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A día de hoy, al pasear por los pasillos de los supermercados, hay muchas preguntas que asaltan al consumidor. En ellas, desfilan conceptos como el de la comida ultraprocesada, la cantidad de azúcar que contienen los productos, de grasas saturadas, si son con o sin gluten o cómo se digieren según qué alimentos.

Otra de esas dudas es aquella sobre la que intenta arrojar luz Boticaria García en su pieza de la semana para Magas. ¿Es mejor consumir leche de vaca o de cabra? Más allá de mitos y modas, las redes sociales y la ciencia han decidido poner el foco sobre ello, abordando también el potencial inflamatorio de esta bebida

¿Es una de estas opciones una alternativa viable a la otra debido a esta razón que se menciona?, ¿se trata de algo que conviene matizar? La experta aplica su mirada divulgativa en esta ocasión para solventar la pregunta y tomar decisiones basadas en hechos y no en hipótesis que pueblan según qué plataformas de internet. 

La farmacéutica arranca su discurso diciendo que es habitual haber oído conversaciones que giran en torno al tema de que tomar lácteos de ganado vacuno provoca hinchazón y que quizás lo conveniente sería sustituirla por otra variedad.

Sin embargo, prosigue de forma optimista diciendo que llega cargada de buenas noticias. "Se han estudiado a fondo las propiedades de ambas propuestas y las personas sanas pueden consumir las dos sin problema", afirma la divulgadora.

Las diferencias entre los lácteos no son demasiado significativas. iStock

Entonces, teniendo en cuenta sus palabras, ¿cuáles son las diferencias entre apostar por una u otra? "En primer lugar, las proteínas", destaca. "La leche de vaca es más rica en un tipo concreto de estas moléculas y la de cabra en otras que pueden resultar más fáciles de digerir para algunas personas", comenta. 

Otra diferencia que señala es el tamaño de los glóbulos de grasa. En el caso del producto caprino, estos son más pequeños y eso facilita que según qué perfiles la digieran mejor. "La buena noticia es que la mayoría del público tolera bien tanto una cosa como otra", dice Boticaria García.

En estos casos, lo idóneo es que el consumidor escoja su bebida de preferencia, ya que "nutricionalmente los dos tipos son muy similares".

Además, la farmacéutica aclara que cuando "no se dan molestias digestivas, no es recomendable hacer cambios anecdóticos en la alimentación, puesto que esto puede retrasar el diagnóstico de una posible patología".

Como de costumbre, concluye diciendo que lo mejor ante este tipo de dudas, muchas veces infundadas, es consultar con el médico para que valore de forma individual cada caso.