La permanencia de Angela Merkel como canciller, tras dieciocho años al frente de la presidencia de la CDU -siendo trece de ellos jefa del Gobierno alemán-, cuelga de un hilo. Puede que su partido, la Unión Cristiano Demócrata (CDU), termine por cortarlo este viernes en la votación del congreso que celebra en Hamburgo la formación conservadora. La cita es histórica. Desde hace 47 años la CDU no vive una elección por la dirección del partido con más de un candidato. Este viernes hay tres aspirantes: Annegret Kramp-Karrenbauer, Friedrich Merz y Jens Spahn.

En la votación, Merz tiene opciones de ganar. Es un veterano conocido de la CDU de innegable talento político que en su día fue desechado por Merkel. Merz pasa por ser un conservador de la CDU. De ganar este hombre de 63 años la votación de los delegados del partido reunidos en Hamburgo, la canciller podría dejar la jefatura del Gobierno alemán más temprano que tarde.

Por suerte para Merkel, la canciller cuenta con una candidata afín: Annegret Kramp-Karrenbauer. Hay quien la llama 'Mini-Merkel' o 'Merkel 2'. Lo justifica que fuera elegida a principios de este año secretaria general del partido con la bendición de la canciller. Para erigirse en ese puesto, recibió un 98,9% de votos a favor. En la CDU nadie había logrado antes un resultado tan a favorable para acceder a la secretaría general del partido.

Entre Merz y AKK -como se conoce aquí a Annegret Kramp-Karrenbauer- está previsto se decida la gran mayoría de los delegados de la CDU, aunque existe otro candidato. Se trata del joven Jens Spahn, quien a sus 38 años apunta una ambición tan grande como segura parece la tercera posición que ocupará tras la votación.

Desde que Merkel anunciara su renuncia a ser por más tiempo presidenta de la CDU y a volver a presentarse como candidata a canciller, AKK, Merz y Spahn han tratado de aclarar los matices que los separan en un debate relativamente sereno. Los candidatos conservadores siguen tratando con especial atención el tema de la inmigración, un preocupante asunto que ha hecho crecer a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) a expensas de la CDU. Entre 2015 y 2016, el país de Angela Merkel recibió 1,5 millones de demandantes de asilo.

Nada relevante se ha oído decir a los tres candidatos en términos de política europea o internacional. Es más, sólo esta semana ha subido el tono de la confrontación entre los aspirantes, pero no por méritos propios. Ha ocurrido gracias a los políticos conservadores que han estado manifestando su apoyo a uno u otro.

En este contexto, la todavía secretaria general de la CDU está haciendo valer su trabajo dentro del partido y su cercanía a influyentes personalidades del Gobierno y de la CDU, como Peter Altmaier, ministro de Economía y hombre un cercano a Merkel donde los haya. Casi un lustro trabajó Altmaier junto a Merkel como jefe de la Cancillería Federal y ministro sin cartera.

Altmaier apuesta por AKK, del mismo modo que, por ejemplo, Thomas de Maizière, ex ministro de Defensa y del Interior, o Norbert Blüm, una veterana figura de la democracia cristiana de Alemania que, en tiempos del canciller Helmut Kohl, fue 16 años ministro de Trabajo y Asuntos Sociales.

No obstante, el ala más conservadora de la CDU parece estar a favor de Merz. Pese a que dejó de ser relevante durante años en su partido, Merz cuenta ahora con un padrino político importante como Wolfgang Schäuble, quien ha sido tres veces ministro con Merkel. Lo fue primero del Interior, entre 2005 y 2009, y después se forjó una merecida reputación de representante de la austeridad alemana en Europa durante los peores años de la crisis del euro como ministro de Finanzas. Ocupó ese cargo entre 2009 y 2017.

Una CDU divida por culpa de Merkel

Schäuble es actualmente el presidente del Bundestag. Sigue moviendo muchos hilos en la familia conservadora alemana. De hecho, se responsabiliza mayormente a Schäuble de la resurrección política de Merz. "Hay tres candidatos muy buenos, pero tengo una opinión firme: sería lo mejor para el país si Friedrich Merz logra una mayoría en el congreso", ha dicho esta semana Schäuble al diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung.

De tener éxito, su candidato podría dar la puntilla a Merkel. "Si Kramp-Karrenbauer consigue la presidencia de la CDU, parece seguro que Merkel podrá sobrevivir políticamente toda la legislatura, pero si es Merz, él manifestará muy rápidamente su pretensión de ser candidato a canciller y tratará de sustituir a Merkel", dice a EL ESPAÑOL Nils Diederich, politólogo de la Universidad Libre de Berlín.

Qué hacer con Merkel y su legado es un tema que divide entre los conservadores germanos. Pero "esa división que acusa hoy la CDU es parte también del legado de Angela Merkel", dice a EL ESPAÑOL Andreas Rödder, reconocido historiador especializado en política contemporánea de la Universidad de Maguncia (oeste germano). "Yo llevo años diciendo que la CDU está dividida entre quienes son favorables y opositores a Merkel", añade este notorio miembro de la CDU.

Problemática herencia de Merkel a la CDU

En sus casi dos décadas al frente de la CDU, se dice que Merkel ha conseguido con éxito modernizar su partido, acercándolo desde la derecha hacia el centro del espectro político. "Merkel ha hecho que la CDU se ajuste al mainstream instalado por los valores de socialdemócratas y ecologistas. Ha dirigido el partido hacia la izquierda, pero ha dejado agujeros en el espectro político y parte de los cristianodemócratas han quedado con la sensación de no estar representados en la CDU", explica Rödder. "Este es otro problema que deja tras de sí Merkel", añade.

Hasta ahora, el cuarto mandato de Merkel, hecho realidad gracias a otra gran coalición con el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), se ha caracterizado por una perniciosa inestabilidad. Las chispas que han saltado entre el SPD y, sobre todo, la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), los socios bávaros de la CDU, no han hecho nada bien ni a conservadores ni socialdemócratas.

Prueba de ello son los decepcionantes resultados registrados por ambos partidos en las últimas elecciones regionales de Hessen y Baviera. Las elecciones generales del año pasado ya tuvieron sabor a derrota para la CDU. Entonces, la CDU fue el partido más votado. Se hizo con un 32,9% de los votos, un porcentaje muy alejado del 41,5% obtenido en la cita de 2013.

Actualmente, los sondeos de intención de voto dan a la CDU, como mucho, un 28%. Nunca hubo tan poca gente en Alemania dispuesta a votar por el partido de Merkel.