
La actriz, en el puente de la Arganzuela de Madrid.
Lidia San José triunfa también como divulgadora: "Aún sorprende que los actores hayan ido a la universidad"
La actriz, que protagoniza la serie 'Valiendo madres', ha escrito un libro sobre historia y arquitectura y quiere avanzar en esta faceta cultural.
Más información: La actriz Lidia San José: “Mi madre me dijo 'te eligen por simpática, porque eres la niña más fea del casting”
Tres décadas de profesión en las que ha tocado todos los palos convierten a Lidia San José en uno de los rostros más conocidos de nuestro país. De ella se podría decir que es una obrera de la interpretación porque, más allá del glamour que desprenden los focos, lo que le interesa es poder vivir de esto y siempre ha mantenido los pies bien plantados en la tierra.
El ego que muchas veces acompaña a las actrices no opera en este caso, lleva la humildad por bandera y se siente agradecida por cada oportunidad.A las once en casa,Ala Dina o Paquita Salas son algunas de las exitosas series en las que ha participado, además de un buen número de películas y obras de teatro.
Es historiadora y uno de sus sueños cumplidos ha sido presentar, junto a Leonor Martín, Los pilares del tiempo, un programa divulgativo sobre arquitectura e historia, a raíz del cual también han escrito un libro.
Ahora, la madrileña de 42 años triunfa con Valiendo madres, una producción mexicana que se estrenó a nivel mundial el pasado mes de abril en Prime Vídeo.
Es en ese país donde Lidia reside desde hace casi una década, aunque sus visitas a España para ver a sus amigos y a sus padres son constantes. La cita con ella es en Madrid Río, donde posa con la naturalidad de una estrella que cree no serlo. Se avecinan meses de trabajo intenso, pero antes toca repasar la trayectoria y ahondar en su lado más personal.
La historia de 'Valiendo madres', empieza fuerte: el bebé de una de las protagonistas jugando con un dildo pensando que es un cuerno de unicornio...
Sí, porque además es ahí cuando descubre que su marido le es infiel y empieza a sospechar de sus amigas, las otras madres que tiene alrededor. Esto se debe a la perspectiva que nos han metido de que las mujeres somos malas entre nosotras.
La primera en la que piensa es en mí, porque aún existe ese estereotipo en América Latina, donde la religión está mucho más instaurada, de que las españolas somos muy abiertas.
La serie demuestra también que toda esta competición que nos enseñan no es cierta. Al final, si tú estás mal, quienes te sujetan y te levantan son tus amigas.
Cuando un hombre te rompe el corazón (porque todos lo hacen) ellas te recogen. No son las mujeres las que a mí me han traicionado, son los tíos.
"No quiero verme expuesta y que en los medios se critique mi físico. Parece que el envejecimiento no estaba permitido para las mujeres"
¿Achacarnos falta de apoyo entre nosotras es herencia heteropatriarcal?
Totalmente, pero la realidad es otra. Nosotras somos más poderosas cuando nos unimos y nos ayudamos.
La serie habla de sexo, otro tema importante.
Sí, concretamente de la sexualidad dentro del matrimonio. Hay mujeres casadas y madres que no disfrutan. Mi personaje sí, porque está muy liberada sexualmente, lo que pasa es que ha perdido un poco su identidad a la sombra de su marido, un futbolista de éxito.
A mí me recuerda a Sexo en Nueva York y mi papel sería Samantha.
Y también se desmitifica la maternidad edulcorada, ¿resulta aún muy necesario?
En el caso de Sole, mi papel, ser madre no era algo buscado. De hecho, ella dice: "Ha habido noches de fiesta que he planeado más que este niño". Eso no quiere decir que no lo quiera, pero si volviera atrás no lo tendría, porque es demasiado complejo y exigente para ella.
Me parece que está muy bien que se traten temas profundos en comedias ligeras como esta. La maternidad a veces no es lo que parece.
Ser madre sigue siendo algo que se 'impone' a las mujeres. Tú no tienes hijos, ¿has sentido esa presión?
Claro, se puede pensar que por mi edad lo que pasa es que no he querido dar ese paso, pero no lo saben en realidad. Es verdad que nunca lo he intentado, pero sí me gustaría ser madre y quizá las condiciones no me lo han permitido.
Pero que la gente te lo pregunte directamente, cuando es algo tan privado... eso no se le pregunta a un hombre. Luego vemos que nuestros cuerpos están expuestos a debate público y me parece peligroso que lo hayamos normalizado.
No quiero verme expuesta y que en los medios se critique mi físico. Parece que el envejecimiento no estaba permitido para las mujeres. También se juzga el hecho de estar casada o no.
Sí hay mujeres dispuestas a poner su vida en pos del éxito masculino, pero no hay tantos hombres que lo hagan. Pocos son capaces de aguantar que ella esté por encima, que brille y favorecer ese brillo.
Por mucho que triunfes profesionalmente, si no te has casado y no has tenido hijos, es como que algo falla de cara al exterior...

La actriz ha presentado un programa cultural y ha escrito un libro.
Cambiando de tercio, además de actriz, has escrito un libro sobre historia y arquitectura, ¿cómo te metiste en este jardín, Lidia?
Jamás pensé en hacerlo, aunque me lo habían propuesto. Parece que sorprende que tengas una carrera artística y que, además, hayas pasado por la universidad. Es como si los actores no fuéramos gente suficientemente culta.
Cuando empecé a presentar el programa Los pilares del tiempo con la arquitecta y actriz Leonor Martín, que ha sido uno de los mejores regalos de mi vida, nos escribió el editor por Instagram. Nos hizo la propuesta y dije que sí, porque mi confianza en ella es ciega, en mí no tanta (risas). Ha sido un trabajo durísimo donde me he dejado la vista y he vuelto a ser miope y astigmática.
31 años de carrera y nueve viviendo en México, ¿sientes que se te valora en la profesión en España?
Sí, claro. Sería muy injusto decir que no lo he sido cuando la mayoría de los actores no consiguen ni estar en un personaje fijo en una serie. Yo estoy muy agradecida y creo que he sido muy afortunada durante mi carrera.
He hecho muchas series aquí, teatro, he presentado un programa cultural... Creo que en mi país sí me ha tratado muy bien. Estoy feliz con todo lo que he conseguido y lo que espero seguir avanzando aquí. He podido vivir de mi profesión desde el principio y nunca he tenido que buscar trabajos alternativos como otros compañeros.
"Hace un par de años me sucedió algo que hizo que dejara un trabajo. Me sirvió para entender que hay lugares de los que te tienes que ir, porque me afectó a la salud"
Eso dice mucho de lo bien que tienes controlado el ego. Los hay que nunca se siente suficientemente reconocidos...
Creo que eso tiene que ver un poco con la personalidad y la sensación de insatisfacción de algunos, pese a tenerlo todo, incluso sucede con estrellas de Hollywood.
Mi manera de ver el mundo me la he trabajado mucho y de lo que más orgullosa me siento es de ser feliz con lo que tengo. ¡He hecho castings internacionales como el de Valiendo Madres o Perfil falso, que rodé en Colombia!
Yo empecé en esto con 11 años, de los actores de esa época, ¿cuántos han conseguido entrar en el mundo de las plataformas? Pocos. Y yo actualmente tengo como seis series en emisión. Encima, ahora se me está valorando también desde el punto de vista cultural, de la divulgación.
Pienso en toda esa gente valiosa, con una capacidad actoral brutal que se ha quedado en el camino... Así que sí, me considero una afortunada y solo aspiro a poder vivir de esto toda la vida.
¿Qué te motivó a mudarte a México?
Desde que empecé a hacer la carrera de Historia, que me especialicé en antropología americana desde el punto de indígena, quise vivir allí al menos durante un año. En aquel momento no lo hice, quizá por miedo a lanzarme.
Pero era una experiencia vital que no me quería perder y temía llegar a la vejez y arrepentirme. Así que hace nueve años hice la maleta para vivir el sueño de mi vida. Los primeros meses fueron durísimos, pero hice un cásting, me cogieron y empecé a trabajar.
En México, llegaba virgen a las producciones, no conocía a nadie ni tenía prejuicios, y al revés. He encajado en este mundo y me ha abierto puertas a otros países también. De hecho, dentro de poco voy a Colombia tres meses a rodar, aunque todavía no puedo dar detalles. Me quedaré sin verano, pero...
¿Algún momento especialmente duro de tu carrera?
Hubo dos proyectos donde lo pasé muy mal, no fui bien tratada y con algo que a día de hoy sería impensable que ocurriera en una producción.
Ahora ya se puede hablar después del movimiento #metoo, aunque no me refiero a eso exactamente. Es verdad que en uno de ellos el jefe me tocó el culo, pero fue lo único. Tengo compañeros que han vivido cosas horribles, yo por suerte no.
He tenido mis escenas de cama y siempre con actores que me han cuidado muchísimo. También mis directores han sido respetuosos. Sin embargo, hace unos diez años me sucedió algo que hizo que dejara ese trabajo. Me sirvió para entender que hay lugares de los que te tienes que ir, porque me acabó afectando a la salud.
Mi autoexigencia no me permitió dejarlo antes y lo pasé muy mal. Nunca he hablado de ello, porque no quiero dar el nombre de la persona. De aquella experiencia he aprendido que yo quiero trabajar con buenas personas, aunque la serie, la obra o la película no lo sean tanto. Mi lema es ser feliz y pasármelo bien, me lo merezco.
¿Y con qué trabajos te quedarías de todos los que has hecho?
Muchos... A las once en casa, con Carmen Maura, a la que admiro una barbaridad, y Ana Obregón, que me trató increíble. Y Paquita Salas, obviamente, ha sido un regalo de vida. Los Javis no pueden ser más amorosos, tienen un talento extraordinario. Fue un sueño y claro que me gustaría repetir con ellos.
¿Las mujeres en el cine van logrando el puesto que merecen?
Todavía queda camino por andar, pero se han conseguido cosas. Por ejemplo, Valiendo madres, está escrita por mujeres y eso se nota porque son personajes femeninos que no han sido escritos por hombres.
También hay cada vez más productoras y son mil veces mejores que muchos productores. Las que me han tocado en mis últimos proyectos son muy eficientes, porque además deben de serlo para poder llegar a esos puestos de poder.
¿Has dicho que no a muchas cosas?
Rechacé muchos personajes de niña pija y mona, pero muy planos. Estaba cansada y por eso dejé un poco de lado la televisión. Pero hacerlo ahora pasados los 40 me parece muy maravilloso (risas).
En Valiendo madres, por ejemplo, la presentación de mi personaje a los diez minutos de empezar la serie es follando con mi marido pidiéndole un orgasmo más. Eso me parece maravilloso. Las mujeres a esta edad podemos seguir siendo sensuales y nos gusta el sexo. Somos atractivas para los hombres, porque tenemos más cabeza.

Lidia San José viene a menudo a España a ver a su familia.
¿Alguna asignatura pendiente a nivel personal?
Me encantaría poder seguir formándome y conseguir que se me tenga en consideración como divulgadora cultural.
Cuando yo era pequeña, Fernando Fernán Gómez era el único actor miembro de la RAE y una de sus novelas se estudiaba en COU, y eso para mí era fascinante. Me han invitado a dar una conferencia en la universidad de Granada, así que sería un éxito tener esas dos vertientes.
"Siempre voy a formarme e intentar ser lo más culta que pueda y competir conmigo. Sé que soy una mujer muy válida por el trabajo que he hecho en mí durante estos años"
¿Te cuidas mucho?
Lo intento. Nunca he bebido alcohol, ni he fumado y jamás he probado ninguna droga. Tampoco tomo el sol desde los 25 años.
¿Llevas bien el paso del tiempo o eres esclava de la dictadura de la imagen a la que se somete a las mujeres en la interpretación?
Espero no caer en eso. Cuando yo empecé todas se operaban el pecho, que no lo critico, pero jamás quise hacerlo. Quizá no era la más guapa, pero sí lista, tenía las mejores notas de la clase.
Siempre voy a formarme e intentar ser lo más culta que pueda y competir conmigo en ese aspecto. Sé que soy una mujer muy válida por el trabajo que he hecho en mí durante estos años. Eso me da la seguridad para elegir.
La belleza se va a ir, pero podré seguir avanzando en la tarea de ser una mujer cada vez más interesante, más segura. De todos modos, yo aún no he notado problemas por mi edad a la hora de trabajar. Espero tener la madurez mental y emocional y la cultura para no sucumbir el día que llegue.
¿Cómo ha tratado el amor a Lidia San José?
En general muy bien porque yo me he centrado más en las amistades. Desde pequeña siempre he creído que la amistad es el amor más duradero, es el que vas a tener siempre. Las parejas van y vienen.
Es cierto que he sufrido mucho por amor, porque soy intensa, pero no cambiaría nada. Me han roto el corazón y yo también lo he hecho. En resumen, ha habido de todo, he llorado mucho, pero también me he divertido un montón.