Teherán

Más de 59 millones de iraníes están llamados mañana a las urnas para elegir un nuevo presidente, en unos comicios marcados por una presencia mayoritaria de candidatos conservadores y en los que está en juego la participación.



Los ciudadanos tendrán que decidir finalmente solo entre cuatro candidatos, ya que tres de los aprobados por el Consejo de Guardianes optaron en el último momento por retirarse de la carrera electoral.



El candidato favorito es el clérigo ultraconservador y actual jefe del Poder Judicial, Ebrahim Raisí, quien tiene un 57,3% del apoyo de los votantes, según un sondeo publicado la víspera por la televisión estatal en inglés Press TV.



Sus rivales son Abdolnaser Hematí, exgobernador del Banco Central de Irán y el único moderado; Mohsen Rezaí, actual secretario del Consejo de Discernimiento y antiguo comandante de la Guardia Revolucionaria; y el conservador vicepresidente primero del Parlamento, Amirhosein Qazizadeh Hashemí.

Renuncia de candidatos

El abandono poco antes de la cita con las urnas es una práctica habitual en Irán. Los aspirantes de perfil más bajo suelen retirarse a favor de alguno de los candidatos de tendencia similar con más opciones de ganar.



Said Yalilí, quien fue secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional y negociador nuclear, y el diputado conservador Alireza Zakaní, anunciaron su respaldo a Raisí al hacer pública su renuncia.



"Ahora que una gran parte de la sociedad le ha mostrado su apoyo al querido hermano Ebrahim Raisí, es apropiado que todos los partidarios del Frente Revolucionario desde ya le ayuden con su voto a aceptar esta gran responsabilidad", afirmó en su mensaje Yalilí.



Ayer, 210 parlamentarios iraníes firmaron una declaración en la que pedían a los "candidatos de la Revolución", en alusión a los conservadores, que abandonaran la escena electoral en apoyo a Raisí.



El último acto electoral celebrado antes de la jornada de reflexión de este jueves fue de hecho de los seguidores de Raisí, quien se congregaron en la plaza Palestina de la capital con fotografías de su candidato y banderas iraníes.



También se retiró el aspirante reformista Mohsen Mehralizadeh, quien fue en el pasado vicepresidente, lo que podría beneficiar a Hematí, aunque las encuestas realizadas hasta ahora por medios oficiales le dan una intención de voto muy baja.

Jornada electoral

Los colegios electorales estarán abiertos desde las 7 de la mañana de este viernes hasta la medianoche, aunque el plazo podrá extenderse hasta las 2 de la madrugada si hay colas de votantes, según el ministro del Interior, Abdolreza Rahmaní Fazlí.



En anteriores elecciones, las autoridades ampliaban normalmente varias veces ya al anochecer la apertura de los colegios, pero no se anunciaba directamente su cierre a una hora tan tardía como en esta ocasión.



Rahmaní Fazlí explicó en rueda de prensa que habrá 66.800 centros de votación en todo el país y que, de las 59.310.307 personas convocadas a las urnas, 1.392.148 ejercerán por primera vez su derecho a voto.



Unos 70.000 inspectores del Ministerio del Interior supervisarán el proceso electoral con la ayuda de efectivos del Consejo de Guardianes y de los representantes de los distintos candidatos.



"Con el uso de los dispositivos de autentificación existentes en todos los colegios electorales, está completamente descartado el fraude", subrayó el titular de Interior.

Participación

Debido a la apatía de la población, el descontento con el sistema y la ausencia de candidatos reformistas de peso, se espera una baja participación en estos comicios. Los sondeos más optimistas apuntan a un 46%.



Por ello, se han sucedido los llamamientos a acudir a las urnas, entre ellos el del líder supremo, Alí Jameneí, quien urgió este miércoles a una gran participación popular para otorgar "más dignidad" al sistema teocrático y evitar que aumente "la presión del enemigo".



Jameneí advirtió de que los enemigos del país, tanto externos como internos, tratan de "desanimar a la población" para que se abstenga, pero "en realidad buscan debilitar el sistema" y causar inestabilidad.



También el presidente iraní, Hasan Rohaní, instó a una masiva participación para "fortalecer al sistema" y mejorar la situación del país: "Si hay algún problema, la solución es acudir a las urnas", apostilló.



En opinión del catedrático de ciencias políticas de la Universidad Azad de Teherán, Mehdi Motaharnia, es "muy probable que la participación sea baja".



"Es la primera vez que la opción de abstenerse es tan fuerte, incluso entre el nivel medio de la sociedad, de tal modo que ya muchos han tomado la decisión antes sin prestar atención a la campaña electoral", explicó el analista a Efe.



El ambiente habitualmente polarizado entre reformistas y conservadores ha dado paso en estas presidenciales, según Motaharnia, a "la bipolaridad entre participar y no en las elecciones". 

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