Con el paso del tiempo y los avances en la seguridad informática, cada vez confiamos más en la compra-venta de productos en Internet (entradas para eventos, viajes, electrónica, moda…) pero cuando se trata de recibir un paquete que nos envían desde un lugar algo alejado de nuestro domicilio o, simplemente, por estar fuera del alcance de nuestras manos, aún nos cuesta confiar en que lo que hemos comprado llegará de una sola pieza, siendo el mismo producto que nos ofrecían o, lo más importante, si no se perderá por el camino.

Cuando compramos un producto en internet sabemos que la compra se ha realizado con éxito porque hemos recibido una notificación, e incluso podemos realizar un seguimiento de la situación y estado del paquete, pero todo esto de una manera virtual, ¿debemos confiar en el complejo sistema de automatización que decide dónde debe ir cada paquete? ¿es realmente tan sencillo como nos lo hacen ver?

Para dar respuesta a todas esas preguntas, un ciudadano holandés decidió enviarse un paquete a sí mismo. ¿El contenido?, una cámara oculta con un complejo mecanismo de grabación (tanto de vídeo como audio) con el que poder ver el desconocido viaje que hacía la caja durante el envío.

(Este caso es aplicable tanto al envío por compras realizadas en internet como a envíos particulares de un domicilio a otro).

El resumen de este peculiar envío lo podéis ver en el siguiente vídeo:

¿Qué os ha parecido? A continuación, el autor de este proyecto decidió recopilar algunos momentos curiosos (audio original):

Aquí os dejo el link donde podréis ver cómo se instaló la cámara de grabación y todo el proyecto completo, además de otros peculiares proyectos dirigidos por Ruben Van Der Vleuten, su autor.