Berlín

La militancia del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), el socio de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) en la 'gran coalición' que dirige la canciller Angela Merkel, ha elegido al frente del partido a Saskia Esken y Norbert Walter-Borjans, una pareja de políticos crítica con la 'gran coalición'.

Casi medio año. Ese tiempo ha estado el SPD lamiéndose sus heridas después de que el pasado mes de junio dimitiera Andrea Nahles como presidenta del partido. Esas heridas, en realidad, estaban ahí antes de la salida de Nahles. Y siguen abiertas, algo que también va en detrimento de la 'gran coalición' que dirige la canciller Angela Merkel.

Para colmo de males políticos, el sábado se imponían por sorpresa en la segunda y decisiva votación de la militancia del SPD por la presidencia del partido Saskia Esken y Norbert Walter-Borjans. Son dos políticos poco conocidos para el gran público en Alemania. Ambos se han mostrado críticos con la idea de mantener la 'große Koalition' con la CDU de Merkel.

Esken y Walter-Borjans eran presentados el sábado como victoriosos en la segunda votación de las primarias socialdemócratas, en la que se hicieron con el 53% de los votos. Se impusieron al dúo que figuraba como favorito, compuesto por Klara Geywitz y Olaf Scholz. Éste último es todo un vicecanciller en la gran coalición de Merkel y ministro de Hacienda. Scholz y Geywitz lograron un 45% de los votos.

Su derrota fue tan clara como sonado es el golpe político que supone ese 45% para el ministro más relevante del SPD en el Gobierno. El resultado del sábado también es un varapalo para la 'gran coalición' de Merkel. Porque Esken y Walter-Borjans, descritos habitualmente como políticos “opuestos a que la 'gran coalición' siga”, se han dicho favorables a “renegociar el acuerdo de coalición” firmado por las direcciones de SPD y CDU tras las elecciones generales de 2017.

Esken y Walter-Borjans se han hecho con la presidencia del SPD gracias al apoyo de los sectores más críticos del partido con la 'gran coalición'. Entre ellos figuran, por ejemplo, Jusos, la organización de los jóvenes socialdemócratas que lidera Kevin Kühnert, el 'enfant terrible' del centro-izquierda alemán y un político de creciente influencia. Kühnert no ha ocultado su deseo de entrar en la dirección del partido. No sería de extrañar que Esken y Walter-Borjans le abran las puertas de las altas instancia del SPD.

No obstante, este tipo de decisiones han de esperar. El próximo fin de semana celebra el SPD un congreso donde ha de hacerse oficial la toma de poder del dúo ganador del sábado. Hasta entonces, se presume que habrá acalorados debates en el SPD sobre qué ha de hacerse a continuación con la 'gran coalición'. En cualquier caso, “el resultado de la votación no va hacer las cosas más fáciles para la 'gran coalición', seguro que no”, comenta a EL ESPAÑOL sobre el resultado de las primarias socialdemócratas Julian Zuber, politólogo y consultor especializado en asesoría política.

Así, “el futuro de la coalición está en duda”, se leía en el diario progresista Süddeutsche Zeitung al poco de darse a conocer la victoria de Esken y Walter-Borjans. Con todo, ellos se mostraban conciliadores el sábado, conscientes de que los socialdemócratas necesitan, ante todo, hacer piña. “Sólo juntos podemos hacer al SPD fuerte otra vez”, decía Esken en la Willy Brandt Haus de Berlín, la sede central de los socialdemócratas.

A nadie se le escapa que, pese a la clara victoria del dúo más izquierdista al que podía votar la militancia del SPD en la segunda ronda de estas primarias, la socialdemocracia germana está dolorida. Si hoy hubiera elecciones generales, el SPD, el decano de los partidos de Alemania y aún uno de los tradicionales pilares de la política germana, apenas representaría un 13% del electorado. Esto es lo que indican las encuestas que menos suerte atribuyen al partido de centro-izquierda.

Un partido en horas muy bajas

Esken y Walter-Borjans tienen una misión complicada: levantar un partido en horas muy bajas. No es seguro que lo logren. A los socialdemócratas les faltó muy poco para quedar noqueados del todo por los malos resultados obtenidos en las elecciones regionales de este otoño en Sajonia y Turingia. Allí, el SPD cosechó, respectivamente, un 7,7% y un 8,2% de los votos. En ambas regiones, el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) superó al SPD. En ambos casos la derecha de la derecha teutona se hizo con más de un 20% de los votos.

Muchos en el SPD piensan ahora, tal y como ha dicho Dietmar Woidke, el presidente socialdemócrata de Brandeburgo, que el partido podrá “volver a ir hacia delante”. El proceso de renovación de la presidencia, sin embargo, “ha durado mucho, ha sido un proceso largo”, según Woidke. “Pero ahora el SPD está en buena forma”, ha planteado el presidente de Brandeburgo. Puede que hable acusando exceso de optimismo.

En realidad, “el partido tiene problemas estructurales, no sabe a qué electorado dirigirse, es un problema que lleva ahí mucho tiempo. Y hay división sobre qué respuestas dar a este problema”, dice Zuber, el politólogo y asesor. El SPD también acusa - y la victoria de Esken y Walter-Borjans es una prueba de ello - que la reedición de la 'gran coalición' en esta legislatura fue una problemática solución de urgencia.

“Aquello fue una solución política de urgencia después de que la CDU, Los Verdes y los liberales del FDP fracasaran a la hora de construir una inédita 'coalición jamaicana'”, recuerda Zuber. “El SPD reaccionó anteponiendo los intereses nacionales a los del partido. En el SPD quisieron formar un gobierno estable, no un gobierno en minoría de Merkel”, abunda Zuber.

Reeditar la 'gran coalición' causó divisiones entre socialdemócratas, una división que no escapa a los analistas. “Rara vez ha habido tanto miedo a la división en el SPD”, ha escrito este fin de semana Mike Szymanski, corresponsal político en Berlín del Süddeutsche Zeitung.

Está por ver si a la 'gran coalición' de Merkel le queda resiliencia para permitirse un dúo de críticos con Ejecutivo alemán al frente del SPD. “Puede que sea un problema que haya gente en contra de la 'gran coalición'” al frente del SPD “pero, ¿cuál es la alternativa?”, se pregunta Zubert. Entre las opciones que se barajan, figura dejar gobernar a Merkel en minoría. Sea como fuere, “la falta de respuesta del grupo en el SPD que está en contra de la 'gran coalición' es el punto débil de estos opositores a la 'gran coalición'”, concluye Zuber.

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