El Gabinete de Seguridad del Gobierno de Israel ha dado luz verde esta madrugada al plan militar propuesto por el primer ministro, Benjamín Netanyahu, para ocupar la Ciudad de Gaza, en el norte del enclave, y con ella, previsiblemente, la totalidad del territorio de la Franja pese a las crecientes críticas internas, militares y sociales.
Con este plan, Israel forzará la expulsión de más de un millón de gazatíes que se concentran en esta ciudad norteña hacia la zona de Mawasi, en el sur, abarrotada ya de desplazados, con el objetivo de lanzar una inminente ofensiva terrestre con consecuencias humanitarias catastróficas.
La ONU, las familias de los rehenes y varios países occidentales y árabes, entre ellos España, exigen a Israel que detenga inmediatamente esta operación. Hamás ya advierte a Israel que expandir su ofensiva significa "sacrificar" a los rehenes y Alemania suspende las exportaciones a Israel de armas que pudieran emplearse en Gaza como respuesta.
Tras unas 10 horas de reunión, el Gobierno ha difundido un comunicado donde se expone el plan de Netanyahu para "derrotar a Hamás", que incluye ocupar la Ciudad de Gaza, sin aclarar qué sucederá con el resto del enclave y si es un paso previo a la invasión de toda la Franja, aunque de facto Israel ya controla el 75% del territorio de Gaza.
Varios medios israelíes, como Yedioth Ahronoth, afirman que lo que se ha aprobado es la ocupación total de la Franja y que la operación comenzará con Ciudad de Gaza, cuyos habitantes serán desplazados al sur antes del 7 de octubre, segundo aniversario de los ataques de Hamás en Israel que dieron pie a la guerra.
Hay que recordar que minutos antes de esta reunión el primer ministro israelí ya dejó claro su intención de extender la operación a toda la Franja, pero que no pretende quedársela ni gobernarla, sino mantener un "perímetro de seguridad" y entregarla a "fuerzas árabes que la gobiernen" sin amenazar a Israel y sin Hamás.
Discrepancias
En la reunión se descartó un "plan alternativo", es decir, ocupar militarmente toda la Franja de Gaza, después de que "una mayoría decisiva de ministros" del Gabinete de Seguridad asegurara que "no lograría ni la derrota de Hamás ni el regreso de los rehenes".
Sin más alusiones oficiales, medios israelíes apuntan que el plan que hoy se ha aprobado habría llegado del jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Eyal Zamir, quien ya se había enfrentado a Netanyahu al expresar su rechazo a ocupar toda la Franja.
La escalada militar de Netanyahu lo que busca es vaciar las zonas, en este caso la Ciudad de Gaza, donde Israel cree que Hamás tiene escondidos a los rehenes -unos 50, 20 de ellos con vida-, y concentrar ahí la ofensiva. Hamás ya ha dejado claro este viernes que Israel sólo recuperará a los rehenes negociando.
Si bien los más cercanos al primer ministro creen que para liberarlos hay que controlar por completo toda la Franja, el líder del Ejército israelí piensa todo lo contrario, al igual que las familias de los rehenes, que rechazan extender la ocupación.
De hecho, estos últimos llevan días saliendo a las calles de Tel Aviv como protesta. Este jueves por la noche nueve personas han sido detenidas en una manifestación contra el plan de ocupar Gaza.
Pese a ello, el Gobierno de Israel ya ha confirmado que "las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) se prepararán para tomar el control de la Ciudad de Gaza a la vez que garantizar la provisión de ayuda humanitaria a la población civil fuera de las zonas de combate", lo que marca otra escalada de la ofensiva de Israel en la Franja de Gaza.
5 principios para el fin de la guerra
El Gobierno también asegura que el gabinete adoptó "por mayoría de votos" cinco principios para terminar la guerra: desarmar Hamás, el regreso de todos los rehenes con o sin vida, la desmilitarización de la Franja de Gaza, el control israelí de la seguridad en la Franja de Gaza y el establecimiento de una "administración civil alternativa" para el enclave que no sea ni de Hamás ni de la Autoridad Palestina, que actualmente gobierna en partes de la Cisjordania ocupada.
En declaraciones a la cadena Fox anteriores a la reunión del gabinete, Netanyahu afirmó que su objetivo era ocupar toda Gaza, pero sin quedársela ni gobernarla y manteniendo un "perímetro de seguridad" para entregarla a "fuerzas árabes que la gobiernen" sin amenazar a Israel y sin Hamás.
En los últimos días, los principales medios del país filtraron la intención de Netanyahu de expandir la ofensiva a las zonas donde se cree que están los rehenes en un plan de varias fases.
En la primera de ellas, las tropas ocuparían Ciudad de Gaza y forzarían el desplazamiento del millón de gazatíes que se concentran en esta norteña urbe a la zona de Mawasi (sur), abarrotada ya de desplazados.
Posteriormente, Israel buscaría hacerse con el control en una segunda fase de los campamentos de refugiados del centro de la Franja, lugares en los que las incursiones de las tropas han sido limitadas. En todos esos puntos, Israel estima que se encuentran rehenes vivos.
La información oficial difundida por el Gobierno israelí, sin embargo, no confirma ninguna acción más que la de tomar la Ciudad de Gaza.
"Es un desastre"
La oposición a este plan no se ha hecho esperar. Ni fuera ni dentro de Israel.
El líder de la oposición israelí, Yair Lapid, considera que la decisión del Gobierno israelí de avanzar su ofensiva en Gaza y ocupar Ciudad de Gaza "es un desastre que conducirá a muchos más desastres".
Lapid afirma en su cuenta de X que la decisión del Ejecutivo israelí está "en completa contradicción con la opinión del Ejército y de los funcionarios de seguridad" y que no tiene en cuenta "el desgaste y el agotamiento de las fuerzas combatientes".
El líder de la oposición opina que los dos ministros ultranacionalistas y colonos israelíes -el de Finanzas, Bezalel Smotrich, y el de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir- han arrastrado a Netanyahu a una decisión que "llevará meses" y "conducirá a la muerte de los rehenes y de muchos soldados".
Además, asegura que este plan "costará a los contribuyentes israelíes decenas de miles de millones y conducirá a un colapso político".
"Esto es exactamente lo que Hamás quería: que Israel quedara atrapado en un territorio sin objetivo, sin definir el panorama para el día siguiente, en una ocupación inútil que nadie entiende a dónde conduce", asegura.
