El presidente electo de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, se ha defendido este sábado de las sospechas de evasión fiscal que han surgido en torno a las operaciones bancarias de un exempleado de uno de sus hijos, según ha destapado un informe publicado esta semana por el Consejo de Control de Actividades Fiscales (Coaf) del Ministerio de Hacienda brasileño.

De acuerdo al Coaf, por la cuenta bancaria de Fabricio Queiroz, exasesor de Flavio Bolsonaro, pasaron en el período de un año 1,2 millones de reales (unos 315.800 dólares), cifra considerada "incompatible" con su salario, que era de 23.000 reales (unos 6.000 dólares).

El organismo fiscal también detectó que Queiroz depositó 24.000 reales (6.400 dólares) en una cuenta de Michelle Bolsonaro, esposa del presidente electo y quien, como él, no declaró ese dinero a las autoridades fiscales.

El líder de la ultraderecha brasileña, que asumirá el poder el 1 de enero, reiteró en declaraciones a periodistas que ese dinero correspondía a la devolución de un "préstamo" que él mismo le hizo tiempo atrás a Queiroz, a quien dijo conocer desde hace años. Según Bolsonaro, el empleado de su hijo pasaba por dificultades financieras y, cuando fue a devolver el dinero, él mismo le pidió que lo depositara en la cuenta de su esposa y no lo incluyó luego en su declaración de renta.

"No lo puse en mi cuenta porque tengo dificultades para ir a los bancos, para andar por la calle. Entonces, lo dejé en manos de mi esposa. Pero nadie recibe dinero sucio con un cheque nominal", declaró para subrayar que no habría en ese asunto ningún acto de corrupción. También afirmó que si el hecho de no haber incluido ese dinero en su declaración de renta supuso algún tipo de "error", está dispuesto a corregirlo y "asumir la responsabilidad ante el Fisco".

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