El Estado Mayor de la Defensa, a través de la Armada, mantiene un despliegue permanente en aguas del Estrecho de Gibraltar y Mar de Alborán. Como parte de la zona marítima de interés para España, en esa región del sur peninsular se encuentran navegando dos embarcaciones de guerra.
La más reciente ha sido el patrullero P-83 Isla de León, que partió desde su base en el puerto de Ceuta para realizar labores de "presencia naval, vigilancia marítima e inspección de los espacios de interés nacional" en las cercanías de la ciudad autónoma y las plazas españolas en el norte de África.
"Mediante esta operación de Presencia, Vigilancia y Disuasión (OPVD) se consigue un mejor conocimiento del entorno marítimo, así como el control de los buques que navegan por nuestras aguas, además de contribuir a la prevención y detección de actividades ilícitas".
Vigilancia desde el P-83 isla de León
También permite detectar "anticipadamente cualquier tipo de amenaza, disuadir ante la posible comisión de hechos delictivos y, llegado el caso, facilitar una respuesta inmediata y viable ante una potencial crisis".
Tal y como apuntan desde el Estado Mayor de la Defensa (EMAD), en este contexto, el Isla de León se "consolida como un pilar fundamental de la presencia militar en la zona naval de su responsabilidad".
Su particular área de operaciones se centrará en las inmediaciones de Ceuta, "pero también en otros puntos estratégicos del Estrecho de Gibraltar, los peñones de Vélez de la Gomera y Alhucemas y la isla de Alborán", señalan desde la institución dependiente del Ministerio de Defensa.
El patrullero, al mando del teniente de Navío Jaime Garat González, se encuentra integrado en el Mando Operativo Marítimo (MON) y bajo control operativo del Mando de Operaciones (MOPS).
En la misma zona donde se encuentra navegando el Isla de León, el pasado 8 de agosto se desplegó el patrullero Atalaya, procedente de Ferrol, que permanece desplegado. Según la Armada, este segundo buque regresará al puerto gallego cuando cumpla un mes de misión.
Patrullero Isla de León
Tal y como explica el EMAD, el patrullero ceutí se integra en el Mando de las Unidades de la Fuerza de Acción Marítima en Cádiz (COMARDIZ) y toma su nombre de la Isla de León que alberga a la localidad gaditana de San Fernando.
El P-83 Isla de León fue construido en el 2002 en Vigo y pertenece a la clase Rodman 101, convirtiendo al buque en una pieza única dentro de la Armada al no existir un modelo hermano.
Esta familia de patrulleros de la Armada la completan los P-81 Toralla y P-82 Formentor, las unidades originales botadas en los 80, con base en Cartagena, y el P-84 Isla Pinto, perteneciente a la clase Rodman 66, con base en Melilla y botado en 2023.
P-83 Isla de León
En un primer momento, el P-83 prestó su servicio como parte de la flota de la Consellería do Mar de Galicia, donde realizó labores de vigilancia marítima e inspección de pesca.
Tras casi dos décadas de trabajo en aguas gallegas, la Armada lo incorporó a su flota en octubre de 2022 tras un periodo de adaptación a los estándares militares, dando comienzo entonces a su operación desde el puerto ceutí.
El P-83 tiene 31 metros de eslora por 6 de manga y un desplazamiento que alcanza las 62 toneladas a plena carga. Cuenta con una dotación de 10 personas, una ametralladora de 12,7 milímetros como arma principal, radares y dos propulsores jet que le permiten una maniobrabilidad muy avanzada.
Patrullero Atalaya
El patrullero Atalaya es la última de las embarcaciones clase Serviola en construirse. Se botó a finales de 1991 y entró en servicio a mediados de 1992, teniendo desde entonces su base en la localidad de Ferrol.
Se trata de una embarcación de 68 metros de eslora por 10,33 de manga y un desplazamiento de 1.106 toneladas.
Al igual que el resto de Patrulleros de Altura, señalan desde el EMAD, el Atalaya fue concebido para navegar en alta mar durante periodos prolongados de tiempo y con capacidad de operar hasta con mar gruesa sin que se produjera una degradación de sus funciones.
Patrullero Atalaya
Asimismo, estos buques están "diseñados para llevar a cabo misiones de toda índole", destacando la seguridad marítima, protección de los intereses marítimos nacionales y el control de los espacios de interés permanente.
También lleva a cabo misiones en colaboración con Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la mar, tales como operaciones contra el narcotráfico o el terrorismo. Según recoge el EMAD, realiza igualmente misiones de control y protección del tráfico marítimo, vigilancia y control de pesca y lucha contra la contaminación marítima.
Para llevar a cabo todas estas misiones, el Atalaya cuenta con radares —tanto de superficie como aéreos— y armamento. Este último aspecto está protagonizado por un cañón de 76 milímetros y 2 ametralladoras de 12,7 milímetros.
