Tánger

Estados Unidos (EEUU) es la primera gran potencia mundial que reconoce oficialmente la soberanía de Marruecos sobre todo el territorio del Sáhara Occidental, pero no será la última.

Al igual que el todavía presidente estadounidense Donald Trump; el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, ha sellado acuerdos comerciales, políticos y militares con el rey Mohamed VI, encargado de la política exterior marroquí.

A cambio, en el país vecino cuentan con que Reino Unido será la siguiente gran potencia mundial que abra un consulado en el Sáhara Occidental, donde además los británicos ya tienen empresas instaladas trabajando a pleno rendimiento.

El 26 de octubre de 2019, ambos países acordaron en Londres mantener la asociación comercial Marruecos-UE, cuando entre en vigor el brexit en 2021. Además, lo pactado ya fue ratificado este año por el gobierno marroquí y por el consejo de ministros, presidido por el monarca en Rabat.

Al margen de la alianza comercial, acordaron tres instrumentos jurídicos, entre ellos un pacto mutuo sobre el acceso al mercado británico de todos los productos procedentes del Sáhara Occidental. De tal manera que la pesca, la agricultura y los fosfatos saharauis (tres cuartas partes de la reservas conocidas en el planeta) accederán al mercado británico en las mismas condiciones que los marroquíes.

Así lo confirmaba el ex embajador británico en Rabat Thomas Reilly en una entrevista con EL ESPAÑOL en el mes de agosto: “Los productos agrícolas y pesqueros del Sáhara Occidental están incluidos en el acuerdo comercial con Marruecos”.

Además, una vez sea oficial la salida del país británico de la Unión Europea se verá la creación de acuerdos militares y de seguridad en el Sáhara Occidental.

De hecho, Reino Unido apoya el reconocimiento estadounidense de la marroquinidad del Sáhara. Un día después del anuncio de Trump, el ex ministro británico Derek Conway calificó el decreto de “extremadamente útil” y “muy alentador”.

Para este político, miembro de la plataforma internacional de apoyo al Sáhara marroquí, la apertura de un consulado estadounidense en Dajla, que anunció ayer Trump, “no solo refleja la legitimidad de la soberanía marroquí sobre el Sáhara, sino que también reconoce el progreso económico que está experimentando la región gracias a los esfuerzos realizados por el país”.

Este reconocimiento internacional del Plan de Autonomía por parte de una segunda gran potencia como Reino Unido, tras EEUU, animaría a otros países a seguir sus pasos, piensan en Marruecos.

España y Francia

Sin embargo, el país vecino echa en falta el apoyo a su plan de autonomía del Sáhara por parte de los gobiernos de sus dos grandes aliados comerciales en los últimos años, España y Francia. Ambos países se posicionan dentro del marco de la UE y de acuerdo con la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

De todas formas, los grandes empresarios franceses y las multinacionales galas instaladas en Marruecos están presionando a París porque se están quedado sin la obtención de terrenos en el Sáhara Occidental para seguir creciendo comercialmente en la costa atlántica.

Ante el anuncio de Trump, desde el ministerio francés de Asuntos Exteriores manifestaron que el país "considera el plan de autonomía marroquí como una base de negociación seria y creíble".

En cuanto a España, Marruecos se ha apuntado otro tanto con la anulación de la XII Reunión de Alto Nivel (RAN), prevista para el 17 de diciembre en Rabat, y aplazada hasta el mes febrero “debido a la situación epidemiológica por la Covid-19”, según anunciaron el jueves en un comunicado conjunto.

La cumbre fue anunciada en Twitter recientemente por el primer ministro, Saadeddine El Otmani, tras una conversación telefónica con su homólogo español. Sin embargo, nunca fue confirmada por la Casa Real. Como adelantó este periódico el 1 de diciembre, el rey Mohamed VI no tenía intención de recibir a Pedro Sánchez amparándose en dos posibles excusas: la Covid o la agenda real.

¿Febrero?

Así el jueves por la mañana Rabat avisó a Madrid de la suspensión de la RAN con la excusa a la pandemia, a pesar de que los casos positivos son los mismos que cuando se programó y, además, Marruecos ya tiene en marcha una campaña de vacunación masiva que viene de China.

Ambos países concordaron informar públicamente a los ciudadanos mediante un comunicado conjunto a las 21.00 horas. Fue entones cuando en España entendieron la maniobra de Marruecos, que poco antes de las 17.30 emitía un comunicado real informando del decreto presidencial de Trump, mientras este lo contaba también a la opinión pública en tres tuits.

Por eso, algunas autoridades temen que en febrero se vuelva a aplazar -incluso hasta el verano- con la misma excusa, con la intención de presionar a España que irá viendo como otros países, incluido Reino Unido, abren consulados en el Sáhara Occidental. Lo que está claro es que "España tendrá que elegir bando", coinciden en señalar fuentes marroquíes.

En Palacio niegan que el motivo de la suspensión de la RAN se deba a la enfermedad crónica del rey Mohamed VI. “Estuvo toda la noche hablando con los líderes políticos mundiales acompañado de los consejeros reales”, explican a EL ESPAÑOL fuentes de la Casa Real.

Es conocido el trabajo nocturno de Mohamed VI, pero además el viernes lo acompañaron tres consejeros clave: Yassin Mansouri, recién llegado de Asia donde ha firmado más acuerdos sobre el reconocimiento del Sáhara; Fouad Ali Himma, y André Azoulay, que estuvo en los acercamientos de Rabat y Tel Aviv en los últimos meses.

En esa larga noche, hubo comunicación desde Palacio con el presidente recién elegido en EEUU, Joe Biden. La conversación la mantuvo el primo del monarca, Moulay Hicham, que retomó las buenas relaciones con la familia real después de haber estado autoexiliado en EE UU. Por supuesto, con el consentimiento de Mohamed VI.

Control del Estrecho

La diplomacia en manos del rey Mohamed VI, sus principales consejeros reales y el ministro de Exteriores Nasser Bourita es un eje básico en la negociación al servicio del interés principal y estratégico del país: la integridad territorial.

Marruecos apostó por la cooperación Sur-Sur con su reingreso en la Unión Africana (UA) e impulsó las alianzas con una gira por el continente, encabezada por el rey y un grupo de empresarios que firmaron acuerdos de cooperación, inversión, comercio e intercambio económico en diversos sectores; además de varios proyectos sociales y de desarrollo en los ámbitos de la sanidad, la educación y la vivienda. Esas inversiones se ven ahora reflejadas en el apoyo a la adhesión territorial del Sáhara Occidental.

Así, una veintena de países tienen ya representación consular en el Sáhara Occidental y otra decena se ha comprometido a instalarse en las principales ciudades, El Aaiún y Dajla. A ellos se unen ahora EEUU e Israel.

Los próximos serán varios estados asiáticos, donde ha pasado varios meses el consejero real Yassin Mansouri, también jefe de la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED), la agencia de inteligencia marroquí exterior y militar.

EEUU y Reino Unido buscan el control del Estrecho, y Marruecos ha ganado dos aliados y fuerza para anexionarse definitivamente el Sáhara Occidental, que es el verdadero reto del país.

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