La longevidad de la población mundial va en aumento. Según la Organización Mundial de la Salud, en 2030 una de cada seis personas en el mundo tendrá 60 años o más y en 2050, la población mundial de personas de 60 años o más se habrá duplicado hasta alcanzar los más de 2.000 millones. Se prevé, además, que el número de personas de 80 años o más supere los 426 millones en 2050.
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Esto es el resultado de una baja tasa de natalidad y, en contraposición, del aumento significativo de la esperanza de vida a nivel global durante las últimas décadas. Pero no todo es negativo en este sentido, la posibilidad de vivir más años trae consigo una oportunidad para disfrutar la vida con los nuestros, siempre velando por cuidar de nuestra salud mental y física.
En la actualidad, envejecer ya no es sinónimo de deterioro. En su lugar, recientemente ha surgido una nueva tendencia llamada well-aging o lo que es lo mismo: el bienestar en el envejecimiento. Este movimiento busca promover un proceso saludable y activo, para disfrutar esta etapa de una forma plena y saludable.
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¿Qué es el Well-aging?
El well-aging es una tendencia que recoge una serie de prácticas y hábitos que buscan que dejemos de negar lo evidente: el tiempo pasa y la importancia de cuidarnos por dentro y por fuera traspasa las fronteras de la edad. En contraposición al pensamiento tradicional sobre el declive inevitable de nuestro estado de ánimo y vitalidad, este nuevo enfoque plantea tres pilares fundamentales:
- Velar por el cuidado de nuestra salud: el bienestar físico y mental es esencial para el concepto de well-aging. En este punto debe considerarse el llevar una dieta equilibrada, hacer ejercicio de manera regular para mantener un peso saludable, y gestionar el estrés.
- Potenciar el desarrollo personal: es muy importante mantener la mente activa, para ello se invita al aprendizaje continuo y a la búsqueda de nuevas experiencias. Es por ello que, por ejemplo, la lectura asidua y la exploración de nuevos hobbies contribuye a mantener la agudeza mental.
- Mantener vínculos sociales: las relaciones de amistad, familia o pareja sólidas y sanas contribuyen significativamente al bienestar en el plano emocional durante la vejez. Por esto es importante mantener contacto social que ayuden a la prevención de la soledad o problemas de salud mental como la depresión, unas de las afectaciones más habituales entre las personas mayores.
Los pilares sobre los que se asienta este concepto tiene su razón de ser. Sobre los beneficios del ejercicio físico, no son pocos los estudios que han demostrado que practicar deporte regularmente contribuye de manera positiva en la reducción de enfermedades cardiacas o la osteoporosis, además de mejorar la movilidad y la funciones cognitiva.
En este sentido, para incorporar el well-aging en tu vida es importante la actividad deportiva adaptada a las circunstancias físicas. Para ello, es altamente aconsejable realizar pequeñas caminatas a diario o buscar cualquier actividad física que se amolde a nuestros gustos y necesidades.
Una dieta rica en nutrientes a través del consumo de una amplia variedad de alimentos frescos y de proximidad, así como evitar el exceso de azúcares, grasas saturadas y productos ultraprocesados, también pueden ayudar a mantener la salud a largo plazo.
Asimismo, la lectura de libros o llevar a cabo actividades mentales como la realización de crucigramas o aprender nuevos idiomas, ayudarán a mantener la mente ocupada y activa, lo que repercutirá directamente en el estado anímico. Así pues, esta positiva tendencia no solo beneficia a los individuos, sino que también contribuye a la construcción de una sociedad más saludable y resiliente.