Publicada
Actualizada

En tiempos de anglicismos y neologismos, donde el lenguaje más técnico se ha inmiscuido en la vida cotidiana, términos como el de la luz azul se han introducido en el vocabulario popular. Ya sea para hacer referencia a supuestos problemas de la vista o a cómo daña la piel, esta radiación está presente en conversaciones que se dan en centros ópticos y farmacias.

Sobre ello se cuestiona la divulgadora Boticaria García, que comienza su intervención en su último vídeo para Magas lanzando al aire la pregunta de si de verdad la tez sufre ante este tipo de exposición. "La polémica está servida", afirma de forma tajante.

Uno de los primeros detalles que aclara es que "aunque nos pasemos el día delante del ordenador y del móvil, la intensidad de la luz azul que nos llega del sol es unas 300 veces mayor que la que viene de los dispositivos".

Con este comentario, la farmacéutica pretende hacer hincapié en el hecho de que hay que resguardarse fundamentalmente de la radiación del astro rey, no de la que emiten las pantallas a las que habitualmente se está expuesto por cuestiones profesionales o de ocio.

Partiendo de esta base, otro factor que hay que tener en cuenta es a qué pieles les afecta más esta luz azul. Boticaria lo explica: "Malas noticias para las personas con piel más oscura". Esto se debe a que "se ha demostrado que esta radiación estimula la actividad de los melanocitos y esto puede favorecer la aparición de manchas".

Y cuando estas pautas iniciales quedan claras, ¿qué se puede hacer? Afortunadamente, "hay evidencias de que los protectores solares que combinan filtros ultravioleta A y B con filtros de luz visible son más eficaces para prevenir manchas de tipo melasma".

Boticaria García posando durante su grabación de la pieza para Magas. Esteban Palazuelos

Para acertar con la compra de estos productos hay que elegir opciones que indiquen en su etiquetado que, en efecto, hacen frente a la luz visible. "Son, por ejemplo, los que contienen óxidos de hierro", asegura.

Estas indicaciones se encuentran recogidas en la clasificación INCI, también conocida como lista de ingredientes, a la que remite la experta. En cualquier caso, ante cualquier duda, el farmacéutico que atienda en el establecimiento de venta siempre puede ayudar al cliente a escoger la opción más adecuada para sus necesidades.