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Este martes, el Gobierno adjudicó 6.800 millones de euros a la industria de defensa, con Indra entre los principales beneficiados, aunque desde el sector apuntan que se deberá abrir negociaciones con otras compañías para formar uniones temporales de empresas (UTE) y consorcios que eviten una pugna interna en el sector.

En esta línea, el presidente de Aesmide, Gerardo Sánchez Revenga, destaca en declaraciones a EL ESPAÑOL que los consorcios “fomentan sinergias entre las empresas, impulsan un compromiso compartido y permiten alcanzar objetivos que, de manera individual, serían inalcanzables”.

Y subraya que “la suma de capacidades siempre es interesante y es una buena fórmula para la cadena de suministro”.

El presidente de Aesmide asegura que “los planes industriales son una oportunidad” para impulsar el desarrollo económico y fortalecer el tejido empresarial del país.

En ese sentido, señala que “un buen ejemplo es el anuncio que hizo ayer Indra, calculando que las adjudicaciones que había conseguido les permitirían crear 3.000 nuevos empleos y comenzar a trabajar con más de 200 nuevos proveedores”.

Unos datos que según ha podido confirmar EL ESPAÑOL "podrían aumentar hasta los 15.000, si sumamos empleos directos, indirectos e inducidos" y unos 12.000 nuevos empleos directos, indirectos e inducidos". E incluso "podría llegar a un total de 1200 proveedores"

A la espera de conocer los detalles de los tres decretos que autorizan 6.900 millones de euros en créditos a interés cero —pendientes aún de publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE)—, fuentes gubernamentales avanzan que los 31 programas de modernización de las Fuerzas Armadas incorporarán un nuevo procedimiento destinado a reforzar la colaboración entre empresas.

Como ya hemos apuntado desde El ESPAÑOL el sector se considera que, tanto en la fabricación de vehículos militares como en el desarrollo de nuevas tecnologías de comunicaciones y guerra electrónica, las opciones de crear uniones temporales de empresas y consorcios para obtener los mejores productos son la opción más deseada a la hora de cumplir con los contratos adjudicados.

Estabilidad en el sector

Respecto a su valoración de la reciente aprobación de la mayoría de Programas Especiales de Modernización que quedaban pendientes, Sánchez Revenga defiende que, acuerdos como los alcanzados, "ayudan a generar una mayor seguridad y previsibilidad para la cadena de suministro, lo que permite invertir en innovación y desarrollo que son unos de los objetivos determinados por la secretaría de Estado de Defensa”.

“La cadena de suministro, las pymes, están deseosas de invertir, de innovar y desarrollar, solo necesitan saber hacia dónde tirar y una cierta seguridad a futuro, estos planes ofrecen precisamente esas condiciones”, puntualiza.

Según ha podido saber El ESPAÑOL, el Gobierno busca que el sector de la defensa actúe de forma cohesionada y coordinada. Indra asumirá el papel de contratista principal en la mayoría de los 18 de los 31 programas que ya cuentan con financiación aprobada.

Nada más conocerse la adjudicación, Indra aseguraba que "pondrá en valor en estos programas su papel de empresa tractora de la industria de la defensa, activando su red de más 1.000 proveedores e incorporando a otros más de 200 nuevos socios industriales".

La compañía presidida por Ángel Escribano deberá presentar en los próximos días un plan industrial en el que detalle el desarrollo de cada proyecto y las empresas con las que colaborará en cada uno de ellos.

Con esta estrategia, el Ejecutivo pretende dinamizar la industria, favorecer el crecimiento de las pequeñas y medianas compañías y superar las dificultades de cooperación que persisten en el ámbito de la defensa española.

Evitar tensiones

La filosofía del Gobierno con estos programas apuesta por fomentar la creación de sinergias entre todas las empresas implicadas, con el objetivo de que ninguna quede al margen, incluso aquellas cuya actividad principal no está centrada exclusivamente en la defensa.

La estrategia busca promover la colaboración y la integración de distintas compañías en los proyectos, impulsando además el desarrollo de tecnología dual —aquella con aplicaciones tanto civiles como militares— en varias de las adjudicaciones y líneas de investigación previstas.

Pero el sector está muy nervioso. De hecho, nada más conocer la adjudicación de los 6.800 millones de euros a la industria de defensa, ya surgieron los primeros roces.

GDELS-Santa Bárbara Sistemas emitió un comunicado tras conocer varios de los proyectos a los que optaba serán finalmente liderados por Indra: en concreto, los sistemas ATP para vehículo autopropulsado sobre ruedas (1.181 millones de euros), otro sobre cadenas (1.821 millones) y un vehículo lanzapuente sobre ruedas (190 millones).

En la nota, la compañía subraya que su propuesta para estos programas “cumple en mayor medida los requisitos técnicos demandados por el Ministerio de Defensa”, en referencia a los criterios establecidos para la adjudicación de contratos dentro del plan de modernización militar.

Y para ello, la compañía detallaba las “16 razones para confiar en los sistemas ATP Cadenas y Lanza Puentes de SBS” como los más idóneos.

Ahora será el contratista principal de los citados principales programas, en este caso Indra, quien determine las empresas con las que colaborará.