Berlín

La Unión Cristiano Demócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel frenaba este domingo en las elecciones del Land Sarre (suroeste germano) lo que se llama en Alemania el 'efecto Schulz', el empuje en los sondeos del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) tras la llegada de Martin Schulz a la dirección del partido. Los socialdemócratas, que aspiraban a ser la fuerza más votada en esos comicios, tuvieron que aceptar una clara derrota. La CDU logró un 40,3% de los votos según las primeras estimaciones. El SPD se quedó en un 29,5%.

Sólo otros dos partidos lograron superar la barrera del 5% para estar en Parlamento regional. Se trata de la formación izquierdista Die Linke, a la que los sondeos a pie de urna atribuían un 13% y el partido xenófobo Alternativa para Alemania (AfD), que consiguió un 6,1%. Gracias al resultado del domingo, AfD, un partido surgido en 2013, ya está presente en diez parlamentos regionales.

La claridad del triunfo de la CDU sorprendió a los conservadores y causó una importante decepción entre los socialdemócratas. Los últimos sondeos realizados antes de los comicios atribuían a la CDU una ventaja de hasta cinco puntos sobre el SPD. Al final, la diferencia fue sensiblemente mayor. “Hay una clara ganadora en las elecciones y es Annegret Kramp-Karrenbauer”, proclamaba Peter Tauber, el secretario genera de los cristianodemócaratas, en la sede de la CDU en Berlín tras conocerse los resultados. Kramp-Karrenbauer es la primera ministra del Ejecutivo del Sarre desde 2011.

Tras las elecciones del domingo es más que probable que ella siga gobernando gracias a una gran coalición con el SPD. En el Sarre, un Land donde la CDU lleva gobernando 18 años, Kramp-Karrenbauer disfruta de una imagen difícilmente mejorable. En las encuestas, por ejemplo, aparece como más competente y simpática que su rival socialdemócratas, Anke Rehlinger. Kramp-Karrenbauer, por su pragmatismo y satisfactoria gestión hasta la fecha, ha aparecido descrita en los medios germanos estos días como una “mini-Merkel”.

Precisamente Angela Merkel había invitado esta semana a evitar los “experimentos” de una alianza entre SPD, Die Linke y Los Verdes. El plan de los socialdemócratas el domingo pasaba por ser la mayor fuerza política y aliarse con izquierdistas y ecologistas para llegar al poder. Los resultados convirtieron esos planes en papel mojado. En la izquierda, los ecologistas se llevaron el peor golpe. No superando la barrera del 5% y no estarán en el parlamento regional en la próxima legislatura.

“Los Verdes han protagonizado una campaña polémica, con mensajes muy negativos. Era difícil identificarse con ellos”, señala a EL ESPAÑOL Patrick Wiermer, periodista de la emisora regional de la televisión pública ARD. Entre esos mensajes, había uno que utilizaba la figura de Donald Trump, preguntando: “¿Como está usted a favor de la libertad, la tolerancia y la integración?”. En otro se veía un osito de peluche con una etiqueta que marca un precio de 400 euros. “Mamá, ¿porque cuesta un osito de peluche tanto como un sitio en la guardería?”, rezaba el mensaje electoral.



OSKAR LAFONTAINE



“Si queremos hacer que se mueva algo en este país, tenemos que comenzar en el Sarre”, había afirmado Martin Schulz en su mensaje para animar al voto este domingo. La participación en los comicios del domingo alcanzó el 71%, diez puntos más que en la última cita con las urnas, celebrada en 2012. Pero, a primera hora de la tarde, el propio Schulz reconocía, aún sin bajar los brazos, que “no haber conseguido nuestro objetivo hoy no significa que no vayamos a conseguir nuestro principal objetivo, que es cambiar el Gobierno en la República”.

Según explica a EL ESPAÑOL Wolfgang Meyer, profesor de sociología en la Universidad del Sarre, “el voto mayoritario del electorado ha sido un voto para la primera ministra del Land Annegret Kramp-Karrenbauer y para la continuidad de una gran coalición”. A su entender la voluntad del SPD de aliarse con Die Linke, liderada en esta región por Oskar Lafontaine, terminó siendo un “freno para el SPD”.

“Para el SPD fue un problema que se presentara como alternativa con Oskar Lafontaine, quien ya ha sido primer ministro del Ejecutivo regional y quien, aunque cuenta con muchos apoyos, hay más gente que no lo quiere en el poder”, señala Meyer. Lafontaine, en sus tiempos en el SPD, estuvo 13 años en el cargo que hoy ocupa Kramp-Karrenbauer. 

A principios de este siglo, Lafontaine protagonizó un pulso con el canciller Gerhard Schröder por las reformas y recortes sociales implementados por el Ejecutivo de socialdemócratas y Los Verdes tras el cual dejó el SPD para impulsar Die Linke. “Lafontaine casi rompe en su día el SPD, entre los socialdemócratas hay mucha gente que no lo quieren tener de aliado”, según Meyer.

Con Schulz de líder, el SPD ha buscado distanciarse de aquellas reformas. De acuerdo con Wiermer, el periodista de la ARD, “el SPD de ahora ya no tiene mucho que ver con el SPD de Schröder”. Sin embargo, en el Sarre, ni eso ni el 'efecto Schulz' “ha sido suficiente”, según afirmaba Rehlinger, la aspirante derrotada el domingo.

RESULTADOS, NI ANTI-SCHULZ NI PRO-MERKEL

El resultado electoral en el Sarre, pequeño Land habitado por cerca de un millón de personas, permite a la CDU salvar el primer test electoral de este año decisivo para la política en Alemania. El próximo 24 de septiembre habrá elecciones generales, unos comicios en los que Schulz, el aspirante a canciller del SPD, aspira a arrebatar el poder Angela Merkel.

Los sondeos de intención de voto para los comicios de septiembre atribuyen al SPD un tercio del electorado. Antes de que Schulz llegara al liderazgo del SPD, los socialdemócratas se identificaban con una intención de voto rara vez superior al 25%. Por su parte, la CDU de Merkel se le atribuye otro tercio. Las encuestas permiten vislumbrar una campaña dura y un resultado ajustado. Meyer no cree que lo ocurrido el domingo vaya a pesar en ese duelo electoral. “Los resultados en el Sarre no fueron un resultado anti-Schulz y tampoco pro Merkel”, sostiene el sociólogo.

PRÓXIMOS TEST ELECTORALES

Antes los comicios de septiembre, hay previstos en mayo otros dos test. Se trata de los comicios de Schleswig-Holstein, la región más septentrional de Alemania, y los del populoso Land Renania del Norte Westfalia (oeste). En ambas regiones, gobernadas actualmente por los socialdemócratas, el 'efecto Schulz' se ha dejado notar.

Los sondeos en Schleswig-Holstein dicen hoy por hoy que el SPD se impondría con un 33%, mientras que la CDU se quedaría en un 27%. Hace cuatro meses, poco antes de que Schulz tomara las riendas del SPD en enero, a la CDU se le atribuía ese 33%. Un cuarto del electorado se veía entonces votando por los socialdemócratas. En Renania del Norte Westfalia, el SPD acapara actualmente hasta un 40% de la intención de voto según las encuestas más optimistas. Antes de la llegada de Schulz, el porcentaje era ocho puntos menor.

Está por ver si, tras los resultados en el Sarre, el “efecto Schulz” sigue vigente.

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