Un presunto narco que pegaba a su madre, guardias civiles que quedan para "meterse una rayaca", un traficante al que apodan El Tocha-Fácil por su disposición a la hora de consumir cocaína, prostitutas que servirían como pago de los servicios corruptos y una decena de agentes investigados por ofrecer presuntamente sus servicios a los traficantes a cambio de dinero y drogas. Esos son los ingredientes de la operación Sakura, que desde 2016 investiga la existencia de una presunta trama corrupta dentro de la Guardia Civil de Torrevieja (Alicante) y que se ha saldado por el momento con nueve agentes investigados -entre ellos un teniente coronel acusado de no perseguir los delitos de sus subalternos- y el considerado líder del grupo en prisión preventiva, junto con varios traficantes locales. 

La lista de presuntos delitos que se atribuye a los agentes es propia de cualquier clan mafioso: pertenencia a grupo criminal, tráfico de drogas, estafa, falsificación en documento público, cohecho, robo, denuncia falsa...  Según la investigación del caso, varios funcionarios se vendieron presuntamente a las organizaciones mafiosas y, gracias a su posición como agentes de la Ley, advertían a los traficantes sobre los controles policiales, les ofrecían seguridad, cobraban alguna de sus deudas y a cambio recibían cantidades de drogas o incluso el servicio de que los traficantes vendieran pequeñas partidas que eran sustraídas en las intervenciones de estos agentes. El juzgado trata de determinar ahora el nivel de responsabilidad de los distintos investigados, ya que no todos los funcionarios están acusados de los delitos más graves.

"Vamos a pillar temaco"

La investigación contra esta presunta trama corrupta arrancó en 2016 y fue desarrollada por miembros de la propia Guardia Civil, destinados en el Grupo de Homicidios de Alicante, que desde entonces han trabajado en el más absoluto secreto. Desde el comienzo, las pesquisas se centraron en un agente concreto. Un hombre de apellido Cerezo. Por eso, la operación recibió el nombre en clave de Sakura (Cerezo en japonés).

Según la investigación del caso, el "Grupo de Cerezo" lo componían guardias civiles que coincidieron en el antiguo Grupo 3 del Área de prevención de la Delincuencia del Puesto de Mando de Torrevieja. Previamente, fueron varios los testimonios de personas que relacionaban principalmente al agente Cerezo con la posible desaparición de pequeñas cantidades de droga en las operaciones o con el presunto consumo de anabolizantes.

Sin embargo, fue en 2014 cuando el principal agente investigado estuvo más cerca de tener problemas. En esa fecha un confidente le señaló como la persona que le habría ofrecido parar varios envíos de droga procedentes de Madrid para luego robar la droga y moverla por otro lado.  Él hizo dos notas informativas y aportó datos a sus superiores. Incluso señaló que la droga provenía de una conocida traficante de Madrid investigada por la Audiencia Nacional, sin aportar más prueba que su palabra. Los investigadores trabajan ahora con la tesis de que Cerezo alertaba a sus superiores sobre los portes, pero con datos falsos. Su objetivo sería tener una excusa si era detectado cerca de las partidas de drogas cuando, en realidad, estaba haciendo de escolta. 

Una porción de droga decomisada en los registros judiciales.

El presunto traficante que pegaba a su madre

Sin embargo fue en enero de 2016 cuando un pequeño traficante de origen colombiano declara ante la Guardia Civil y comienza a tirar de la manta. Carlos Andres Rodríguez reconoce que mantiene una relación de amistad con el agente Cerezo ya que ambos van al mismo gimnasio y que el funcionario le pidió que consiguiera anabolizantes. Después le propuso que se enterara del movimiento de partidas de droga para interceptarlas y robarlas. Según esta versión, ambos se repartirían los beneficios. 

El 26 de octubre de 2016, declaró como testigo uno de los sargentos de la comandancia, que vinculó de nuevo al agente Cerezo con varias personas relacionadas presuntamente con el narcotráfico. Uno de ellos fue L.R.J., quien según su declaración conoció al agente investigado cuando fue arrestado por un delito de violencia doméstica al pegar a su madre: "Cuando James fue detenido no tenía dinero, éste le comentó que tenía varios millones de euros retenidos en Dubai pero no podía hacer uso de ellos. Posteriormente James le comentó que tenia un chalet valorado en un millón de euros y que el Guardia Civil Cerezo y Steven Escobar trabajaban para él en temas de seguridad".

Poco después, el ciudadano británico llamó al agente, para expresarle su miedo a las actividades de Cerezo. El funcionario decidió grabar la conversación y la presentó también a la investigación:

Sargento: Yo es que estoy ahí con el tema de lo de la droga, yo no sé sí habrá algo de droga con los colombianos y tal, macho. 

James: Ufff, no lo se, yo lo he escuchado a los dos hablando de

que pueden traerla de África, vale.

Sargento: A qué dos ¿a Cerezo (agente investigado) y el colombiano (Steven )?

James: Cerezo me pregunta a mí por préstamo de dinero, vale, ok, para pagar unos contenedores. Contenedores. Él tiene contactos en el puerto de Valencia. Él y Steven dicen: yo tengo contactos, con la Policía, yo sé dónde están los controles, los checks, la parada de todo eso, vale. Nosotros... quiere mover cosas y coches clásicos en contenedores, vale. Le quitan la batería y le pone "la cosa" dentro, pero yo qué sé. Te estoy hablando de drogas o yo qué sé, ¿me entiendes? Es obviamente algo ilegal ¿entiendes? 

El aviso de 'los secretas'

La investigación comenzó a crecer entonces a pasos agigantados, y varios de los compañeros de los investigados fueron citados a declarar en la investigación secreta. Todos aportaron indicios de que algunos de sus compañeros, en mayor o menor medida, eran consumidores de droga, participaban en los negocios oscuros que se planeaban con algunos narcos o, al menos, hacían la vista gorda sobre lo que estaba sucediendo. 

Fue entonces cuando el Juzgado de Instrucción número 2 de Torrevieja autorizó las escuchas telefónicas y la maraña de presuntos delitos atribuida al "Grupo de Cerezo" comenzó a crecer. Portes de Droga, anabolizantes, cobro de deudas, vuelcos a los envíos de otros competidores, protección a locales de alterne, trabajos como porteros sin estar autorizados por la Guardia Civil, interferencias a la hora de conocer investigaciones en curso contra alguno de los traficantes implicados, filtración de datos confidenciales de las bases de datos policiales, estafas a posibles vendedores de coches, robos, fraude en las ITV, falsedad documental, venta de droga decomisada... El abanico de presuntas infracciones era cada vez más creciente. 

El 9 de julio de 2017 los agentes intervienen una conversación entre el agente Cerezo y un amigo. En ella, explica que su plan para el fin de semana es el siguiente: "Salir por la tarde, irnos a la playa, una rayaca, nos echamos un par de Gin Tonics, nos duchamos, cenamos y cada mochuelo a su olivo. Porque yo los días que libro dos días por la noche no salgo. Porque si libro dos días y uno voy a fuego, el otro lo pierdo.

Un mes antes, el 11 de mayo, el agente hablaba abiertamente del pase de drogas con un presunto narcotraficante, apodado el manos sucias: "Te juntas con la mafia. Ahora me voy a currar, que esta semana curro todos los fines de semana, todas las noches, hoy, mañana y pasado. Si quieres pasar un alijo es el momento." 

El 24 de mayo de 2017, son dos de los traficantes investigados quienes hablan de pedir un favor al agente para confirmar quién les está investigando:

Delane.- Hola Samu, hay un problemón. Un problemón. Tienes que llamar a tu colega

Cerezo ya.

Samuel.- ¿Si?

Delane.- Han venido los secretas a mi casa hermano. 

Samuel.- Qué dices...

Delane.- A tocar y todo. Te lo estoy diciendo de verdad, tío. Te lo dije ayer y tú me decías "no te cagues, que no pasa nada". Te lo dije.

Samuel.- Venga, venga, vale. Ahora le llamo ¿Qué ha pasado?

Delane.- Venga, porfa. Pues han venido y yo no estaba. Ha venido a tocarme mi vecino, ahora mismo, que han tocado hasta a la casa del vecino preguntando por mí. Un secreta con un Peugeot 406 o 407 plata y me dice el vecino: yo conozco a todos los guardias y no parecen de aquí. 

Samuel.- Entonces si van de... eso es judicial. Porque él conoce a todos los guardias ¿no?

Delane.- Sí, eso me ha dicho. A no ser que hayan metido nuevos, me dice.

Samuel.- Venga, voy a ver, ahora te llamo. 

200 gramos de coca y 25.000 euros

El 9 de noviembre del pasado año, la Guardia Civil explotó la operación Sakura y detuvo en total a 19 personas, con diez agentes entre ellos. Hubo registros en Alicante, Valencia, Cádiz y Murcia y los agentes localizaron tres laboratorios caseros para adulterar la droga, además de 200 gramos de cocaína, balanzas, pesas para prensado, un arma de fuego y 25.000 euros

Días después, el juez encargado del caso dejó en libertad a todos los agentes excepto a uno, con fianzas que van desde los 3.000 a los 18.000 euros. En su declaración tras ser detenidos, varios de los traficantes investigados reconocieron la venta de droga a algunos de los agentes investigados, además de utilizar principalmente a uno de ellos como protección para asegurar envíos de "entre 100 y 200 gramos semanales" de cocaína.