Berlín

No se puede dudar de que Estados Unidos haya sido el principal garante de la seguridad en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Sobre el papel, no hay documento que pueda evaluar fehacientemente el precio de semejantes servicios. Sin embargo, parece que el presidente de la primera potencia mundial, Donald Trump, quiere volver a explotar la sensación de hartazgo que experimentan algunos estadounidenses cuando se les recuerdan las ya tradicionales labores de seguridad que desarrolla su país en el Viejo Continente.

Ya lo hizo en sus días de aspirante a la Casa Blanca. El pasado verano Trump llegó a poner condiciones a la defensa de los aliados de la OTAN. Entonces Trump dijo que en caso de que Rusia atacase Europa, con él de presidente, Estados Unidos socorrería a sus aliados sólo si estos cumplían con “sus obligaciones”. Con esa expresión cabe entender la “obligación” de dedicar más dinero a su propia seguridad y defensa. Asimismo, el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, no asistirá a la cumbre de la OTAN en abril para recibir al presidente de China, un gesto que no contribuye a calmar las preocupaciones de Bruselas.

En esta lógica, Trump tuiteaba lo siguiente horas después de haberse entrevistado por primera vez con la canciller alemana Angela Merkel este fin de semana en Washington DC. “Pese a lo que han oído en las NOTICIAS FALSAS, tuve un gran encuentro con la canciller alemana Angela Merkel. Sin embargo, Alemania debe...”, escribía en dos tuits, “... Enormes cantidades de dinero a la OTAN y Estados Unidos que estos deben pagar por la fuerte, y muy cara, defensa que se ofrece a Alemania”, abundaba el jefe de Estado norteamericano.

El mensaje aludía en su primera parte al revuelo causado por Trump al negarse en un momento del encuentro a darle un apretón de manos a la canciller frente a los fotógrafos. Por otro lado, las alusiones a la deuda alemana a Estados Unidos y la OTAN no tardaron en generar la respuesta del Ejecutivo germano. “No hay ninguna cuenta de deuda con la OTAN”, manifestaba este fin de semana en un comunicado la ministra germana de Defensa, Ursula von der Leyen. 

Es más, desde la sede de la Alianza Atlántica recuerdan a EL ESPAÑOL que en 2016 se registró en Europa y Canadá un incremento del 3,8% del gasto militar. “Veintitrés aliados, incluido Alemania, incrementaron su gasto militar en términos reales en 2016”, señalan a EL ESPAÑOL fuentes de la OTAN.

Estos días, en el cuartel general de la Alianza Atlántica no se cansan de dar explicaciones sobre cómo funciona el presupuesto de la organización militar. “El presupuesto de la OTAN es de 2.000 millones de dólares [unos 1.861 millones de euros]. Los países contribuyen en la parte del presupuesto anual de la OTAN que le corresponde de acuerdo con una fórmula de reparto de gastos basada en el Producto Interior Bruto”, aclaran desde la Alianza Atlántica.

En los presupuestos comunes de la organización –diferenciados entre ámbito “civil” y “militar”–, Alemania contribuye con un 14,6%. Ese porcentaje es el segundo más alto, por detrás del 22% identificado con el de Estados Unidos. Supera al de los otros tres mayores contribuyentes. A saber, Francia (10,9%), Reino Unido (10,4%) e Italia (8,7%). Por su parte, España se encuentra en una aportación del 5,2% a esos presupuestos comunes. Es el octavo país que más contribuye, por detrás de Canadá.

Las aportaciones de los aliados europeos superan en conjunto a la de EEUU. EE

EL 2% DE LA DISCORDIA

Sólo la suma de lo que aportan esas cuatro naciones europeas a la OTAN supera con creces el 22% estadounidense. Pero esto no es lo que tenía en mente Donald Trump cuando tuiteaba el pasado sábado sobre el “dinero” que Alemania debía a Estados Unidos y la OTAN. Su comentario aludía al acuerdo alcanzado en 2014 por los 28 Estados miembros de la Alianza Atlántica por el cual se comprometían a instaurar un horizonte de un 2% del PIB dedicado a recursos militares y a frenar el gasto de defensa que se había venido produciendo en las últimas dos década.

La caída del gasto militar en Europa se frenó en 2015. Ese año, Alemania empleó en defensa 35.900 millones de euros, un montante superado en 2016, en el que las autoridades germanas dedicaron 37.600 millones de euros. Esas cantidades son pequeñas sumas comparadas con los cerca de 600.000 millones de dólares (unos 568.000 millones de euros) que Estados Unidos gasta actualmente en Defensa. Esa cantidad, según el deseo expreso de Trump, podría aumentar en unos 54.000 millones de dólares (unos 51.000 millones de euros).

Según lo acordado por los miembros de la OTAN, el 2% ha de alcanzarse no más tarde de 2024. El Ejecutivo alemán está comprometido a cumplir con ese porcentaje. Actualmente el gasto militar germano representa un 1,2% del PIB. Alemania no figura en el grupo de países que ya dedican ese 2% o más. A saber, un selecto elenco de cinco naciones que encabeza Estados Unidos (3,61%), seguido de Grecia (2,36%), Estonia (2,18%), Reino Unido (2,17%) y Polonia (2,01%).

En este contexto, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha reconocido que queda "mucho por hacer" en materia de gasto militar. El noruego se ha reunido este martes con el secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, y ambos han coincidido "en la importancia de un reparto más justo de los gastos entre los aliados", según un comunicado de la Alianza.

España, por su parte, figura entre los países que menos esfuerzo presupuestario dedican al área de defensa (0,9% del PIB). La mayoría de miembros de la Alianza Atlántica emplean entre un 1% y un 1,5%. Hasta 15 naciones se encuentran dedicando una proporción comprendida ente esos dos porcentajes. Alemania es una de ellas, al igual que Lituania, Letonia y Rumanía, un trío que está en el 1,4%, mientras que Holanda, Dinamarca y Suecia se identifican con en gasto militar de un 1,1% del PIB.

CÁLCULOS EXTRAÑOS DE TRUMP

“Los cálculos de Trump son muy extraños. Al parecer piensa que los países europeos tienen que devolver dinero que tendrían que haber pagado desde hace no sé cuánto tiempo, porque él nunca dio una fecha a partir de la cual tendría que haberse pagado el 2%”, comenta aún sorprendido a EL ESPAÑOL Olaf Boehnke, investigador asociado del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores en Berlín (DGAP, por sus siglas alemanas). 

“Además, hay que considerar hechos como que Grecia supera sí, el 2% del PIB en gasto militar, pero la utilidad que eso tiene para la OTAN es muy poco, porque Grecia no participa en ninguna misión importante de la Alianza Atlántica, mientras que los alemanes gastan menos del 2% pero están en prácticamente todas las misiones de la OTAN, por no incluir las de la ONU o de otro tipo”, abunda Boehnke.

Este extremo también lo subrayan los responsables de la Alianza Atlántica. En Bruselas consideran “importante apuntar que Alemania realiza contribuciones a las misiones de la OTAN en operaciones desde Afganistán a Kosovo, pasando por las operaciones de patrullaje aéreo en el mar Báltico”. “Alemania también lidera el grupo de combate de la OTAN desplegado el mes pasado en Lituania” y, en calidad de “uno de los siete grandes aliados, lidera una de las fuerzas de intervención rápida”, agregan desde Bruselas.

En realidad, según Boehnke “Trump está tratando una vez más de alimentar un debate público para que se consume en su país y en el que él aparece como hombre duro que incluso se enfada con Angela Merkel, y eso que ha reconocido tener respeto por ella”. De acuerdo con la crónica sobre la visita de la canciller a Washington de los medios de comunicación alemanes, Merkel reafirmó a Trump la voluntad germana de llegar al citado 2% del PIB. Pero de esto no parece haberse querido acordar el inquilino de la Casa Blanca a la hora de tuitear.

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