Estados Unidos y Turquía llegaron este jueves a un acuerdo que prevé un alto el fuego en la ofensiva turca en el noreste de Siria y la retirada de las milicias kurdas de una franja fronteriza de 32 kilómetros de ancho.

"Hoy, Estados Unidos y Turquía han acordado un alto el fuego en Siria", dijo el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, en una rueda de prensa en Ankara después de reunirse más de cuatro horas con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

También el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, participó en el encuentro, cuyo objetivo era poner fin a la ofensiva que Ankara lanzó el 9 de octubre pasada bajo el nombre de Operación Fuente de paz.

Pence declaró que EE.UU. y Turquía han acordado la retirada de las milicias kurdosirias Unidades de Protección del Pueblo (YPG) de una franja fronteriza de 20 millas (32 kilómetros) de ancho en las próximas 120 horas, es decir, en 5 días.

¿Se queda Turquía en casa?

Momentos después de la rueda de prensa de Pence y Pompeo, el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu, compareció para confirmar el acuerdo, si bien lo presentó con algunas diferencias respecto a la versión de sus colegas norteamericanos.

"No es un alto el fuego, ya que un alto el fuego se firma entre Estados", dijo el jefe de la diplomacia turca en alusión a que la contienda de su país no se dirige contra Siria, sino contra las milicias YPG, que Ankara considera terroristas por sus vínculos con el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

"Nosotros únicamente suspendemos nuestra operación durante cinco días, y le pondremos fin cuando se haya retirado el grupo terrorista", precisó Çavusoglu.

Divergencias aparentes

La diferencia no es solo semántica. Pence no aclaró en ningún momento quién tomaría el control de la zona mientras que Çavusoglu afirmó que correspondería a las Fuerzas Armadas turcas ejercer esta labor.

Un documento de 13 puntos en turco e inglés, difundido a la prensa momentos más tarde por la oficina de comunicación de la Presidencia turca, afirma que "la zona segura estará primordialmente bajo control de las Fuerzas Armadas turcas", si bien añade que "ambas partes incrementarán su cooperación en todas las dimensiones" de la implementación del acuerdo.

Las divergencias no acabaron ahí. Pence subrayó que Turquía se compromete a no realizar ninguna operación militar en Kobani, una ciudad de mayoría kurda en el norte de Siria junto la frontera turca, de importancia simbólica para la población kurda por el largo asedio que sufrió por parte del yihadista Estado Islámico en 2014.

Pero Çavusoglu le contradijo momentos más tarde: "Nunca hemos dicho, como afirmó Pence, que no entraríamos en Kobani. No hay ningún compromiso al respecto". Y tampoco el texto difundido por el Gobierno turco menciona a la famosa ciudad kurda.

Retira la amenaza de sanciones

En lo que sí coincidieron Pence y Pompeo, por un lado, y Çavusoglu, por el otro, es que el fin de la operación "Fuente de paz" significa también que Washington no aplicará sanciones económicas contra Turquía, como había amenazado antes el presidente estadounidense, Donald Trump.

"Este acuerdo es posible gracias a las buenas relaciones entre los dos dirigentes", declaró Pompeo, en referencia a Erdogan y Trump.

"Estados Unidos está definitivamente en contra de la operación turca en Siria, lo ha dicho abiertamente Trump", recordó el secretario de Estado.

Antes incluso de que Pence y Pompeo comparecieran ante la prensa para anunciar el acuerdo, Trump ya había avanzado en la red social Twitter su enhorabuena por el pacto.

"Es un gran día para la civilización. Estoy orgulloso de Estados Unidos por seguirme en un camino necesario, aunque poco convencional. Hay gente que lleva muchos años intentando hacer este 'acuerdo'. Se salvarán millones de vidas. Enhorabuena a TODOS", tuiteó el jefe de la Casa Blanca.

¿Logrará Turquía sus objetivos?

Lo que no ha quedado claro es qué es lo que cede Turquía en este pacto, porque sobre el papel más bien parece que consigue el cien por cien de sus objetivos en el noreste de Siria, y ahora con el respaldo de Estados Unidos.

La retirada de las tropas estadounidenses de la zona, que, anunciada por Trump la semana pasada, en la práctica daba luz verde a la invasión de Turquía, había dejado a las YPG enfrentándose solas a las tropas turcas, cuando una retirada parecía difícilmente aceptable para la milicia siriokurda.

La franja de 32 kilómetros de ancho y 480 de largo, desde el Éufrates hasta la frontera iraquí, engloba casi todo el territorio habitado por kurdos en Siria, controlado desde casi el inicio de la guerra civil por una administración kurda autónoma.

Pero además, Erdogan ha dicho reiteradamente, y Çavusoglu lo repitió en la rueda de prensa, que el Gobierno turco piensa asentar en esa franja entre uno y dos millones de los 3,6 millones de refugiados sirios residentes en Turquía, lo que cambiaría de forma definitiva la demografía del norte de Siria.

El acuerdo no menciona este aspecto y solo afirma, como destacó Pence en su intervención, que Turquía y Estados Unidos "colaborarán en la lucha contra el Estado Islámico y a favor de los derechos humanos y la protección de grupos religiosos y étnicos".

Tampoco dice nada sobre una posible llegada a la zona del Ejército regular de Damasco, tal y como prevé un acuerdo alcanzado esta semana entre las YPG y el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad.

Es probable que este aspecto se tratará en la cumbre que celebrarán el próximo 22 de octubre Erdogan y su homólogo ruso, Vladímir Putin, en la ciudad rusa de Sochi.

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