El cineasta Antón Calderón y el periodista Diego Torres han trabajado durante años en un proyecto valiente y arriesgado: la realización de un documental que muestra una de las problemáticas más acuciantes de China: la tensión entre la sociedad civil y el poder político.

El viejo loco que movió las montañas

Esta idea les llevó a recorrer el país con dos cámaras de vídeo para filmar el trabajo de cuatro activistas chinos: Deng Fei (que lucha contra la pobreza en las zonas rurales), Da Shi (un joven que a través de una ONG batalla contra la contaminación), Zhang Zhiru (que se dedica a la defensa de los trabajadores) y Hu Jia (disidente político que defiende la democracia y lucha contra el Partido Comunista, premio Sajarov de la UE en 2008).

El resultado es un documental al que han llamado El viejo loco que movió las montañas y que se estrena esta noche en el programa Documentos TV de La 2 de TVE. Posando la mirada en las pequeñas historias de cada uno de los protagonistas consiguen pintar un fresco más grande: "El del activismo social en China y la lucha por las libertades", explica Antón.

Torres fue corresponsal en China durante cinco años en los que estuvo colaborando para diferentes medios de comunicación, entre ellos el diario El Mundo. "Yo había trabajado durante varios años como periodista en China y me llamaba la atención el contraste entre la imagen que podemos tener en España o en Europa del país asiático y lo diferente que es la realidad sobre el terreno", cuenta.

"Se suele pensar que China es una dictadura implacable donde al primero que levanta la voz o se organiza le encarcelan. Esta es una parte cierta de la realidad, pero no es toda la realidad", añade. Y esa es una de las cosas que el espectador puede descubrir viendo el documental: las distintas formas de combatir el poder.

Las cuatro historias

El activista Hu Jia visita a la mujer de un detenido.

Deng Fei creó el proyecto 'Almuerzo gratis para los niños'. Deng era un prestigioso periodista de investigación que gracias a su trabajo se dio cuenta de las enormes desigualdades que existen en su país. Eso le hizo fundar una ONG cuyo objetivo es solucionar la pobreza en las zonas rurales sin criticar demasiado al gobierno.

Da Shi es otro joven chino que combate otro de los grandes problemas del gigante asiático: la contaminación. Y también lo hace a través de una ONG. Según explican Diego y Antón, su caso "es el más inocente de todos; es el que menos encuentros ha tenido con las autoridades y es el que menos consciente es de las consecuencias que puede tener un mal paso".

También hay lugar para los movimientos sindicales, que en este caso aparecen reflejados en los esfuerzos que lleva a cabo el activista Zhang Zhiru, una persona explotada laboralmente y sin apenas educación que tras sufrir un accidente de trabajo decidió ponerse a estudiar y dedicarse a la defensa de los trabajadores. Zhang trabajaba en una fábrica de zapatos taiwanesa y a lo largo del documental cuenta anécdotas terroríficas.

El último de los activistas que aparece en el documental es probablemente el más conocido por el público occidental. Se trata de Hu Jia, defensor de los derechos humanos y premio Sajarov de la UE en el año 2008, que es el más crítico con el gobierno chino. Según señala Antón Calderón: "Hu Jia quiere destruir al Partido Comunista porque son todos unos asesinos y unos criminales. Esa es su postura". No en vano, Hu Jia ha pasado años en la cárcel por su activismo.

Con este documental, Antón Calderón y Diego Torres pretenden abrir un poco la mirada hacia China, mostrarnos los cambios que vive la sociedad, los retos a los que se enfrentan los jóvenes activistas que pretenden con sus acciones cambiar su país. Cuatro 'locos' cuyo objetivo es mover montañas.