Bruselas

Haciendo honor al nombre de guerra del bando al que pertenece (el club de los frugales), el primer ministro holandés, Mark Rutte, se ha traído una manzana y una voluminosa biografía del compositor Frédéric Chopin para pasar las interminables horas muertas en la cumbre sobre el presupuesto plurianual de la UE para 2021-2027 que ha empezado este jueves en Bruselas. "No sé lo que voy a tener que discutir", ha explicado a los periodistas.

La propuesta de compromiso presentada por el presidente del Consejo Europeo, el ex primer ministro belga Charles Michel, para tratar de llegar a un acuerdo -que prevé un techo de gasto del 1,074% del PIB, es decir 1,094 billones de euros para siete años- ha provocado un rechazo casi universal entre los Veintisiete, aunque por motivos opuestos.

Los beneficiarios netos de las ayudas europeas, entre ellos España, consideran desmesurados los recortes propuestos en agricultura (14%) y cohesión (12%). Los países ricos del club de los frugales exigen que el hachazo sea todavía mayor: no quieren pagar el agujero de hasta 12.000 millones de euros que deja el brexit en las arcas comunitarias.

Por si fuera poco, a los líderes europeos les ha cabreado también el método de negociación de Michel, el "confesionario": ir convocándoles uno por uno a altas horas de la madrugada para intentar forzarles a que renuncien a sus líneas rojas. "Si yo fuera presidente del Gobierno y me cita a las cinco de la mañana y no me hace demasiado caso, no iba a estar muy contento. Eso puede funcionar en Bélgica pero no aquí", explica un diplomático.

La escasa pericia negociadora de Charles Michel y las diferencias irreconciliables entre el club de los frugales (en el que además de Holanda están Suecia, Dinamarca y Austria y con el que simpatizan Alemania y Finlandia) y los amigos de la cohesión y de la PAC (el bando de España, Francia o Portugal) abocan la cumbre presupuestaria a un fracaso casi asegurado en las próximas horas. 

Apenas un 20% de las delegaciones creen posible un acuerdo sobre el presupuesto en esta cumbre, según las fuentes consultadas. El escenario central es que Michel haga un último intento presentando una nueva propuesta de compromiso en las próximas horas, que se produzca un debate final sobre esta propuesta y que el Consejo Europeo se disuelva el viernes por la tarde sin resultados. "Si logra un acuerdo sería un mago", apuntan las fuentes.

El peor escenario para Sánchez sería que Michel haga caso al club de los frugales y proponga más recortes en los fondos de los que más se beneficia España: la PAC y cohesión. "Creemos que podemos reducir el gasto en cohesión y agricultura", ha reclamado el primer ministro sueco, el socialista Stefan Löfven, en nombre de sus socios. Alega que se trata de "modernizar el presupuesto". Un eufemismo para defender que debe invertirse menos en estas partidas tradicionales y más en digitalización, seguridad o lucha contra el cambio climático.

"A nosotros nos parece bien ser contribuyentes netos, es una cuestión de solidaridad. Pero no podemos aceptar un incremento dramático de nuestra contribución", protesta Löfven. Una posición con la que coincide plenamente Rutte, que reclama un techo de gasto del 1% del PIB (frente al 1,16% actual), cheques para compensar a los contribuyentes netos y "que se modernice el presupuesto, con un mayor foco en Estado de derecho, migración, innovación y clima".

Charles Michel hace sonar la campana para dar inicio a la cumbre de la UE UE

"España no va a ser uno de los grandes perdedores de esta cumbre", contestan fuentes de Moncloa. A su llegada a la cumbre, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tachado la propuesta de compromiso de Charles Michel de "altamente decepcionante" porque "reduce de manera bastante importante políticas fundamentales para España, como son las políticas de cohesión y la PAC". "Estamos trabajando para que el recorte para los agricultores sea cero", aseguran las fuentes gubernamentales consultadas.

En el combate para preservar las ayudas agrícolas, Sánchez tiene prácticamente como únicos aliados al primer ministro portugués, António Costa, y al presidente francés, Emmanuel Macron. "La posición de Francia sobre este presupuesto consiste en primer lugar en tener una PAC a la altura de nuestras ambiciones", ha dicho Macron. "Esto es esencial para nuestra soberanía alimentaria y para tener una agricultura que nos dé comida de calidad y contribuya a la transición climática", alega.

En cuanto a los fondos regionales, España colabora y a la vez compite con los países del Este: colabora para intentar minimizar el recorte pero compite en el reparto del dinero. "Las negociaciones son difíciles porque algunos Estados miembros apuestan por nuevos objetivos y quieren reducir el gasto en agricultura y política de cohesión. No queremos una revolución en la estructura del marco financiero plurianual", ha dicho el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, que se queja también del club de los frugales.

El 'club de los frugales' se ha reunido antes del inicio de la cumbre presupuestaria UE

Pese a alinearse con los contribuyentes netos ya que Alemania es el país que más paga, Angela Merkel ha preferido mantenerse en un segundo plano. "Espero que hagamos progresos importantes. Es una tarea complicada y ciertamente hay que superar grandes diferencias", ha explicado la canciller alemana.

"Las posiciones de los Estados miembros están muy alejadas, así que tendremos que ver si llegaremos a un acuerdo esta semana o tendremos que continuar más tarde", admite la primera ministra finlandesa, Sanna Marin.

El único que ha esgrimido explícitamente la amenaza de veto ha sido el presidente de la Eurocámara, el socialista italiano David Sassoli. Pero de momento nadie se lo cree porque el Parlamento Europeo nunca se ha atrevido a tumbar un acuerdo presupuestario de los jefes de Estado y de Gobierno.

"Existe una gran mayoría dispuesta a rechazar toda propuesta sobre el marco financiero que no tenga en cuenta la posición del Parlamento", ha dicho Sassoli. La Eurocámara pide subir el límite de gasto hasta el 1,3% del PIB para que la UE pueda financiar todas las tareas que se ha comprometido a asumir. Una propuesta que visto lo visto es casi seguro que no prosperará.

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