En la actualidad, pasear por los pasillos de muchos supermercados implica un bombardeo de suplementos alimenticios. Entre los que más destacan están los multivitamínicos, la vitamina D y el Omega 3, un complemento del que habla Boticaria García en su última pieza en vídeo para Magas.
La farmacéutica y nutricionista comienza con una pregunta básica, ¿cuál de las opciones que se encuentran en el mercado habría que escoger? "Si hablamos de los aceites de pescado, que son los más comunes, estas son algunas pistas", comenta la experta en referencia a las indicaciones que habría que seguir para elegir la mejor opción en cada caso.
El primer criterio que hay que seguir es que es algo fundamental saber cuánto EPA y DHA, dos ácidos grasos esenciales, contiene por dosis. El primero destaca por sus beneficios antiinflamatorios y cardiovasculares. El segundo es imprescindible para el desarrollo y funcionamiento del cerebro y también para la visión.
En cuanto a cantidad, debería haber al menos 500 miligramos por cápsula, según aclara Boticaria García. "Importante, 1.000 mg de aceite de pescado no es sinónimo de esa misma cuantía de Omega 3", especifica.
Por otro lado, es esencial que en los suplementos aparezcan las palabras triglicéridos naturales o reesterificados (una forma concentrada y purificada de estos ácidos grasos), ya que estos se pueden absorber mejor.
Un aspecto muy curioso es que, de acuerdo a las palabras de la profesional, "el envase del producto debe ser oscuro para evitar que se enrancie". Además, señala que habría que almacenarlo en un lugar diferente al baño o la cocina, puesto que son espacios en los que suele haber más cambios de temperatura, lo que provoca que se estropee.
Boticaria García posando para esta revista.
El último detalle a tener en cuenta es el del certificado IFOS (Fish Oil Standards). Este distintivo es la máxima garantía internacional de calidad, pureza y seguridad para los complementos de Omega 3. "Esto implica que el 60% del aceite proviene de la EPA y DHA. Además, indica la ausencia de metales pesados y contaminantes".
En esta lista de elementos que no deberían estar presentes se encuentran el mercurio, el plomo, el cadmio y el arsénico, por ejemplo. Se da debido a la bioacumulación en los peces, de los que se extrae la sustancia. Todos representan un riesgo para la salud, en especial para el sistema nervioso, cardiovascular y endocrino.
Esta clasificación también supone que el suplemento tenga bajos niveles de oxidación, lo que es sinónimo de frescura y de que no hay productos indeseables debido a la degradación de la sustancia.
Boticaria García confirma que en caso de tener dudas al respecto, lo más razonable es siempre consultar con el farmacéutico, un profesional que sabrá determinar la mejor alternativa para cada usuario.
