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La imagen de Volodímir Zelenski y los siete líderes europeos sentados frente al escritorio de Donald Trump en el Despacho Oval es elocuente. Europa sigue de cerca los próximos pasos del presidente de Estados Unidos en el marco de las negociaciones de paz con el Kremlin. Los aliados de Kiev contienen la respiración a expensas de la reunión bilateral entre Zelenski y Vladímir Putin que la Casa Blanca quiere organizar antes de que acabe agosto.

Aunque deslizó la posibilidad de desplegar tropas estadounidenses sobre el terreno, escenario que descartó a la mañana siguiente, Trump adelantó que los europeos estarían en "la primera línea de defensa" de Ucrania. "Las naciones europeas van a asumir gran parte de la carga. Nosotros vamos a ayudarlas y vamos a hacer que sea muy seguro", aseguró.

En primera línea, sí, pero no en solitario. El inquilino de la Casa Blanca estaba comprometiéndose por primera vez a cumplir la demanda de Ucrania de obtener "garantías de seguridad" de cara a la posguerra. "Habrá mucha ayuda en lo que respecta a la seguridad. Va a haber mucha ayuda. Va a ser bueno", añadió en este sentido el mandatario estadounidense sin ofrecer más detalles.

Trump trasladó a los comentaristas del programa Fox & Friends que no contempla desplegar tropas en Ucrania: "Cuentan con mi garantía, y yo soy el presidente". En su cadena de televisión predilecta, declaró que, a diferencia de Estados Unidos, "algunos" países europeos como Francia, Alemania y Reino Unido sí "van a tener tropas en el terreno".

Sus declaraciones, sin embargo, dejaron la puerta abierta a otro tipo de implicación militar estadounidense que no requiera botas sobre el terreno, incluyendo apoyo aéreo o con drones.

"La garantía de seguridad de Estados Unidos a Ucrania (artículo 5 al estilo de la OTAN) puede tener un alto precio para Europa", advierte en conversación con este periódico Alberto Alemanno, profesor de Derecho y Política de la Unión Europea en HEC Paris. "Ucrania se compromete a comprar armas estadounidenses con el dinero de los contribuyentes de la Unión Europea y no se convertirá en miembro de la OTAN. ¿Qué pasaría si Trump no cumpliera sus promesas? ¿Qué mecanismo garantizaría el cumplimiento?".

Es la gran pregunta que se hacen los líderes europeos. Falta encontrar una fórmula que contente a todas las partes. ¿Tropas europeas con respaldo aéreo estadounidense? De momento no hay respuestas firmes. Los líderes europeos coinciden en que la reunión del lunes en Washington supuso un "avance", pero son plenamente conscientes de los habituales cambios de postura de Trump. Nada puede darse por sentado.

"De todos modos, fue una decisión inteligente por parte de los líderes europeos viajar con Zelenski para respaldar su postura. Políticamente y en términos de protocolo, resultó bastante humillante, pero mereció la pena", confiesa el exdiplomático Pavel Slunkin, que considera que la única garantía fiable que puede impedir otra invasión rusa de Ucrania es "la presencia de fuerzas de la OTAN –o, si una misión formal de la OTAN resulta políticamente imposible, una coalición de Estados miembros de la OTAN dispuestos a ello– sobre el terreno, a lo largo de las líneas del frente, e incluso incluyendo el tramo de la frontera con Bielorrusia".

"La misión de estas tropas debe estar claramente definida: proteger y, si es necesario, hacer cumplir un acuerdo de paz, no sólo supervisarlo", apunta.

Slunkin, que trabajó con la delegación ucraniana en los infructuosos Acuerdos de Minsk de 2015, cree también que "es esencial cierto nivel de participación de Estados Unidos. Debería formar parte de la misión, si no con soldados, al menos como miembro principal de la coalición con obligaciones vinculantes. Esto serviría de garantía no solo para Ucrania, sino también para las tropas aliadas de Francia, Reino Unido…".

Coordinación

Este martes los líderes de la denominada Coalición de los Dispuestos y representantes de los Veintisiete volvieron a reunirse. El presidente del Consejo Europeo, António Costa, y el primer ministro británico, Keir Starmer, organizaron dos citas telemáticas consecutivas para informar a los países europeos cuyos líderes no viajaron a Washington sobre el encuentro en la Casa Blanca y para coordinar un plan de seguridad.

Según Downing Street, Starmer señaló que "los equipos de planificación de la coalición de los dispuestos se reunirían con sus homólogos estadounidenses en los próximos días para reforzar los planes de entrega de garantías de seguridad sólidas y preparar el despliegue de una fuerza de tranquilidad si las hostilidades terminan".

Los medios británicos adelantaron que el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el almirante Tony Radakin, le trasladará este miércoles a su homólogo estadounidense que Reino Unido está dispuesto a enviar tropas "para defender los cielos y mares de Ucrania, pero no para desplegarlas en la línea del frente con Rusia".

El presidente Trump, reunido con los líderes europeos en Washington. Kevin Lamarque Reuters

El canciller alemán Friedrich Merz tampoco descarta el envío de tropas. Su ministro de Defensa, el socialdemócrata Boris Pistorius, reconoció el pasado mes de enero que Berlín debía asumir parte de la responsabilidad en un eventual escenario de paz. Además, el presidente del Comité de Defensa del Bundestag, Thomas Röwekamp, diputado de la CDU, considera "probable" que los soldados alemanes "tengan que cumplir servicio en Ucrania".

El único inconveniente es que, como explicó a principios de semana el ministro de Asuntos Exteriores, Johann Wadephul, hombre de plena confianza de Merz, Alemania es "el único contribuyente europeo de tropas que tiene desplegada una brigada lista para el combate en Lituania. Hacer eso y además desplegar tropas en Ucrania probablemente sería demasiado para nosotros".

Zelenski había avanzado el lunes desde Washington que las garantías de seguridad se concretarán "en la próxima semana o diez días", en línea con el plazo que compartió el presidente finlandés, Alexander Stubb, otro de los dirigentes europeos presentes en la cumbre de Washington.

"Hay todo un trabajo que debe hacerse de antemano sobre las garantías de seguridad. Los próximos 15 días son absolutamente críticos para que finalicemos el trabajo con los estadounidenses y demos sustancia a estas garantías de seguridad", declaró por su parte Emmanuel Macron en los micrófonos de la cadena LCI, donde explicó que "los británicos, franceses, alemanes, turcos y otros están dispuestos a llevar a cabo operaciones, no en la primera línea, no de forma provocadora, sino operaciones de tranquilidad en el aire, en el mar y en tierra".

En otra entrevista con la revista Paris Match, el inquilino del Elíseo comentó que "el gran cambio [de Trump] en los últimos días es que ha reconocido la necesidad de garantizar la seguridad de Ucrania". Macron, eso sí, advirtió del riesgo de alcanzar una paz rápida y a toda costa. Rusia no dejará de ser, apuntó, una "fuerza desestabilizadora", "un depredador, un ogro en nuestra puerta".

Ginebra o Hungría, pero no Moscú

El presidente francés propuso Ginebra como sede de la cumbre entre Putin y Zelenski. Antes, el ministro suizo de Asuntos Exteriores, Ignazio Cassis, había hecho saber que su país estaba "listo para acoger una reunión de este tipo". Listo, apuntó, "pese a la orden de arresto contra Putin debido a nuestro papel especial y al papel de Ginebra como sede europea de la ONU".

El propio Cassis se comprometió a conceder "inmunidad" al presidente ruso, sobre quien pesa una orden de detención de la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra en Ucrania. La Casa Blanca, en cambio, prefiere como sede a la Hungría de Viktor Orbán, un aliado ideológico de Trump y el mejor socio de Putin en el seno de las instituciones europeas.

El Kremlin no se fía. Según adelantó AFP, Putin propuso acoger en Moscú el primer encuentro bilateral con el presidente de Ucrania. Un ofrecimiento que tanto Zelenski como el resto de los líderes europeos que le acompañaron a Washington rechazaron de plano.

El Kremlin sigue sin dar una respuesta oficial. Sólo Yuri Ushakov, consejero áulico de Putin, comentó "la posibilidad de elevar el nivel de los representantes" en el próximo encuentro, y el veterano ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, pidió prepararlo "minuciosamente". Nada más.

Macron expresó este martes que la disposición o la negativa de Moscú a organizar un cara a cara con Zelenski servirá para "aclarar ambigüedades". Trump está convencido de que Putin está abierto a negociar. "Creo que quiere llegar a un acuerdo por mí. ¿Lo entiendes? Por muy loco que parezca", le trasladó el lunes al presidente francés al término del encuentro en la Sala Este de la Casa Blanca.

Este martes, en cambio, reconoció en la Fox que conocerá la postura de Putin "en las próximas dos semanas… Es posible que no quiera llegar a un acuerdo".