"Gaza está ardiendo". Ese ha sido el mensaje publicado este martes por el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, confirmando una escalada en la intensidad de los bombardeos indiscriminados sobre Ciudad de Gaza y dando luz verde al inicio de la última fase de la ofensiva terrestre para hacerse con el control total de la urbe más grande de la Franja.
El avance en las operaciones se produce además en un momento clave y simbólico: durante la visita a Israel del secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio. El representante de Trump, principal aliado del Gobierno de Benjamin Netanyahu, también tiene previsto reunirse este martes con los gobernantes de Catar y tratar de rebajar las tensiones en Oriente Próximo, disparadas aún más a raíz del bombardeo israelí sobre un edificio catarí que mató a cinco miembros de la cúpula del grupo terrorista Hamás.
"Las Fuerzas de Defensa de Israel atacan con mano dura la infraestructura terrorista y sus soldados luchan con valentía para crear las condiciones necesarias para la liberación de los rehenes y la derrota de Hamás", aseguró Katz tras una de las noches más intensas de ataques contra la capital, pero también en otros sectores del enclave palestino. "No cejaremos en nuestro empeño y no daremos marcha atrás hasta que la misión se haya cumplido", sentenció.
Una gran nube de humo se eleva desde Gaza tras los últimos ataques israelíes.
"Hemos iniciado una poderosa operación en Ciudad de Gaza", corroboró por su parte Netanyahu antes del comienzo de la sesión de este martes de su juicio por corrupción, según informó el diario Yedioth Ahronot. Una medida que coincide además con la publicación de un informe de la Comisión de Investigación de la ONU que acusa a Israel de estar perpetrando un genocidio en Gaza.
Las Fuerzas de Defensa de Israel confirmaron la movilización de dos divisiones, a las que se sumará una tercera en los próximos días, y miles de soldados para expandir la Operación Carros de Gedeón B, que está dirigida personalmente por el jefe del Ejército, el general Eyal Zamir. Su objetivo, dicen, es acabar con los entre 2.000 y 3.000 milicianos de Hamás que se encuentran en el "principal bastión" del grupo islamista
Rubio, en unas declaraciones compartidas con los periodistas cuando embarcaba rumbo a Catar, ya había sugerido que la ofensiva final sobre Ciudad de Gaza había comenzado. "Los israelíes han comenzado a operar allí. Así que creemos que tenemos muy poco tiempo para llegar a un acuerdo", reconoció tras haber dado el respaldo de la Administración Trump a los planes bélicos de Netanyahu en la Franja, donde han sido asesinadas más de 64.000 personas, incluidos 19.000 niños.
Miles de desplazados
Los ataques durante la noche combinaron bombardeos aéreos con misiles y drones y ataques de artillería, así como de disparos desde helicópteros, mientras que el cielo de la capital gazatí se iluminó en numerosas ocasiones con bengalas del Ejército que llamaban a la evacuación de la ciudad, según recoge la agencia Efe.
El endurecimiento de los ataques afectó al campamento de refugiados de Shati, los de Tal al Hawa, Al Daraj, Al Maghribi o Al Sabra, Sheikh Radwan y en Al Karama.
Las autoridades de la Franja aún no han difundido datos oficiales de los fallecidos a causa del recrudecimiento de los bombardeos. Medios locales como la agencia Sanad (vinculada a Hamás) informaron a lo largo de la noche de la muerte de al menos ocho personas en una vivienda gazatí, así como de un número indeterminado de heridos. Otras fuentes indican que hubo más de tres decenas de fallecidos.
Durante la noche, fuentes locales indicaron a Efe que los tanques israelíes avanzaban y retrocedían progresivamente desde la periferia de Ciudad de Gaza para ir ganando terreno. "El Ejército ha comenzado a desmantelar infraestructura terrorista en la ciudad de Gaza", anunció el portavoz en árabe de las fuerzas armadas, Avichay Adraee, en un comunicado en la red social X.
Refugiados palestinos abandonan sus casas en Ciudad de Gaza ante el inminente ataque israelí.
El cerco a la urbe ha forzado a en torno al 40% del millón de habitantes a abandonar sus casas, o más bien lo que queda de ellas, durante las últimas semanas, desde que el Ejército israelí reanudó sus operaciones en las afueras de la capital gazatí.
"Nuestra preferencia, nuestra opción número uno, es que esto termine mediante un acuerdo negociado", afirmó Marco Rubio. Tras su reunión con Netanyahu, ambos expresaron que la única manera de poner fin al conflicto radica en la eliminación de Hamás y la liberación de los 48 rehenes que quedan, de los cuales una veintena seguiría con vida. El grupo terrorista reiteró que la vida de los cautivos es "plena responsabilidad" del primer ministro israelí.
Ciudad de Gaza albergaba a mediados de agosto a en torno a un millón de personas, si bien desde que Israel anunció su intención de invadir la capital e intensificó los bombardeos contra ella para forzar su desplazamiento se produjo un éxodo de sus ciudadanos hacia el sur.
Aunque el Ejército israelí eleva en torno a los 350.000 quienes han abandonado la urbe, la OCHA (la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios) limitaba el lunes la cifra en torno a unos 142.000. A principios de septiembre las Fuerzas de Defensa ya controlaban el 40% de Ciudad de Gaza.
