Publicada

Dicen que el desayuno es la comida más importante del día, y aunque muchos nutricionistas matizan esta afirmación, lo cierto es que no hay nada como empezar el día con una rutina que aporte energía, vitalidad y sí, también buen humor.

Lola Herrera, actriz icónica y referente del teatro español, lo sabe bien. A sus 90 años, aunque aparenta que tiene muchos menos, mantiene una costumbre que se ha convertido en una lección de bienestar.

Como ha confesado ella misma, comienza sus mañanas con un desayuno sencillo, pero de lo más equilibrado y lleno de nutrientes. Comienza siempre con un kiwi y termina con una tostada de pan integral con queso batido y un toque de mermelada.

Hartos de leer sobre dietas milagro, ayunos intermitentes y cafés detox que prometen "milagros", la elección de Herrera destaca por su naturalidad y equilibrio.

Una fórmula que demuestra que cuidarse no significa complicarse, sino apostar por los básicos de siempre con un extra de organización y constancia.

El desayuno de Lola Herrera

Lejos de improvisar, Lola es meticulosa con la primera comida del día. "Me dejo todo colocado: la máquina de café con todo arreglado, la tostada de pan preparada para tostarla. Muy organizado. Cuando me levanto me encanta verlo ya todo preparado y no tener más que dar un botoncito y ya", confesaba en una entrevista a Patricia Pérez.

Esta forma de organizarse le permite desayunar con calma, sin prisas y con la satisfacción de mantener una rutina que la acompaña desde hace años.

Esa disciplina diaria es clave. Aunque tenga compromisos desde muy temprano, Herrera madruga un poco más para poder dedicar tiempo a su desayuno, su ducha y su preparación sin estrés.

Una costumbre que, según los expertos, ayuda a regular el cortisol, la hormona del estrés, y a arrancar el día en un estado de mayor equilibrio mental.

El kiwi: una joya

El desayuno de Lola empieza siempre con un kiwi, una de las frutas más recomendadas por los nutricionistas. Su aporte de vitamina C es incluso superior al de la naranja, lo que lo convierte en un aliado indispensable para reforzar el sistema inmune y mejorar la absorción de hierro.

Además, es rico en fibra soluble, que contribuye a regular el tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento, un problema frecuente a medida que pasan los años. También es fuente de antioxidantes, esenciales para frenar el envejecimiento celular y mantener la piel luminosa.

Incorporar una pieza de fruta al desayuno es una práctica poco extendida, pero de gran valor nutricional. Y el ejemplo de Herrera muestra que puede ser tan sencillo como añadir un kiwi fresco al plato.

Café con leche: con moderación

Después llega el turno del café con leche, aunque en su caso, como ella misma dice, con "muy poquita leche". El café, consumido con moderación, se asocia con mayor concentración, vitalidad y rendimiento físico.

La pequeña cantidad de leche suma calcio y proteínas, nutrientes fundamentales para mantener los huesos fuertes y prevenir la osteoporosis, especialmente en mujeres a partir de los 50 años.

Una tostada muy completa

La protagonista de Cinco horas con Mario no elige cualquier pan para acompañar su desayuno, sino pan integral con cereales. Una decisión inteligente: los hidratos de carbono complejos que contiene liberan energía de manera gradual, evitando los picos de glucosa que pueden provocar cansancio repentino.

La fibra, sumada a la del kiwi, ayuda a mantener el colesterol bajo control y potencia la sensación de saciedad, lo que le permite aguantar hasta su fruta de media mañana sin necesidad de recurrir a otros tentempiés.

Pero la tostada de Lola no se queda en el pan. Encima, añade queso batido, una fuente excelente de proteínas de alta calidad. A medida que cumplimos años, la pérdida de masa muscular (sarcopenia) es un desafío real, y la proteína es la mejor defensa para mantener fuerza y autonomía.

Además, este tipo de queso es bajo en grasas y muy fácil de digerir, lo que lo convierte en un complemento perfecto para un desayuno equilibrado.

Porque nadie es de hierro, Lola confiesa que también tiene un punto goloso. Lo sacia con un poco de mermelada sobre la tostada. Aunque se trate de un alimento con azúcares, en cantidades moderadas puede formar parte de una dieta equilibrada, especialmente si se opta por versiones sin azúcares añadidos o reducidas en calorías.

Este pequeño capricho le da al desayuno un extra de placer sin desequilibrar el conjunto. Y al final, ese es otro de los secretos de la longevidad saludable: disfrutar de lo que se come.

Lo más fascinante de la rutina de Lola Herrera no es solo lo que come, sino cómo lo vive. La actriz convierte el desayuno en un momento de calma, organización y autocuidado. Se asegura de que sea completo, variado y rico en nutrientes, pero también en disfrute.

Esa combinación de disciplina y placer es, probablemente, lo que explica que a sus 90 años siga siendo un icono de vitalidad.