Mary Trump es psicóloga clínica y escritora, y también sobrina de Donald Trump, al que no tiene especial cariño. En su última entrevista para la CNN, ha asegurado que su tío lleva defraudando impuestos durante "décadas", en relación con las investigaciones que se ciernen sobre el ya expresidente de Estados Unidos.

"En primer lugar, nunca ha ganado dinero -ha explicado Mary Trump a la cadena-, y cada centavo que tiene era en realidad de mi abuelo inicialmente. En segundo lugar, se demostrará que no dio nada para causas benéficas, y lo más probable es que haya estado cometiendo fraude fiscal durante décadas".

Para ella, es una "gran victoria" que la Corte Suprema haya accedido a las declaraciones de impuestos del magnate, pero no así que esto no haya sucedido "hace mucho tiempo". "Donald lo ha estado haciendo durante décadas -insiste Mary Trump-, y ya es hora de que el pueblo estadounidense tenga acceso a exactamente lo que ha estado sucediendo y probable siga sucediendo".

"Narcisista sin principios"

En 2020, Mary Trump publicó un libro sobre su tío, con el revelador título de 'Too Much and Never Enough: How My Family Created the World's Most Dangerous Man' ('Demasiado, pero nunca suficiente: cómo mi familia creó al hombre más peligroso del mundo'). En sus páginas, lo califica como "un narcisista sin principios".

En la obra, que salió a la venta el 14 de julio en Estados Unidos -un mes más tarde llegó a España-, la autora, en calidad de psicóloga, sostiene que "las patologías de Donald son tan complejas y sus comportamientos muchas veces tan inexplicables que llegar a un diagnóstico preciso y completo requeriría de larga serie de pruebas que nunca se sentará a hacer".

El libro también deja a Trump de incapaz si no fuera por la herencia familiar. "No hay forma de saber -sostiene su sobrina- si sin ese dinero prosperaría o incluso si sobreviviría en el mundo real".

Mary Trump no tiene relación alguna con el núcleo familiar del expresidente desde hace años. Es hija de Fred, hermano mayor de Trump, quien fracasó en su intento de encargarse de los amplios negocios inmobiliarios del patriarca de la familia y acabó muriendo con 42 años de una enfermedad relacionada con el abuso del alcohol.

Donald menospreció a Fred durante años, contó recientemente The New York Times, y se burlaba de sus problemas con la bebida.

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