Corea del Sur ha tendido este jueves una mano al Norte después de aprobar el primer envío de ayuda humanitaria para Pyongyang desde 2015, pese a que al mismo tiempo ha reclamado más dureza a la comunidad internacional contra el régimen para que abandone su programa nuclear.

El Gobierno surcoreano ha aprobado enviar 8 millones de dólares (6,7 millones de euros) a Corea del Norte a través de organismos de las Naciones Unidas. La partida irá especialmente destinada a mujeres embarazadas y niños, dos colectivos vulnerables a nivel alimentario ante las malas cosechas que se esperan este año en el país comunista.

UNICEF ha recordado a través de un comunicado que los niños norcoreanos menores de 5 años se encuentran en una situación especialmente vulnerable ante la escasez de alimentos y las deficiencias del sistema sanitario local.

Año de malas cosechas

Al mal rendimiento agrícola de 2017 -motivado por la sequía y las trombas de agua estivales- se une el efecto de las recientes sanciones aprobadas por la ONU como castigo tras la prueba nuclear del régimen norcoreano el pasado 3 de septiembre, y que por primera vez incluyen restricciones a las vitales importaciones de crudo.

En este sentido, el diario especializado Daily NK, que cuenta con fuentes dentro de la hermética Corea del Norte, ya ha alertado de que los precios del combustible, el arroz, el maíz o el agua embotellada están experimentando fuertes subidas en los "jangmadang", los mercados que operan desde hace años con el consentimiento del régimen.

Paradójicamente, el principal diario norcoreano, el Rodong Sinmun, ha dedicado la portada del jueves a elogiar las políticas agrícolas del régimen que afectan a las plantaciones de frutales, coronándola con una foto en que la se ve a un sonriente Kim Jong-un rodeado de manzanos.

División en Seúl por el envío de ayudas

Esta aprobación de la ayuda por parte de Seúl llega después de que algunas voces, especialmente de la oposición conservadora (que gobernó hasta mayo y mantuvo bloqueados los envíos humanitarios durante más de un año), hayan considerado que la cooperación humanitaria se contradice con el actual programa de sanciones.

En este sentido, el ministro portavoz del Gobierno nipón, Yoshihide Suga, ha pedido "cautela" a Seúl en relación a esta medida porque puede afectar a la presión que la comunidad internacional está ejerciendo contra Corea del Norte.

Sin embargo, la Administración Moon ha insistido en las últimas semanas en que ambas cosas deben desligarse y que Seúl va a seguir pidiendo a la comunidad internacional que endurezca la presión sobre el régimen a través de un cumplimiento cada vez más estricto de las resoluciones del Consejo de Seguridad aprobadas contra Pyongyang.

Ese es el mensaje que previsiblemente pronunciará este jueves el presidente surcoreano, Moon Jae-in, ante la Asamblea General de la ONU. Sin embargo, esta línea por la que está abogando Corea del Sur se aparta de la intención inicial de Moon, que durante sus primeros meses de mandato se había mostrado abierto al diálogo incondicional con Pyongyang.

Dura respuesta de Trump

Han sido las continuas e insistentes pruebas de armamento llevadas a cabo por Pyongyang las que finalmente han obligado a su Gobierno a modificar el rumbo y a coordinar una postura más dura con sus dos principales aliados en la cuestión norcoreana, EEUU y Japón.

El mejor reflejo de esto último es que, al igual que Tokio, Seúl no solo no ha criticado el beligerante discurso de Donald Trump ante la ONU, en el que amenazó con "destruir totalmente" Corea del Norte, si no que ha considerado que el mensaje del presidente estadounidense resultó claro y convincente.

Fue precisamente el ministro norcoreano de Exteriores, Ri Yong Ho, el que respondió hoy en Nueva York a las amenazas de Trump, comparándolas con "los ladridos de un perro". "Si piensa que puede atemorizarnos con los ladridos de un perro, realmente es un 'sueño de perro' (expresión coreana para referirse a cosas absurdas o que no tienen mucho sentido)", señaló Ri.

Es la primera respuesta que ha dado a las palabras de Trump Corea del Norte, cuyos altavoces mediáticos extrañamente han guardado silencio al respecto esta semana.

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