Las claves
nuevo
Generado con IA
Los más de 6.800 millones que el Gobierno ha adjudicado a la industria de defensa, con Indra y Escribano como grandes beneficiarios, les ha convertido en el centro neurálgico de la reestructuración del sector.
Es el primer paso de la reestructuración del sector. Pero todo apunta a que la tecnológica que preside Ángel Escribano tendrá que abrir negociaciones con otras entidades para formar UTEs y crear consorcios que eviten una guerra entre empresas que ponga en duda el proceso.
La empresa ya ha anunciado que este aumento de actividad elevará hasta 1.200 empresas la red de proveedores que maneja, de los que 500 serán "gestionados de manera directa como socios de primer nivel". El 65% de esos proveedores son pymes, startups y centros tecnológicos.
Más allá de esa actividad propia, Indra cuenta con Tess Defence, el consorcio que lidera y que comparte con GDLES-Santa Bárbara Sistemas, Escribano y Sapa, encargado de desarrollar el blindado 8x8 Dragón. Este grupo será además el encargado del vehículo de apoyo sobre cadenas VAC, por 788 millones en una primera fase.
Desde el sector se considera que, tanto en la fabricación de vehículos militares como en el desarrollo de nuevas tecnologías de comunicaciones y guerra electrónica, las opciones de crear uniones temporales de empresas y consorcios para obtener los mejores productos son la opción más deseada a la hora de cumplir con los contratos adjudicados.
La filosofía del Gobierno con estos programas también pasa por que se formen grupos y relaciones entre todas las empresas implicadas para que nadie quede fuera, incluso aunque no se dediquen sólo a la defensa. Es el caso de la tecnología dual que se puede desarrollar en varias de las adjudicaciones y programas de investigación.
Ese proceso va a depender ahora del desarrollo de los programas que hagan empresas como Indra y Escribano. Ambas están en proceso de fusión y mantienen relaciones para comprar a otras compañías en España, muchas de las cuales son ya sus proveedores.
Ha sido precisamente uno de los socios de esa alianza Tess Defence, la filial de General Dynamics (Santa Bárbara), quien ha puesto en duda dos de las adjudicaciones más altas a Indra y Escribano (el obús autopropulsado de cadenas y el lanzapuentes, por más de 2.000 millones), por entender que su oferta tiene mejores opciones.
El mismo día de conocerse las adjudicaciones, General Dynamics ha solicitado iniciar "conversaciones con Indra en los próximos 15 días como coordinador", con el fin de desarrollar el Plan Industrial y Tecnológico asociado a los préstamos concedidos por el Ministerio de Industria para esos dos programas.
Impugnaciones
En el sistema de adjudicación, los programas cuentan con una financiación previa a las empresas a tipo de interés cero por parte del Ministerio de Industria. Las empresas facturan luego a Defensa y saldan el crédito con Industria.
Antes de que el Consejo de Ministros anunciara la adjudicación de más de 6.800 millones para las empresas de defensa, ya se habían lanzado advertencias sobre el sistema de adjudicación directa que se utiliza de forma habitual en este tipo de contratos por ser cuestiones de seguridad nacional.
Así lo avala el artículo 346 del Tratado de la Unión. Pero esa misma normativa establece que debe tratarse de productos únicos, sin mejores alternativas en el mercado para cumplir su función. Si hay dos productos similares de empresas diferentes, se debe convocar concurso.
Incluso si no hay producto o servicio a nivel nacional que cumpla con los requisitos demandados por el Ministerio de Defensa, sobre el estándar de la UE y la OTAN, tendría preferencia alguna empresa del entorno europeo.
Fuentes jurídicas conocedoras de ese procedimiento advierten que en caso de que alguna empresa o institución impugne la adjudicación directa y se estime válida su reclamación, el proceso se paraliza y se dilata en el tiempo hasta tomar una decisión técnica y administrativa al respecto.
Ese tipo de procesos son los que se quieren evitar desde el Ministerio de Defensa, sobre todo por el impacto que supone sobre las informes y el cuerpo técnico y directivo que, inicialmente, ha avalado la operación con la información disponible en su momento.
Fuentes empresariales aseguran que un entendimiento fluido entre Indra y Santa Bárbara, que son las dos empresas que más negocio relacionado con la defensa mueven en España (tras Airbus y Navantia), allanaría el desarrollo del sector y la coordinación entre empresas y proveedores.
Precisamente, esta misma semana se entregan al Ejército los primeros once blindados 8x8 Dragón, desarrollados por Tess Defence, donde ambas compañías comparten actividad, junto a Escribano y Sapa.
El programa se desarrolla con más de un año y medio de retraso sobre su última actualización, en 2020, si bien el origen viene de una década antes. El Ministerio ya ha mostrado sus dudas sobre su desarrollo, hasta el punto de que llegó a imponer 9 millones de multa al consorcio y le ha advertido que tomará medidas si se mantienen los retrasos.
El presidente de Indra, Ángel Escribano, aseguró que la previsión era entregar entre 65 y 80 unidades antes de fin de año, si las circunstancias lo permitían.
Esta vez, los once primeros 8x8 van a pasar a manos del Ejército de Tierra para que haga su "certificación operativa" propia, una vez que desde las empresas fabricantes se ha certificado su funcionamiento.
