Bruselas

"Es un buen día no sólo para europeos y japoneses sino para toda la gente razonable del mundo que cree en el respeto mutuo y la cooperación", ha proclamado el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. La UE y Japón han presentado la firma este martes en Tokio de su acuerdo de libre comercio como un acto de resistencia frente a las políticas proteccionistas, unilaterales, impredecibles y agresivas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

El pacto suprime alrededor de 1.000 millones de euros en aranceles que pagan anualmente las empresas de la UE que exportan a Japón. El sector agroalimentario europeo será uno de los principales beneficiarios, ya que se eliminan los recargos tarifarios que Tokio impone al queso (29,8%) y al vino (15% de media). Además, se garantiza la protección en Japón de más de 200 productos agrícolas comunitarios de alta calidad, como el queso Manchego.

"Si tengo que calificarle del 1 al 10, le pondría un 10", sostiene Tusk. "Económicamente, es el mayor acuerdo comercial bilateral de la historia y traerá más empleo y prosperidad a la UE y a Japón. Políticamente, es una luz en la creciente oscuridad de la política internacional. Enviamos un mensaje claro: que pueden contar con nosotros, que somos predecibles y responsables y continuaremos defendiendo un orden mundial basado en reglas, en la transparencia y el sentido común", ha resaltado.

"No hay protección en el proteccionismo", sostiene el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que asegura que el pacto con Japón no supone ningún riesgo para los estándares laborales europeos y además ayudará a crear empleo. "El auténtico riesgo para nuestra economía es la incertidumbre política, la guerra tarifaria, la imprevisibilidad, la irresponsabilidad y la retórica agresiva, no los acuerdos comerciales", ha zanjado el presidente del Consejo Europeo en otra carga contra Trump sin citarle.

La ceremonia de firma se produce apenas días después de la tormentosa gira de Trump por Europa, durante la que abroncó a sus aliados de la OTAN por no gastar bastante en defensa, acusó a la canciller Angela Merkel de ser rehén de Rusia por comprarle gas y tachó a la UE de "enemigo" en materia comercial. El presidente de Estados Unidos se ha desvinculado también del Acuerdo Transpacífico que su antecesor, Barack Obama, negoció con Japón y otros 10 países.

Los coches, motivo de preocupación

En la actualidad, las exportaciones de la UE a Japón ascienden 86.000 millones de euros al año y generan 600.000 empleos directos, según los datos de Bruselas. Para España, Japón es su décimo principal mercado fuera de la UE: exporta por valor de 2.400 millones al año, sobre todo productos agrícolas, fármacos, paneles solares o calzado.

El nuevo acuerdo de libre comercio suprimirá desde su entrada en vigor las tarifas en más del 90% de las exportaciones de la UE a Japón. Una vez venzan todos los periodos transitorios, este porcentaje aumentará al 97%. En el caso del cerdo -el principal producto agrícola que la UE exporta a Japón- los aranceles se reducen a cero para la carne procesada y prácticamente a cero para la fresca, mientras que para la ternera pasarán del 38,5% al 9% en 15 años. En cuanto al calzado, las tarifas pasan del 20% al 21% en el momento de la entrada en vigor y se suprimirán por completo en 10 años.

El principal punto de preocupación para la UE era el tratamiento del sector del automóvil. Finalmente, las dos partes han acordado que la eliminación de los aranceles europeos a los coches japoneses será paulatina, durante un periodo transitorio de siete años, tal y como pedía la industria comunitaria. 

Además, el acuerdo incluye una cláusula de salvaguarda que permite reintroducir recargos temporalmente si Tokio toma medidas legislativas que perjudiquen a los constructores europeos. La cláusula tiene una duración de 10 años, ya que las dos partes se han comprometido a alienar plenamente sus estándares para el sector. En la actualidad, los aranceles de la UE a los turismos japoneses ascienden a un 10%, mientras que para vehículos comerciales están entre el 10 y el 22%.

El acuerdo debe ser ratificado ahora por la Eurocámara y por el Parlamento japonés. Bruselas espera que entre en vigor a lo largo del año 2019. Al mismo tiempo, Bruselas y Tokio siguen negociando la creación de un tribunal de protección de inversiones, un capítulo que se ha desgajado del pacto comercial para evitar que tenga que ser aprobado también por los parlamentos nacionales y sufra contratiempos como los del acuerdo con Canadá.

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