Bruselas

La reunión celebrada este miércoles entre la OTAN y Rusia, la primera desde julio de 2019, ha concluido sin ningún acuerdo concreto. Pero la buena noticia es que las dos partes no rompen la baraja y están dispuestas a seguir hablando. Eso sí, la Alianza Atlántica le ha dicho cara a cara a Moscú que rechaza su plan de recrear su propia "esfera de influencia" con los países del antiguo bloque soviético, entre ellos Ucrania.

Por su parte, el viceministro de Exteriores ruso, Alexander Grushko, ha replicado que el comportamiento de la OTAN crea riesgos inasumibles para Moscú. El representante del Kremlin sostiene que no existe una agenda positiva entre Rusia y la Alianza Atlántica y avisa de que si las relaciones entre los dos bandos siguen empeorando, eso podría tener consecuencias impredecibles para la seguridad europea.

"No ha sido una discusión fácil. Pero precisamente por eso esta reunión era tan importante. Hemos mantenido un diálogo muy serio y directo sobre la situación en Ucrania y sus alrededores y sus implicaciones para la seguridad europea", ha explicado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en rueda de prensa al término del encuentro, que ha durado cuatro horas. A su juicio, ha sido un debate "útil".

Durante la reunión, el representante del Kremlin ha expuesto a los embajadores de la OTAN su propuesta para una nueva arquitectura de seguridad en Europa. Rusia reclama garantías por escrito de que la OTAN no admitirá nunca la entrada de Ucrania y Georgia. Exige además la retirada de tropas estadounidenses y aliadas de países que formaron parte del bloque soviético, como Polonia o los bálticos.

Todos los países de la Alianza Atlántica han rechazado de forma unánime estas demandas del Kremlin, según ha relatado Stoltenberg. Cada país tiene derecho a elegir a qué alianza de seguridad quiere pertenecer y la OTAN mantendrá su política de "puertas abiertas" para aquellos que quieran sumarse.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, durante la rueda de prensa de este miércoles OTAN

Los aliados reconocieron como candidatos a Ucrania y Georgia en la cumbre de Bucarest de 2008 y no van a retirar su invitación. "Sólo Ucrania y los 30 miembros de la OTAN pueden decidir cuándo estará Ucrania preparada para convertirse en miembro de la Alianza. Nadie más tiene nada que decir. Y por supuesto Rusia no tiene ningún veto" ha subrayado el secretario general.

La OTAN tampoco acepta retirar tropas o armamento de los países de su flanco Este. "Los aliados han dejado claro que no renuncian a su capacidad de protegerse y defenderse mutuamente. Incluyendo con la presencia de tropas en la parte Este de la Alianza", ha proseguido Stoltenberg. Lo contrario sería admitir que hay algunos miembros "de segunda".

"Hay diferencias significativas entre los aliados de la OTAN y Rusia en estos temas, que no serán fáciles de resolver", admite el secretario general.

"Al mismo tiempo, las dos partes expresaron la necesidad de reiniciar el diálogo y explorar el calendario de futuras reuniones", ha proseguido. No obstante, no se ha fijado ningún encuentro futuro porque Moscú no estaba en posición de acordar una fecha.

En todo caso, la OTAN asegura estar dispuesta a discutir sobre controles de armamento, siempre que sean recíprocos; sobre un aumento de la transparencia de los ejercicios militares para evitar cualquier incidente y sobre el establecimiento de líneas de comunicación permanente.

Los países de la OTAN le han vuelto a trasladar a Rusia su "preocupación" por la acumulación de 100.000 tropas en la frontera con Ucrania y le han pedido que "reduzca de inmediato la tensión". Los aliados avisan a Moscú de que si invade el país vecino se encontrará con sanciones masivas económicas y políticas. Además, la OTAN proporcionará ayuda a Kiev para que pueda defenderse, aunque no intervendrá militarmente porque todavía no es un país miembro.

Borrell protesta por ser marginado

En paralelo, el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, ha vuelto a protestar por la exclusión de la Unión Europea en el debate sobre Ucrania y la reforma de la arquitectura de seguridad que pretende Putin, en el que sí tienen silla propia Estados Unidos, la OTAN o la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. Una marginación de la que Borrell culpa sin ambages al Kremlin. 

"Rusia quiere retratar a la Unión Europea como irrelevante y presionar por un desacoplamiento estratégico entre Estados Unidos y Europa. También busca nuestra aceptación de que tiene una influencia decisiva sobre Ucrania y Bielorrusia, además de en Asia Central", ha escrito este miércoles Borrell en su blog.

El viceministro de Exteriores ruso, Alexander Grushko, durante la rueda de prensa de este miércoles Reuters

"En definitiva, los objetivos estratégicos de Moscú podrían ser reconstituir el glacis geopolítico soviético en Europa e intentar un desacoplamiento entre Estados Unidos y Europa", sostiene el Alto Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad Común. Unos objetivos que a su juicio son "claramente inaceptables".

¿Cómo deben actuar los Estados miembros en esta situación? "Frente a las amenazas de Rusia, la Unión Europea debe mantenerse firme, unida y actuar", responde Borrell. El jefe de la diplomacia europea aboga por mantener el diálogo con Moscú, pero preservando los principios que rigen la seguridad europea desde el final de la Guerra Fría. En particular, el derecho de cada país, en este caso Ucrania, a escoger la alianza que prefiera.

Borrell sostiene además que la UE debe acelerar el despliegue de energías renovables para reducir así su dependencia del gas de Rusia. Los ministros de Defensa y Exteriores de la UE tienen previsto abordar todas estas cuestiones en la reunión informal que celebran a partir de este miércoles en la localidad francesa de Brest.

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