Sería una gran sorpresa si Gravity no ganase el Oscar a mejores efectos especiales como mínimo, y cualquiera que haya visto la película sabe por qué. Al fin y al cabo, prácticamente la totalidad de la cinta está hecha por ordenador, pero esto no solo no distrae sino que permite hacer escenas y montajes que de otra manera serían imposibles, y eso es lo mejor que se puede decir de unos efectos especiales para una película.

Mezclando actores reales con entornos creados por ordenador

Ahora sus creadores han desvelado parte del proceso de creación de estos efectos, cuya mayor dificultad, irónicamente, la produjeron los propios actores de carne y hueso. Y es que básicamente se hicieron tres películas: la primera, la versión preliminar creada enteramente por ordenador (ejecutando Linux) que serviría para colocar los planos y definir los movimientos de las cámaras que luego se seguirían en el rodaje; en la segunda Sandra Bullock y George Cloney tenían que seguir los movimientos pre-definidos, pero al mismo tiempo actuando con la naturalidad necesaria para que no pareciesen robots.

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La tercera versión cogía la segunda y la mezclaba con la primera, encajándolo todo en un puzle único que resultó en lo mejor de ambos mundos.

Fuente | Framestore