De entre todos los nominados a los premios Oscar 2015 encontramos nombres conocidos como Birdman, Interstellar o The Imitation game; todas estas cintas tienen en común dos cosas: están disponibles para descarga en Internet y a sus creadores no les hace nada de gracia. Pero hay una excepción.

Leviathan no es una super-producción como el resto, no está protagonizada por actores famosos ni hemos visto nada de publicidad de ella. Pero en los últimos meses está en boca de todos, después de recibir un Globo de Oro y de ser nominada a un Oscar como mejor película extranjera, y por supuesto eso implica que su popularidad en las páginas de descargas ha aumentado de forma estratosférica, a lo que ayuda mucho su historia sobre la Rusia corrupta. Lo curioso es que a sus creadores no le importa.

“Todas las películas nominadas a un Oscar han sido descargadas por piratas. No vamos a perseguir a nadie.” Alexander Rodnyansky, productor de Leviathan.

Pero eso no significa que el trabajo realizado en Leviathan no vaya a obtener recompensa. Al enterarse de la postura de sus creadores, el productor Slava Smirnov ha creado una página web en la que podemos donar la cantidad que queramos; la página no tiene relación con los creadores, sino que ha sido montada para agradecer el trabajo realizado y la valentía de hacer una cinta sobre un tema tan difícil y perseguido en Rusia.

Aunque Rodnyansky ha agradecido esta campaña de apoyo y anima a cualquiera que haya descargado la película a que done; pero al mismo tiempo también ha rechazado el dinero, pidiendo en vez de eso que la cantidad recaudada vaya a parar a ONGs. En vez de perseguir a piratas el verdadero desafío ahora es estrenar la película en su país, ya que aunque ha llegado a cines de todo el mundo en Rusia aún no tiene fecha de estreno.

kinopoisk.ru

Estamos por tanto ante un caso mas en el que gracias a Internet los ciudadanos de un país pueden disfrutar de la libertad de expresión que se les niega “en la vida real”. Millones de rusos podrán ver Leviathan y donar si les ha gustado, en vez de depender de que el censor de turno apruebe la cinta o no.