Quien siga un poco todo esto de los lanzamientos, las misiones y demás, sabrá que nunca se deja absolutamente nada al azar cuando se trata de una misión espacial. Todo está parametrizado, protocolizado y perfectamente contemplado. Y para llegara a tal nivel de perfección es necesario y vital estar muy bien entrenado. Son muchísimos meses de duro trabajo los que han invertido los integrantes de los transbordadores en el simulador que hoy podemos ver más de cerca.

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Actualmente se encuentra en el museo del vuelo en Seattle, y es la única pieza en la que los vistantes pueden entrar y ver su interior. Exteriormente imita perfectamente al fuselaje de un transbordador, excepto porque no dispone de alas. Por todo lo demás es una replica exacta. Debe impresionar pasar por el mismo lugar por el que han pasado todos los miembros de una tripulación desde que empezaron las misiones en transbordador en 1981.

La replica también dispone de la bahía de carga con el brazo robótico, tal cual es en realidad. Las cámaras presurizadas, el cuadro de mando, los asientos donde se sentaban los tripulantes para el lanzamiento, todo es una réplica exacta, utilizada hasta el año pasado para el entrenamiento. Estrechas entradas, angostos pasillos y para los más curiosos también está la réplica del baño. Una auténtica gozada para el más aficionado.

Como estamos demasiado lejos para poder disfrutar en vivo de esta réplica, os dejamos con algunas imágenes que el artículo de Wired ha puesto de la réplica de entrenamiento. Sin duda una visita fascinante, y una lástima pensar que a corto plazo no habrán más lanzamientos de transbordadores. Por el momento el mantenimiento y abastecimiento de la Estación Espacial Internacional se realiza mediante las naves Soyuz rusas.

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Via Wired