Bruselas

La UE está sufriendo en la actualidad las consecuencias del incremento de la producción de cocaína en América Latina. El mercado de la cocaína en Europa está en alza, con una mayor disponibilidad de esta droga, a precio estable y con el nivel de pureza más elevado en la última década, según alerta el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías en su último informe anual publicado este jueves. Un año más, España sigue a la cabeza de la UE tanto en consumo de cocaína como de cannabis, aunque la prevalencia de ambas sustancias ha bajado en los últimos diez años.

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Unos 2,3 millones de jóvenes europeos entre 15 y 34 años (el 1,9% del total) han probado la cocaína en el último año. España es el cuarto país de la UE con mayor consumo de cocaína en esta franja de edad (3%). Sólo le superan Reino Unido (con una prevalencia del 4%), Dinamarca (3,9%) y Holanda (3,7%). Además, Barcelona destaca entre las ciudades de la UE con más presencia de la cocaína, según el resultado de un estudio sobre residuos de drogas en las aguas residuales municipales, en el que también participaron Castellón, Santiago y Valencia.

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La Península Ibérica ha sido tradicionalmente el principal punto de entrada de la cocaína por vía marítima a Europa, pero su importancia podría estar cayendo. Los últimos datos disponibles de 2016 indican que las rutas de tráfico se están trasladando hacia puertos de contenedores situados más al norte. En particular Bélgica, donde se decomisaron 30 toneladas de esta droga (el 43% de la cantidad total que se confisca en la UE).

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El cannabis sigue siendo la droga ilegal más prevalente en Europa. Unos 17,2 millones de jóvenes (el 14,1%) la han utilizado en el último año. España es también el cuarto país de la UE con mayor tasa de consumo (17,1%), por detrás de Francia (21,5%), Italia (20,7%) y República Checa (19,4%).

A Bruselas le preocupan especialmente la legalización del cannabis en algunas partes de América, que ha conducido a la rápida aparición en estos lugares de un mercado comercial y recreativo. Eso ha dado lugar a la innovación en los sistemas de distribución y el desarrollo de productos derivados, por ejemplo soluciones líquidas, productos comestibles y cepas de alta potencia.

"No está claro cuáles serán las consecuencias para Europa si se desarrolla un gran mercado legal de esta droga en partes de las Américas, pero no se puede descartar un impacto en los patrones de oferta o consumo en Europa", dice el informe. Entre las cuestiones que según el Observatorio merecen más atención es la reducción de las facultades para conducir cuando se consume cannabis.

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