Bruselas

"Fue una de las mayores humillaciones de la historia de la UE". Josep Borrell ha escuchado este martes en el pleno de la Eurocámara un aluvión de críticas por su "desastrosa" visita a Moscú de la semana pasada. Los reproches se han centrado en su actuación en la tensa rueda de prensa conjunta que protagonizó con Sergei Lavrov, en la que el ministro de Asuntos Exteriores ruso tachó a la UE de "socio no fiable" y equiparó la situación del opositor encarcelado Alexei Navalny con la de Carles Puigdemont y los presos independentistas del procés.

Un total de 81 parlamentarios (en su mayoría conservadores, liberales y ultranacionalistas) han enviado una carta a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, pidiendo su renuncia. Durante el pleno, también se han escuchado peticiones de dimisión y la censura por la visita de Borrell a Moscú ha sido muy mayoritaria.

Los más duros contra el exministro español de Exteriores han sido los liberales y los conservadores, en particular los procedentes de Polonia y los países bálticos. Muy pocos socialistas europeos han salido al rescate. Sólo el grupo de ultraderecha y la izquierda radical han defendido la necesidad de reforzar el diálogo con la Rusia de Putin. 

Carles Puigdemont, durante su intervención en el debate con Borrell este martes Parlamento Europeo

Para la mayoría de los eurodiputados, el viaje de Borrell a Rusia estuvo mal planificado desde el principio. El Alto Representante para la Política Exterior desoyó todos los avisos de Varsovia y los bálticos, que desde el principio desaconsejaron la visita a Moscú y pidieron que al menos se aplazara, han lamentado.

Y es que el momento era "extremadamente inapropiado" por la reciente condena a Alexei Navalny, y la feroz represión del régimen de Putin contra los manifestantes que protestaban por el encarcelamiento del líder opositor. "Con su visita, usted aceptó simbólicamente el brutal comportamiento de las autoridades rusas", le ha afeado el eurodiputado conservador estonio Riho Terras, promotor de la misiva que reclama su dimisión.

Borrell asegura que sabía que su viaje a Rusia "acarreaba riesgos"

El otro reproche recurrente que hacen los eurodiputados al Alto Representante es que no se preparó adecuadamente y por ello cayó en todas las "trampas" que le tendieron Lavrov y Putin. Le acusan de no haber rebatido de forma contundente los ataques del ministro ruso contra la UE y Estados Unidos ni su comparación entre Navalny y los políticos catalanes del procés. Sostienen que con este viaje ha contribuido a reforzar al Kremlin de cara a las elecciones legislativas de este año y ha dañado a la oposición rusa.

Un error grave

"Su visita oficial a Moscú fue un error grave (...) Usted cayó en una trampa mediática preparada por el régimen de Putin", le ha dicho a Borrell el rumano Dacian Ciolos, jefe del grupo liberal en la Eurocámara, al que pertenece Ciudadanos. "Su desastrosa visita a Moscú le ha perjudicado a usted personalmente, pero también a la UE en su conjunto, que nunca se ha visto tan débil y desorientada en sus relaciones con Rusia", asegura la liberal belga Hilde Vautmans. 

"¿Dónde están los cojones de la UE?", se ha quejado la eurodiputada nacionalista flamenca Assita Kanko. A su juicio, el jefe de la diplomacia comunitaria se disparó dos veces al propio pie: primero, al criticar a Estados Unidos en su rueda conjunta con Lavrov y después al elogiar la vacuna rusa Sputnik contra la Covid-19. "Ahora Rusia la usará para dividirnos", ha avisado.

"Fue a por lana y salió trasquilado. Le ha salido muy mal esto, señor Borrell, ha fracasado rotundamente en Moscú", sostiene el eurodiputado de Vox Herman Tertsch. En el debate ha intervenido incluso el propio Puigdemont, que ha pedido la dimisión del Alto Representante. "Por favor, haga un BorrellExit", le ha espetado el expresidente catalán.

El jefe de la diplomacia de la UE ha usado su turno de réplica final para arremeter contra sus críticos y hacer una encendida defensa de su actuación y de la oportunidad de su visita. "Si de verdad creemos en la defensa de los derechos humanos y las libertades políticas, hay momentos en los que hay que plantar cara e ir a explicar lo que decimos en los comunicados para que quede claro a quien los recibe", ha alegado Borrell.

Josep Borrell, durante su intervención en la Eurocámara este martes Parlamento Europeo

"Francamente, yo no creo que no había que ir a decirles en la cara lo que les decimos por correspondencia", ha insistido. En este sentido, ha recordado que en los últimos dos años ha habido 19 visitas de ministros de la UE a Moscú y que su propia misión contaba con un respaldo mayoritario entre los Veintisiete.

El Alto Representante admite que la valoración general de su actuación en la comparecencia junto a Lavrov ha sido negativa. "Seguramente hubiera debido abordarlo de forma diferente, pero yo no entiendo una rueda de prensa como un debate o como un pugilato, yo explico mi petición", se ha justificado. Su prioridad, alega, era hacer llegar el mensaje de la UE: petición de libertad para Navalny, fin de la represión a los manifestantes y una investigación independiente sobre su envenenamiento.

"¿Ustedes creen que no me hubiera gustado a mi entrar en un cuerpo a cuerpo con el señor Lavrov y rebatir abiertamente algunas de sus observaciones? Como por ejemplo comparar el caso del señor Navalny -que sufre un intento de asesinato y que pasa uno tras otros juicios que le pueden seguir condenando sin razón ni fundamento- con el de algún eurodiputado que se sienta en esta Cámara y de algunos colegas suyos que están haciendo libremente campaña electoral en Cataluña en este momento", ha dicho Borrell.

"¿Ustedes creen que tiene algún sentido esta comparación? Para cualquier persona es evidente que no la tiene. Pero no me quise enzarzar en esa discusión porque no venía a  cuento. Preferí volver a repetir el mensaje que fui a llevar", ha concluido.

Noticias relacionadas