Las negociaciones entre Rusia y Ucrania para poner fin a la guerra, retomadas a raíz de la intervención de la Administración Trump, siguen encalladas. Tanto que hasta se ha declarado una "pausa", según ha confirmado este miércoles el Kremlin. En un contexto de máxima tensión marcado por los ataques con drones de cada madrugada -los aparatos rusos cruzaron la frontera polaca esta semana, obligando a las fuerzas de la OTAN a intervenir directamente en el conflicto por primera vez- el acuerdo de paz se antoja una utopía.
"Se puede hablar de una pausa", reconoció el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria al contestar a una pregunta sobre si el proceso de negociaciones con Kiev se ha estancado, añadiendo que no se esperan avances significativos a corto plazo. No obstante, añadió que los canales de comunicación entre ambos bandos siguen abiertos y "funcionando".
El jefe de prensa de Vladímir Putin aseguró que Moscú quiere mantener la "vía del diálogo pacífico", pero culpó a los países europeos aliados de Ucrania de "obstaculizarlo". También rechazó los mensajes alarmistas generados por los ejercicios militares Zapad-2025, que comenzaron este viernes y movilizan a decenas de miles de soldados rusos y bielorrusos: "Rusia nunca ha amenazado a nadie y tampoco amenaza ahora a los países de Europa", prometió.
A pesar de que la cumbre de Alaska entre Putin y Donald Trump parecía espolear el curso de las negociaciones, las dificultades de cerrar un encuentro entre el autócrata ruso y el presidente ucraniano Volodímir Zelenski -ha rechazado la propuesta de verse cara a cara con su enemigo en Moscú- y el incremento de los ataques aéreos por ambos bandos están enterrando la vía diplomática.
La tensión se ha disparado esta semana después de que casi una veintena de drones cruzasen el espacio aéreo polaco durante un bombardeo sobre Ucrania. Según el Ministerio de Defensa ruso, no se trató de un ataque deliberado al país miembro de la OTAN.
Trump ha respaldado esta versión, deslizando que los aparatos perdieron el rumbo de sus objetivos originales. También ha confesado en una entrevista con Fox News en la mañana de este viernes que su paciencia con Putin "se está agotando rápidamente".
Sin embargo, Polonia y el resto de socios europeos han denunciado que no se puede hablar de "error", sino de otra línea roja que Putin no ha tenido reparos en cruzar. Las primeras consecuencias han sido el cierre de la frontera con Bielorrusia y la movilización de más defensas antiáreas: Francia ha enviado a Varsovia tres cazas de combate Rafale y Alemania ha prometido ampliar las labores de vigilancia.
A ello se suman las maniobras conjuntas de Moscú y Minsk, concentradas en polígonos militares en Borísov, cerca de la capital bielorrusa y a unos 450 kilómetros de la frontera, y que contemplan llevar a cabo la simulación del empleo de armas nucleares tácticas y misiles balísticos hipersónicos Oréshnik.
Según fuentes de la OTAN citadas por la agencia Efe, no hay preocupación en el seno de la Alianza por esta concentración de tropas ni se vislumbra "ninguna amenaza militar inmediata contra ningún aliado": "Instamos a Rusia y Bielorrusia a que actúen de manera predecible y transparente, en consonancia con sus compromisos internacionales".
La escalada del conflicto explica esa "pausa" negociadora. "No es posible imaginarse todo de color rosa y esperar que el proceso de negociaciones produzca resultados inmediatos", expresó Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin, achacando en parte este resultado a "los obstáculos que ponen los europeos". Su presidente, por el momento, sigue sin dar su brazo a torcer y se niega a acordar una cumbre con Zelenski lejos de la seguridad del palacio moscovita.
Rusia y Ucrania han celebrado este año tres rondas de negociaciones directas en Estambul, en mayo, junio y julio, en las que solo acordaron intercambios de prisioneros y cadáveres, y se limitaron a presentar sus respectivas posturas acerca de cuál deber ser la fórmula para poner fin a un conflicto que dura ya tres años de medio y contabiliza varios cientos de miles de muertos.
