.

Los sistemas domésticos, liderados por la Atari 2600, habían conquistado millones de hogares; pero fue entonces cuando la juventud y la ingenuidad de los que trabajaban en la industria quedó bien patente. Visto en perspectiva, la crisis del videojuego de 1983 era poco menos que inevitable.

De atracciones a videojuegos

Masaya Nakamura no era precisamente un ingenuo por aquel entonces; en 1955 había fundado Nakamura Seisakusho, dedicada inicialmente a las atracciones. En la década de los 70 se expandieron a las máquinas arcade, como Racer; estas antecesoras a los videojuegos mezclaban objetos reales en un tablero con sonidos y luces producidas electrónicamente.

El éxito de estos productos motivó a Nakamura a dar el salto a los videojuegos; sólo había un problema, que justo entonces la burbuja de la industria estaba a punto de explotar. En vez de huir y buscar pastos mas verdes, Nakamura se planteó simplemente hacerlo mejor. Así nació Namco (Nakamura Amusement Machine Manufacturing COmpany).

Claro, que no podía partir desde cero; afortunadamente, una gran oportunidad se le presentó ante él. Atari, la por entonces dominadora del mercado, tenía serios problemas financieros con su división en Japón y quería deshacerse de ella.

Masaya Nakamura, el hombre que lo arriesgó todo por los videojuegos

Atari Japan no era una compra muy atractiva, la verdad; a la situación de la industria hay que sumarle las grandes deudas y los rumores de que los empleados robaban de sus arcas. Sega hizo una oferta de 50.000 dólares y desde Atari pensaron que era mejor que nada; entonces llegó Nakamura e hizo una oferta de medio millón de dólares, dejando sin habla a todo el mundo.

Este podría haber sido el final de Namco. Pero no lo fue. Nakamura tardó dos años en pagar las deudas de Atari Japan, pero a cambio sacó un gran provecho de la inversión, llenando salones, bares y parques de atracciones de toda Japón de máquinas con las famosas licencias de Atari.

Este era el escalón que Nakamura necesitaba para meterse de lleno en el sector de los videojuegos. Gee Bee fue el primer videojuego de Namco, aunque no era mas que un clon de Breakout sin nada llamativo.

La primera revolución de Namco llegó con Galaxian, el primer videojuego en usar gráficos con colores RGB verdaderos; en su momento, fue una explosión de color que puso a Namco en el mapa.

Pac-man, el videojuego entre videojuegos

La guinda al pastel fue Pac-man. Creado por el diseñador Toru Iwatani, Nakamura se implicó personalmente en el proyecto que haría de Namco la tercera gran compañía de videojuegos de Japón. Pac-man es algo más que un videojuego, es el icono de toda una generación; y aunque Nakamura no lo creó, si que es su “padre adoptivo”, el que hizo todo lo posible para que triunfase.

Su estilo de juego, en el que teníamos que recorrer un laberinto mientras esquivábamos fantasmas, era adictivo como pocos; sobre todo cuando el protagonista se volvía invencible y las tornas cambiaban. De esta forma, la experiencia no era tan lineal como en otros juegos; todo el mundo, desde el jugador hasta la audiencia que se aglomeraba a sus hombros, esperaba ese momento mágico.

También hay que agradecer a Nakamura la elección del nombre; en Japón originalmente se llamaba Puck-man, pero Nakamura tenía miedo de que cuando el juego llegase a EEUU y países angloparlantes, algún vándalo cambiase la “P” por una “F”.

El legado de Nakamura va mas allá de un juego; sus decisiones dieron forma a una nueva industria, que revivió con la llegada de nuevas consolas de Nintendo y Sega. Los juegos de Namco fueron vitales para reavivar el interés de la audiencia, y Pac-man siempre estuvo al frente