Bruselas

Al Banco Central Europeo (BCE) le preocupa que el Gobierno de Pedro Sánchez no haya tomado las medidas necesarias para reducir el déficit público y respetar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. El incumplimiento por parte de Sánchez hace que España sea especialmente vulnerable en caso de que se produzca un empeoramiento repentino de la actividad económica o un incremento del gasto por la subida de los tipos de interés, avisa el organismo presidido por Mario Draghi en su informe anual publicado este lunes.

España cerró el 2018 con un déficit público del 2,6% del PIB, el más alto de la UE y por encima del 2,2% comprometido con la UE. La cifra permitirá no obstante al Gobierno escapar en los próximos meses del control estricto de Bruselas, ya que se sitúa por debajo del umbral del 3% que marca el Pacto de Estabilidad y Crecimiento en el plazo exigido. Pero esta mejora relativa no convence en absoluto al BCE.

"Aunque se prevé que España, el único país sujeto a un procedimiento de déficit excesivo en 2018, cumpla el plazo de corrección establecido (2018), este logro oculta un déficit estructural abultado y creciente, contrariamente a la mejora recomendada", critica el informe de Fráncfort. La evaluación del BCE coincide con el suspenso que Bruselas le puso a los Presupuestos de Sánchez para 2019. La Comisión sostenía que la previsión de ingresos estaba inflada y que había gastos ocultos, lo que impedía corregir el déficit estructural.

Aunque los Presupuestos de Sánchez no han salido adelante, muchas de las subidas de gasto previstas, por ejemplo en pensiones o salarios de los funcionarios, sí se han aprobado. En cambio, los incrementos de impuestos previstos para financiar este gasto extra, como la tasa a los gigantes de internet o la tasa a las transacciones financieras internacionales, han quedado pendientes. El resultado es un empeoramiento del déficit estructural

Para este año 2019, la UE reclama a España un esfuerzo estructural del 0,65% (equivalente a 7.500 millones). Sin embargo, el ajuste real previsto en los Presupuestos de Sánchez era nulo, según los cálculos de Bruselas. Con las últimas subidas de gastos, el déficit estructural se convierte en "abultado y creciente" como denuncia el BCE.

Fráncfort señala que el alto nivel de deuda de países como España constituye un "factor de vulnerabilidad" ya que no podrán recurrir a estímulos fiscales para contrarrestar una futura crisis. "Estos países tendrían un margen de maniobra limitado para ajustar las políticas fiscales en caso de que se produjera un deterioro de la actividad económica o un incremento del gasto por intereses", apunta el informe.

El problema de las pensiones

"Así pues, sería aconsejable que los países vulnerables recuperen margen de maniobra ahora que la situación económica lo permite. En vista de ello, resulta preocupante que el menor grado de cumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento se observe en los países más vulnerables a perturbaciones", sostiene el BCE, que además de a España señala también a Italia, Bélgica, Francia y Portugal.

El organismo presidido por Mario Draghi critica también que España y otros países de la eurozona afectados por la crisis de deuda pretendan revertir las reformas de las pensiones realizadas en los últimos años. "El ritmo de aplicación de las reformas se ha estancado y, en algunos casos, incluso se ha dado marcha atrás en los esfuerzos de reforma o existe un riesgo considerable de que se produzca una reversión", alerta el informe.

"Un reto importante para los responsables de la política fiscal es evitar que se genere incertidumbre en relación con el riesgo de que se produzca una reversión de las reformas que menoscabe la sostenibilidad de las finanzas públicas", reclama el BCE. El Gobierno de Sánchez quiere volver a ligar la subida de las pensiones a la evolución del IPC, una contrarreforma que ha sido cuestionada tanto por la Comisión como por el Fondo Monetario Internacional.

Para el BCE, la solución pasa por hacer más reformas. Entre las recetas que sugiere se encuentran potenciar los sistemas privados de pensiones, vincular la edad de jubilación a la esperanza de vida o elevar los tipos de cotización, aunque admite que esta última opción "podría imponer una elevada carga a las generaciones más jóvenes". La reforma de las pensiones debe "complementarse con reformas del mercado laboral que promuevan, en particular, la participación de los trabajadores de más edad".

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