Bruselas

La ministra de Economía, Nadia Calviño, ha anunciado que los Presupuestos para 2019 que prepara el Gobierno de Pedro Sánchez incumplirán los objetivos de déficit exigidos por la UE. En lugar de realizar el ajuste estructural del 0,65% que reclama el Ecofin -equivalente a 7.500 millones de euros-, el esfuerzo se limitará al 0,4% (4.600 millones) con el objetivo de no asfixiar el crecimiento. Calviño se ha reunido este jueves con el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, para pedirle que autorice este margen de flexibilidad, pero de momento no cuenta con su visto bueno, al menos en público.

El Consejo de Ministros aprobará además una nueva senda de reducción del déficit en la que se basarán los Presupuestos de 2019. En la práctica, se trata de modificar unilateralmente las metas que el anterior Gobierno de Rajoy pactó con la UE. Para este año, Calviño espera un déficit del 2,7% del PIB, cinco décimas más del 2,2% comprometido; mientras que en 2019 el desfase será del 1,8% en lugar del 1,3%.

La ministra de Economía ha culpado de estos cambios a "la herencia que nos hemos encontrado". Lo cierto es que la propia Comisión ya había calculado que con las medidas expansivas incluidas en el Presupuesto de Rajoy para 2018 -como la subida de pensiones y salarios de funcionarios- el déficit se quedaría este año en ese 2,7% que ahora admite el Gobierno socialista. España es ahora el país con mayor desfase presupuestario de la UE y el único sujeto a vigilancia reforzada por déficit excesivo.

España eleva el objetivo de déficit al 2,7 % en 2018 y al 1,8 % en 2019

De mantenerse el objetivo de ajuste del 1,3% para 2019, "estaríamos obligados a tomar medidas de ajuste de gran magnitud que serían tremendamente perjudiciales para la recuperación económica". "El próximo año se podrían perder entre 4 o 5 décimas de crecimiento real del PIB e igualmente sufriría la creación de empleo", ha alegado Calviño.

Estabilidad y creación de empleo

La nueva senda de déficit, ha proseguido Calviño, "nos permite mantener nuestros compromisos de estabilidad presupuestaria en un escenario realista y al mismo tiempo atender las necesidades de crear empleo y un crecimiento más justo en el futuro".

La ministra ha explicado que España ya puede modificar unilateralmente su senda fiscal, sin permiso de la UE, porque este año saldrá del procedimiento sancionador por déficit excesivo al quedar por debajo del umbral del 3% que marca el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. A partir de ahora, Bruselas ya no se fija tanto en la "supervisión muy directa de las cifras anuales", sino en el ajuste estructural a medio plazo.

Los cambios propuestos por el Gobierno de Sánchez son "perfectamente compatibles" con las reglas de la UE. Unas normas que contemplan márgenes de flexibilidad y permiten un desvío máximo del 0,5% en dos años en el esfuerzo de ajuste estructural, sostiene Calviño. Su reunión con Moscovici ha sido "extremadamente constructiva", pero el comisario de Asuntos Económicos no tiene por qué pronunciarse ahora. Lo hará cuando examine los Presupuestos de 2019 en otoño.

Por la mañana, antes de que Calviño desvelara sus peticiones, Moscovici ha dicho en rueda de prensa que "los compromisos (de déficit) deben ser respetados y no son desfavorables para España. El comisario de Asuntos Económicos ha insistido además que nuestro país seguirá registrando un crecimiento sólido tanto este año (2,8%) como el que viene (2,4%).

La ministra de Economía no ha desvelado si los ajustes permanentes por valor de 4.600 millones de euros se harán por el lado de los gastos o de los ingresos. Pero la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya ha anunciado subidas de impuestos para las tecnológicas o los bancos, así como nuevas tasas medioambientales.

Noticias relacionadas