La comunidad internacional ha reaccionado con indignación a la decisión del presidente de Bielorrusia, Alexadr Lukashenko, de desviar un vuelo comercial y forzar su aterrizaje en Minsk para detener al opositor Román Protasevich. La UE estudia la suspensión del sobrevuelo del espacio aéreo de Bielorrusia y ha convocado de urgencia al embajador de Bielorrusia.

Desde Europa se ha pedido llevar a cabo una investigación internacional sobre el desvío y aterrizaje forzoso, cuyas consecuencias, incluidas sanciones, debatirán este lunes los Veintisiete. También ha reclamado la liberación del opositor y que se investigue este incidente sin precedentes. Sofia Sapega, la novia del disidente y de origen ruso, también ha sido detenida. 

Por su parte, el Gobierno bielorruso ha asegurado que se "cumplió plenamente" las normas internacionales al desviar este avión. Además, Lukashenko ha firmado este lunes una ley que prohíbe a la prensa informar en directo sobre las protestas opositoras no autorizadas por el régimen.

Agentes de la KGB

Este incidente que lo ha desencadenado todo ocurrió este domingo en un vuelo de la aerolínea Ryanair que volaba de Atenas a Vilna y que, por orden directa de Lukashenko, aterrizó en Minsk para arrestar al periodista opositor al régimen Román Protasevich. Sofia Sapega, su novia, también ha sido detenida en Minsk.  

Este lunes, el CEO de Ryanair, Michael O’Leary, afirmó que agentes de la KGB de Bielorrusia estaban a bordo de ese vuelo. Ha calificado el hecho como “piratería y secuestro patrocinado por el Estado”.

Las condenas de lo que se considera que podría representar una clara violación de las reglas internacionales del transporte no se hicieron esperar. Entre las más rotundas las de EEUU y la Unión Europea, que han alertado de que habrá consecuencias.



El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, exigió la liberación inmediata del periodista y avanzó que su Gobierno se está coordinando de cerca sobre este asunto con sus aliados, entre ellos responsables de la UE, Grecia y Lituania.



Dados los indicios de que el aterrizaje forzoso se basó en falsedades, Washington respalda una reunión lo antes posible del Consejo de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) para abordar este suceso.

"Absolutamente inaceptable"

Desde la UE, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, anunció que ese "incidente sin precedentes" será discutido en la cumbre extraordinaria, prevista para este lunes y martes en Bruselas.



Este "incidente no quedará sin consecuencias", afirmó Michel en un comunicado en el que lanza "un llamamiento a las autoridades de Bielorrusia para que liberen inmediatamente al pasajero detenido y a que garanticen plenamente sus derechos".



"Cualquier violación de las normas internacionales de transporte aéreo debe tener consecuencias", tuiteó por su parte la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien consideró el incidente de "absolutamente inaceptable".

La UE pide una investigación

También el alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, calificó como "totalmente inadmisible" lo ocurrido e hizo responsable al Gobierno de Bielorrusia "de la seguridad de todos los pasajeros".

De hecho, este lunes en una entrevista en Onda Cero Borrell ha calificado lo ocurrido de "secuestro" y ha adelantado que se debe llevar a cabo una investigación internacional sobre el desvío y aterrizaje forzoso, cuyas consecuencias, incluidas sanciones, debatirán este lunes los Veintisiete.



Y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo en Twitter que se trataba de un "incidente grave y peligroso que requiere una investigación internacional".



Francia calificó de "inaceptable" la maniobra de las autoridades bielorrusas y, a través de su ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, pidió "una respuesta firme y unida de los europeos".

"Redoblar la presión"

El presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, exigió la liberación inmediata de Protasevich, en tanto que el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, tuiteó que lo ocurrido "no puede quedarse sin consecuencias claras" por parte de la Unión Europea.



Desde Grecia, de donde partió el avión desviado, el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, pidió que la cumbre de líderes europeos aborde la necesidad de "redoblar la presión" sobre Bielorrusia.



Además, el Ministerio de Exteriores griego condenó "el secuestro" del vuelo de la aerolínea Ryanair, a bordo del cual iban 171 pasajeros, entre ellos 11 ciudadanos helenos, y subrayó que ese acto puso en peligro las vidas de todos ellos.



Austria se sumó a las condenas, exigió la liberación urgente del detenido y pidió "una investigación independiente e internacional".

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