Polonia y varios países de la OTAN han vuelto a desplegar sus aviones durante la mañana de este sábado como respuesta a un nuevo ataque masivo ruso contra Ucrania, que ha golpeado el oeste del país en zonas fronterizas con la UE.
El ataque del Kremlin, en el que se emplearon 40 misiles y 580 drones, ha dejado al menos tres muertos en la región de Dnipró durante la madrugada y llega después de la incursión de cazas rusos en el espacio aéreo polaco y estonio en la jornada del viernes.
Mientras Moscú niega haber violado el espacio aéreo y acusa a Occidente de querer "obstaculizar" las conversaciones para finalizar la guerra, la Unión Europea ha prometido reforzar el flanco oriental para defenderse de las "amenazas" y "provocaciones rusas".
Después de una semana marcada por las denuncias de Rumanía, Estonia y Polonia ante la presunta incursión de cazas rusos en su espacio aéreo, los objetivos del ataque de la pasada madrugada han incluido regiones occidentales que hacen frontera con territorio UE.
Según el ejército ucraniano, se emplearon 580 drones, 32 misiles balísticos y 8 misiles de crucero, aunque la mayoría fueron derribados por los sistemas de defensa.
En total, Kiev ha contabilizado tres muertos y más de 30 heridos, en lo que el presidente Volodímir Zelenski ha calificado como una nueva "estrategia para aterrorizar" a la población.
La escalada ha obligado a Varsovia a reaccionar y, por ello, las fuerzas armadas polacas han confirmado mediante un comunicado que varios de sus aviones y de países miembros de la OTAN como Italia o Suecia se han desplegado para "garantizar la seguridad".
“En nuestro espacio aéreo ya operan aviones polacos y aliados, mientras que los sistemas terrestres de defensa aérea y de reconocimiento por radar se encuentran en su máximo estado de alerta”, reza la publicación, difundida en X.
"Estas acciones son de carácter preventivo y están orientadas a asegurar el espacio aéreo y proteger a los ciudadanos, especialmente en las zonas adyacentes a la zona amenazada. El Comando Operacional de las Fuerzas Armadas está monitoreando la situación actual y sus fuerzas y recursos subordinados permanecen totalmente preparados para una respuesta inmediata", añade la publicación.
Moscú lo niega
En la última semana, hasta tres miembros de la OTAN (Rumanía, Estonia y Polonia) denunciaron la violación de su espacio aéreo por parte de Rusia, pero el Kremlin niega los hechos.
En la jornada de este viernes, Estonia denunció que tres aeronaves sobrevolaron su territorio durante 12 minutos, mientras Polonia alertó de que otro par de aviones de combate sobrevolaron una de sus plataformas petrolíferas en el Báltico.
A través de Dmitri Peskov, portavoz del presidente del presidente ruso, Moscú ha negado estas acusaciones. Para el Kremlin, la OTAN está utilizando estas acusaciones para "fomentar la confrontación y obstaculizar una solución para la situación en Ucrania".
Uno de los cazas rusos que violaron el espacio aéreo de Estonia este viernes.
El Ministerio de Defensa ruso ofreció su versión y afirmó que tres aviones MiG-31 realizaban un vuelo rutinario entre Karelia (Finlandia) y Kaliningrado sobre aguas neutrales, a tres kilómetros de suelo estonio y "sin violar" ningún espacio aéreo.
Estas explicaciones chocan con la versión del ministro de Asuntos Exteriores del país báltico, Margus Tsahkna, que explicó que los aviones rusos fueron interceptados por aviones italianos desplegados en la zona en el marco de operaciones de la OTAN para defender el Mar Báltico.
El ministro aseguró que es la "cuarta" vez que Rusia invade su espacio aéreo en lo que va de año, en lo que calificó como una nueva "prueba" de la "creciente agresividad" y las "provocaciones" de Moscú.
Reacción europea
Más allá de las repercusiones militares, en lo político, la escalada ha provocado una reacción por parte de varios líderes europeos y un aparente enfriamiento de la relación entre Vladímir Putin y Donald Trump.
En una entrevista publicada este sábado en el diario británico The Guardian, el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, ha elevado el tono al asegurar que las garantías de seguridad para Ucrania tras un hipotético acuerdo de paz implican que la Coalición de Voluntarios ha de estar dispuesta a "luchar contra Rusia" en caso de que se produzcan nuevas agresiones en el futuro.
"Las garantías de seguridad son un factor disuasorio. Para que esas garantías sean efectivas, por definición, deben implicar estar dispuesto a luchar contra Rusia. No podrán vetarlo. Da igual si los rusos no están de acuerdo, ya que no han de tener influencia en las decisiones de países soberanos e independientes", afirma.
No obstante, Stubb asegura que esas garantías de seguridad necesitarían el respaldo estadounidense y solo entrarían en vigor después de un acuerdo entre Rusia y Ucrania que ve "muy lejano".
"Perder la guerra sería demasiado para Putin. Ha cometido un error de cálculo y soy bastante pesimista respecto a su vuelta a una mesa de negociación", señala el mandatario.
En los últimos días, la escalada bélica ha coincidido con la aprobación del 19º paquete de sanciones impuestas por Bruselas contra Moscú por la invasión de Ucrania en febrero de 2022.
La alta representante para la Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, calificó las incursiones rusas en el territorio estonio como una “violación extremadamente peligrosa"; mientras la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, prometió que Europa reforzará el flanco oriental para hacer frente a las "provocaciones y amenazas" rusas.
La "decepción" de Trump
La intensificación de los bombardeos y los órdagos contra los países de la organización atlántica también han salpicado a la relación entre Vladimir Putin y Donald Trump, hasta ahora principal garante del diálogo entre Moscú y Occidente para poner fin a la guerra.
A su llegada a la Casa Blanca, Trump prometió acabar con la guerra en "24 horas" y se mostró muy duro en su encuentro público con el mandatario ucraniano Volodímir Zelenski.
Sin embargo, la falta de entendimiento para establecer un alto el fuego y los intereses cruzados entre Washington y Moscú han ido enfriando la esperanza de encontrar una solución al conflicto en el corto plazo.
Durante su visita al Reino Unido de la pasada semana, Trump aseguró que Putin le había "decepcionado" ya que esperaba que las negociaciones para poner fin a la guerra en Ucrania iban a ser "más sencillas".
