Pablo Mayo Cerqueiro Cristina G. Bolinches

Las campañas para que los británicos voten por abandonar la Unión Europea en el referéndum del 23 de junio han tomado la delantera en la carrera por obtener financiación.

Peces gordos del mundo de las finanzas o los seguros han realizado donaciones de hasta 3,2 millones de libras para apoyar la salida de Reino Unido de los Veintiocho.

En total, los grupos que piden el voto por el brexit han recabado unos 8,2 millones de libras. Mientras, el movimiento por la permanencia de Gran Bretaña en la UE ha recibido algo menos de 7,5 millones, según datos de la Comisión Electoral de Reino Unido del 1 de febrero al 24 de abril, así que aún queda mucho por recaudar antes del plebiscito.

“Esto es una situación inusual si lo comparamos con otros referendos sobre integración europea que se han celebrado”, afirma Sara B. Hobolt, profesora del Instituto Europeo de la London School of Economics, sobre la ventaja económica que han logrado los euroescépticos tras el pistoletazo de salida.

A poco más de un mes para que los británicos acudan a las urnas, un 43% de los ciudadanos aboga por romper con Bruselas mientras que el 46% quiere permanecer en la Unión, revela el promedio de sondeos del Financial Times.

La mayor donación vino del bolsillo de Peter Hargreaves, fundador de la firma financiera Hargreaves Lansdown, y fue para ‘Leave.eu’ (Dejar la UE), uno de los grupos que hacen campaña por la salida de la Unión. La compañía británica -que se describe como el “supermercado de inversión número 1 en Reino Unido para inversores privados”- ha explicado a EL ESPAÑOL que Hargreaves se retiró del negocio el año pasado.

La segunda donación más grande llegó de una sociedad controlada por Arron Banks, magnate inmobiliario y simpatizante del partido antieuropeo UKIP. Banks, uno de los fundadores de Leave.eu, donó dos millones de libras al grupo rupturista ‘Grassroots Out’ (Movimiento de base por la salida).

Mientras en el bando europeísta ‘Britain Stronger in Europe’ (Reino Unido más fuerte en Europa) ha capitaneado el esfuerzo para mantener a Londres dentro de las fronteras comunitarias, en el bando euroescéptico ha habido competencia por el liderazgo.

Dos colectivos, ‘Grassroots Out’ y ‘Vote Leave’ (Vota por irte), pelearon por obtener la denominación de “campaña principal” por el brexit de la Comisión Electoral, un título que conlleva ciertos privilegios frente a las otras campañas rupturistas como la capacidad para gastar más dinero en la recta final del plebiscito o el acceso a salas públicas.

A mediados del mes pasado, la autoridad británica designó a ‘Britain Stronger in Europe’ como campaña principal del dentro y a ‘Vote Leave’ como primera campaña del fuera argumentando que ésta “representa en mayor medida que ‘Grassroots Out’ a aquéllos que hacen campaña por la salida”.

“La cuestión ahora es si a partir de ahora todas las otras donaciones al bando del fuera irán a la campaña principal [Vote Leave]”, dice Raoul Ruparel, codirector del centro de análisis e investigación británico Open Europe, quien piensa que los dos bandos del referéndum irán más o menos igualados en la carrera por el dinero.

Ruparel afirma que ha habido gran “enemistad” entre las campañas rupturistas y que no está claro cómo van a relacionarse ahora que una de ellas ha sido privilegiada por la Comisión Electoral. Sin embargo, la división entre campañas antieuropeístas no significa necesariamente una desventaja electoral, asegura. “Eso también les permite atraer a diferentes grupos y a un amplio abanico de gente y exponer argumentos distintos y eso podría maximizar el conjunto de personas que toca el bando del fuera”, argumenta.

Las campañas principales a favor de la permanencia y salida de Reino Unido de la UE no respondieron a las peticiones de entrevista de EL ESPAÑOL acerca de sus estrategias electorales y su financiación.

LAS MULTINACIONALES APOYAN A BRUSELAS

El dinero de los colectivos que defienden la salida de Reino Unido de la Unión procede sobre todo de donantes individuales. Las donaciones de compañías -dejando a un lado la sociedad a través la que donó Arron Banks, el magnate inmobiliario- suman apenas 341.000 libras y ninguna de estas empresas es una multinacional reconocida.

Este medio de comunicación ha intentado ponerse en contacto con algunas de las empresas que abogan por decir adiós a la Unión Europea. Una de ellas, IM Group, especializado en la importación de coches asiáticos, ha puesto al brexit 50.000 libras. Tampoco ha contestado la empresa de tratamiento de agua Biwater (que ha aportado 12.000 libras); ni la compañía que gestiona el puerto de Bristol. Esta última, The Bristol Port Company, ha ingresado al bye a Europa otras 50.000 libras.

El panorama es distinto en el bando del dentro. También hay grandes carteras entre los europeístas. Es el caso de Lord David Sainsbury, que ha donado 2,7 millones a la causa europea. El siguiente mayor donante individual de la causa europeísta con 750.000 libras es David Harding, que dirige uno de los mayores fondos de inversión del globo. En tercer lugar está Lloyd Dorfman, que dirige Travelex, un gigante del intercambio de divisas.

Pero un buen pedazo de la financiación de la campaña del dentro viene directamente de las propias multinacionales.

En el listado de sociedades a favor y en contra de la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, las más conocidas abogan por la permanencia. Estas últimas, en total 14 compañías, aportan más de 1,86 millones de libras, según las cifras publicadas por la Comisión Electoral. Y hay compañías que destacan. Por ejemplo, dos entidades financieras enfocadas a la inversión, como Citigroup y Morgan Stanley, junto con la agencia Bloomberg suman, entre las tres, 750.000 libras, a razón de 250.000 libras cada una.

Sólo entre esas tres sociedades suman el 10% de toda la contribución económica  (particulares incluidos) a la campaña a favor de la permanencia, que supera los 7,45 millones de libras. Otra firma de inversión, Grovepoint Capital, también ha aportado 250.000 libras, lo mismo que la firma de ingeniería William Cook Holdings.

Sin embargo, la firma que más ha contribuido a esta causa ‘proeuropea’, según la Comisión Electoral, es The Tower Limited Partnership. Bajo este nombre, de nuevo, están dos firmas de inversión. Se trata del negocio británico del gigante BlackRock y de LaSalle Investment Management, que constituyeron The Tower Limited Partnership para invertir en representación del plan de pensiones de los empleados de Royal Mail, el ‘Correos’ británico.

Y hay más multinacionales europeas, aunque su contribución a la campaña por la permanencia es menos significativa. El grupo de consultoría PriceWaterhouseCoopers (PwC), el gigante aeronáutico Airbus y el gestor ferroviario Eurostar (el tren que une la isla con el continente europeo) han puesto, cada una, 7.508,5 libras.

Morgan Stanley y Citigroup se negaron a hablar a EL ESPAÑOL sobre sus donaciones políticas. En el caso de Citigroup se especificó que no es política de la entidad comentar sobre estas transferencias.

Las campañas en el referéndum sobre la UE sólo reportan ingresos por encima de las 7.500 libras, por lo que las microdonaciones no quedan registradas en los datos de la Comisión Electoral.

Un reciente análisis de YouGov muestra que los jóvenes, los ciudadanos más educados y los partidos de oposición al margen de UKIP tienden a favorecer la permanencia de Londres en los Veintiocho. Mientras, los conservadores están divididos. Un 56 prefiere el brexit -como Peter Cruddas, tesorero del Partido Conservador, que dio 350.000 libras a esta causa.

Sara B. Hobolt, de la London School of Economics, advierte de que la ventaja económica con que cuenta el bando euroescéptico no es significativa y que en referendos pasados el bando con más dinero perdió, por lo que las libras no son garantía de victoria. Asimismo, la experta recuerda que el Gobierno -cuyo líder, David Cameron, quiere que Reino Unido se quede- se gastó nueve millones en panfletos con argumentos sobre los beneficios de permanecer dentro de la Unión.

“Lo que puede importar más es la movilización al nivel de las bases y aquí el bando a favor de salir tiene una ventaja porque puede utilizar la red local de campaña del UKIP”, afirma. “Los datos han mostrado que es más probable que la gente que se opone a la permanencia vote que aquéllos que quieren que Gran Bretaña se quede en la UE. Esto sugiere que la capacidad de que el bando del dentro para movilizar a sus seguidores para que vayan a las urnas puede ser crucial de cara al resultado del referéndum”.

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