BERLÍN

Las negociaciones para formar Gobierno en Alemania se han convertido en un auténtico ejercicio de supervivencia política. En vista del preacuerdo presentado el viernes para reeditar una nueva 'Gran Coalición', está claro que Angela Merkel, canciller en funciones desde que se celebraran las elecciones septiembre y lideresa de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), no ha perdido cualidades para sobreponerse a la adversidad.

Sorprende cómo Merkel siempre logra avanzar en política, evitando reconocer que fue la gran perdedora de las últimas elecciones y que perdió también al no poder formar una coalición Jamaica. Pero, al final, ha logrado estar ahí”, señala a EL ESPAÑOL Nils Diederich, politólogo de la Universidad Libre de Berlín.

Este experto alude, por un lado, al fracaso en noviembre de las negociaciones entre la CDU, su Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), los liberales del FDP y Los Verdes y, por otro lado, a los cerca de 2,4 millones de votos que la CDU/CSU perdió en las últimas elecciones respecto a las de 2013. En la cita con las urnas del pasado mes septiembre, el SPD firmó el peor resultado de su historia (20,5%). La CDU/CSU y el SPD fueron claramente sancionados en esos comicios tras una legislatura gobernando en 'Gran Coalición'.

No obstante, el texto presentado el viernes es un primer paso clave para reeditar una alianza entre cristianodemócratas y socialdemócratas liderado por Merkel. El acuerdo acerca a la lideresa de la CDU justo lo que buscaba. A saber, un compromiso para formar un Gobierno estable. “Queremos construir un Gobierno estable y capaz de actuar con acierto”, se lee en este sentido en el documento del preacuerdo.

Es un documento en el que se da y se recibe, como debe ser, y que abre un amplio arco para nuestra sociedad”, según la valoración que hacía Merkel en la Willy Brand Haus, sede del SPD y escenario del último y maratoniano día de las negociaciones. Tras participar en esa extenuante jornada de negociaciones, la lideresa de la CDU destacaba la intención del próximo Gobierno de ocuparse especialmente de las “inversiones de futuro para el país”.

Merkel hizo mención especial a áreas como la digitalización, transportes, energía, educación o la seguridad. La CDU ha logrado que esas intenciones no pasen por subir los impuestos a las rentas más altas, un deseo que el SPD terminó abandonando.



A la derecha de Merkel, el más conservador aún Horst Seehofer, presidente bávaro y líder de la CSU, no ocultaba su satisfacción tras el atracón negociador en la sede del SPD. “Estoy muy satisfecho con el resultado”, señalaba el político bávaro, especialmente preocupado por las cuestiones de seguridad e inmigración. No en vano, su Land fue uno de los más afectados por la acogida de demandantes de asilo en la crisis de los refugiaos que hizo llegar a suelo alemán unos 1,5 millones de refugiados entre 2015 y 2016.

El documento presentado el viernes plantea limitar la llegada de refugiados, estableciendo como límites un número que vaya de “los 180.000 a los 220.000” al año. El texto plantea, además, reducir las posibilidades de reunificación familiar entre los demandantes de asilo. Esto da cuenta de la intención de la próxima 'Gran Coalición' de tener una política migratoria más restrictiva. 



El futuro político de Horst Seehofer, que el próximo otoño afronta elecciones para el parlamento regional de Baviera, dependía en gran medida del resultado favorable de las negociaciones. En una situación aún más delicada se encuentra Martin Schulz. Así lo demuestra el diálogo que mantuvieron él y Seehofer hecho público esta semana en el popular diario Bild. De acuerdo con este periódico, Schulz habría confesado durante las negociaciones: “Si [las negociaciones, ndlr.] van mal, mi carrera política está acabada”.



Martin Schulz está en una posición muy débil. No tiene a todo su partido especialmente detrás de él apoyándole, porque el SPD está completamente divido ante la posibilidad de reeditar otra 'Gran Coalición'”, comenta a EL ESPAÑOL Judy Dempsey, investigadora en Berlín del Carnegie Europecentro de estudios dedicado al 'viejo continente'. El preacuerdo aún debe ser validado en el congreso extraordinario que el SPD celebra en Bonn (oeste) el próximo 21 de enero.



Resistencias en el SPD

En vista de que el preacuerdo acerca de forma casi inexorable la reedición de una alianza gubernamental del SPD con la CDU/CSU, no han tardado en alzarse voces socialdemócratas en contra

Una de las más relevantes tal vez sea la de Kevin Kühnert, líder de Jusos, las juventudes del SPD. “Cuando Schulz y Seehofer dicen que el resultado [de las negociaciones, ndlr.] es fabuloso para ellos, al menos uno de los dos se equivoca”, manifestaba Kühnert el viernes en Twitter, tras ver a Schulz mostrarse satisfecho con el documento acordado con la CDU/CSU. “Hemos logrado un resultado fabuloso”, decía Schulz sobre las negociaciones acompañado de Merkel y Seehofer en la sede del SPD.

Kühnert no está sólo. Le sigue el ala izquierda del SPD. A ella pertenece, por ejemplo, el diputado socialdemócrata Marco Bülow, quien calificaba el resultado presentado el viernes por Schulz y compañía de “vergonzoso”. “Hay que parar a la 'Gran Coalición'", afirmaba Bülow. Por su parte, Hilde Mattheis, otro político del SPD con escaño en el Bundesgtag, contaba el viernes al diario regional Schwäbischen Zeitung su intención de federar la resistencia contra la reedición de una alianza gubernamental de su partido con los cristianodemócratas.

En este contexto, a Schulz no le queda más opción que defender el documento. Para que los delegados lo acepten en Bonn, ese texto ha de presentarse como “un éxito”, según el término que emplea Diederich, politólogo de la Universidad Libre de Berlín. “El SPD necesita presentar claros éxitos para que la votación de los delegados acompañe en el congreso”, abunda este experto. Dempsey coincide con él: “El SPD necesita presentar estas negociaciones como un triunfo”.

De ahí que Schulz se manifestara en términos más que positivos. “El documento refleja el deseo del próximo Gobierno de unir a la sociedad y de organizar el principio de solidaridad, desde las guarderías hasta las universidades, desde las empresas hasta las residencias de ancianos”, según el presidente del SPD. No en vano, de acuerdo con el documento presentado el viernes, de los 45.000 millones de euros de margen con los que se prevé que podrá actuar el Ejecutivo germano en la próxima legislatura, 12.000 millones de euros (un 26,6%) estarán destinados la política social y familiar.



El futuro Gobierno alemán, una “cuestión europea”



Según las estimaciones de la prensa alemana, el SPD habría logrado incluir en el documento del preacuerdo no menos de 60 puntos que los socialdemócratas consideraban prioritarios para formar una nueva alianza. Entre ellos figuran medidas en el área de vivienda, la mejora en las pensiones o el lanzamiento de un conjunto de iniciativas para mejorar la asistencia sanitaria. 



Otro tema de especial relevancia para Schulz es Europa. El otrora presidente del Parlamento Europeo también daba por bueno el contenido del documento en este ámbito. “Queremos fortalecer la UE a nivel financiero, para que pueda desarrollar mejor sus tareas”, se lee en el preacuerdo de SPD, CDU y CSU.



Está por ver qué grado de aceptación gana el documento en los próximos días entre las bases socialdemócratas. De aprobarse el documento en el congreso de Bonn, Schulz, Merkel y Seehofer volverían a sentarse a negociar para dar forma al documento definitivo que les una durante los próximos cuatro años. Sobre este otro texto tendrían que votar las bases del SPD, pero no sus delegados, sino los 440.000 miembros que cuenta el partido.

Puede que ahora esté más cerca la formación de un nuevo Gobierno en Alemania, pero aún hay que esperar. “Alemania espera que haya un nuevo Gobierno, pero también Europa, esta situación se ha convertido ya en un asunto europeo. Hasta que no haya una coalición gubernamental en Alemania, va a ser difícil para el presidente francés Emmanuel Macron avanzar en su agenda para Europa”, sostiene Dempsey, la investigadora de Carnegie Europe. Algunas estimaciones plantean que Alemania podría seguir sin Gobierno hasta el próximo mes de abril.

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