El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este sábado aranceles del 30% a la Unión Europea a partir del próximo 1 de agosto y amenaza con duplicarlos si la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, decide responder con represalias comerciales.
La líder europea ha reaccionado minutos después, asegurando que tomará esas contramedidas de respuesta: "Imponer aranceles del 30% a las exportaciones europeas alteraría las cadenas de suministro transatlánticas esenciales, en perjuicio de empresas, consumidores y pacientes a ambos lados del Atlántico", ha dicho Von der Leyen en un comunicado.
El magnate ya advirtió el pasado martes de que esta semana podría enviar una carta que revelara la nueva tasa arancelaria sobre sus exportaciones al país americano. Esta carta se ha materializado y el inquilino de la Casa Blanca la ha publicado en sus redes sociales junto a otra en la que también anuncia nuevos aranceles del 30% para México.
Trump ordena a la UE "permitir a EEUU un acceso completo y abierto para el mercado común sin imponer aranceles": "Si por alguna razón la UE decide incrementar las tarifas arancelarias y vengarse, entonces, sin importar cuál sea el porcentaje que elija, nosotros sumaremos un 30% adicional", amenaza.
Este 30% inicial se suma a los aranceles impuestos a la UE por parte de Trump anteriormente, que ya que afectan al 70% de las importaciones: un recargo del 50% al aluminio y al acero, un 25% a los coches y un 10% general al resto de productos.
El porcentaje de este primer anuncio supone, en cualquier caso, una rebaja: Trump había amenazado a los europeos con un arancel general del 50% a todos los productos si no se cerraba un trato antes del 9 de julio, tregua que posteriormente se alargó hasta el 1 de agosto.
La carta de Trump y la respuesta de la UE
El republicano asegura que se trata de "un intento para reducir el gran déficit comercial" que sufre su país: "Por favor, entienda que estos aranceles son necesarios para corregir los muchos años de la política arancelaria y no arancelaria de la UE y de las barreras al comercio que han generado el gran insostenible déficit comercial contra los Estados Unidos", prosigue en otro tono.
"¡El déficit es una gran amenaza para nuestra economía, de hecho, para nuestra seguridad nacional!", reitera. Sin embargo, asegura que dará marcha atrás en su decisión "si la Unión Europea o sus empresas deciden fabricar productos en Estados Unidos".
En ese sentido, Trump destaca que el Gobierno de EEUU hará "todo lo posible para obtener las aprobaciones de forma rápida" de empresas europeas que quieran fabricar en Estados Unidos.
La Comisión Von der Leyen creyó hasta el último minuto que un acuerdo comercial de mínimos con la Administración Trump era posible. En caso de fracasar las negociaciones, la UE dijo que impondría aranceles a productos estadounidenses por valor de 95.000 millones de euros. De hecho, ya ha anunciado
"Seguimos dispuestos a trabajar para lograr un acuerdo antes del 1 de agosto. Al mismo tiempo, tomaremos todas las medidas necesarias para proteger los intereses de la UE, incluida la adopción de contramedidas proporcionales si fuese necesario", avisa la presidenta de la Comisión.
Al final de su carta, Trump asegura también que "desea seguir trabajando" con la UE "como socios comerciales durante muchos años": "Si desea abrir el, hasta ahora, cerrado comercio con EEUU y eliminar sus aranceles y barreras comerciales no arancelarias, nosotros quizás consideremos un ajuste a esta carta", concluye.
Las fallidas negociaciones
Trump ha tomado esta decisión a pesar de haber calificado la actitud de la UE como "amable" durante las negociaciones comerciales, cuando, dice, les "trataron muy mal hasta hace poco".
"Ahora están siendo muy amables con nosotros y veremos qué pasa. Solo quiero que sepan que una carta significa un trato", dijo el mandatario.
Por su parte, Von der Leyen también calificó las conversaciones comerciales como "positivas", dejando así en segundo plano los preparativos para adoptar medidas de represalia si la negociación fracasa.
De hecho, los 27 daban por hecho el pasado miércoles que se salvaban nuevas subidas de aranceles y confiaban en cerrar un acuerdo comercial de mínimos con EEUU "en los próximos días".
"El motivo por el que estamos trabajando día y noche para hallar una solución es porque consideramos que los aranceles afectan negativamente a las empresas", dijo la propia presidenta del Ejecutivo comunitario.