El sistema Piorun MPADS.
Bélgica blinda su escudo antiaéreo con el sistema Piorun frente a la amenaza creciente de drones
En los últimos meses la presencia de drones ha obligado a cerrar temporalmente varios aeropuertos e incluso ha alcanzado el perímetro de una central nuclear.
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Bélgica ha puesto en marcha un nuevo sistema de defensa antiaérea para proteger infraestructuras críticas y bases militares ante el auge de los drones, una amenaza que en los últimos meses ha obligado a cerrar temporalmente varios aeropuertos e incluso ha alcanzado el perímetro de una central nuclear.
El ministro de Defensa belga, Theo Francken, entregó este martes el sistema Piorun en el cuartel de Heverlee, en Lovaina.
Se trata de un arma portátil de cañón largo, que se dispara desde el hombro y está diseñada para neutralizar desde tierra drones de grandes dimensiones, así como helicópteros y aeronaves que vuelan a baja velocidad.
“Los drones están transformando el campo de batalla. Tras los incidentes con drones del mes pasado, el gobierno ha decidido acelerar la inversión en capacidades antidrones”, afirmó Francken en un mensaje publicado en la red social X.
El ministro subrayó además que “la detección, identificación y neutralización no son un lujo, sino una necesidad”.
El sistema Piorun, fabricado y adquirido en Polonia, incorpora un kit de respuesta rápida frente a amenazas aéreas de baja cota.
Según informó la agencia de noticias “Belga”, este equipamiento estará disponible en todas las bases militares belgas a partir del próximo mes de enero, como parte del refuerzo inmediato de la defensa del país frente a este tipo de incursiones.
30.000 incidentes
En los últimos meses, Bélgica ha registrado múltiples incidentes con drones en infraestructuras sensibles, incluidos los aeropuertos de Bruselas-Zaventem, Amberes, Ostende y Lieja, lo que obligó a cerrar temporalmente las instalaciones y a cancelar decenas de vuelos.
También se detectaron vuelos no autorizados en el entorno de la central nuclear de Doel, en el norte del país, y sobre bases militares como Elsenborn, cerca de la frontera con Alemania, y Marche-en-Famenne, en el sur.
Los servicios de inteligencia belgas consideran que detrás de estas acciones podría estar un “actor estatal”, probablemente Rusia, lo que ha elevado el nivel de preocupación en el ámbito de la seguridad nacional.
Pese a la alarma generada, las autoridades recuerdan que el uso de drones es muy frecuente en el país: solo el año pasado se contabilizaron unos 30.000 incidentes, aunque en apenas dos ocasiones fue necesario que aviones comerciales modificaran su ruta.
Con la incorporación del sistema Piorun, Bélgica busca ahora mejorar su capacidad de disuasión y respuesta frente a un riesgo que consideran cada vez más real y sofisticado.