Los focos del teatro están encendidos y apuntan al centro del escenario mientras una joven mezcla su baraja de cartas por última vez. No es la ayudante vestida con ropa provocativa, no es la que desaparece, no es a la que cortan en dos, ni a la que tiran cuchillos atada a una diana giratoria, es la maga. Sopla y extrae un naipe mostrándolo al público. Los asistentes se levantan de las butacas y un estallido de aplausos invade la sala.
Se trata de Inmaculada Quesada (Lucena, 2003), más conocida como Inmagic, una cordobesa que con 12 años se adentró de manera autodidacta en el mundo de la magia. Sus primeros trucos fueron entre las cuatro paredes de su habitación, pero ahora los muestra a miles de personas en un show propio que recorre varias ciudades de España.
Actualmente, se puede considerar la maga más viral de internet, ya que cuenta con 802.000 seguidores en Instagram, 13 millones en TikTok y algo más de 10 en YouTube. Sin embargo, a lo largo de los años, y sobre todo en sus inicios, hubo gente que intentó apartarla de este camino por el mero hecho de ser mujer.
"Mis compañeros de clase me preguntaban por qué hacía magia. Me decían eso solo lo hacían los magos y que las mujeres no eran más que sus ayudantes. Pensé en dejarlo, pero realmente me gustaba mucho", confiesa Quesada.
Echó en falta referentes femeninos en el mundo de la magia y se llegó a sentir sola. Ana Tamariz (Madrid, 1970), la gran maga, hija de Juan Tamariz y directora de su propia escuela de magia, explica que cuando les pide a sus alumnos dibujar a un mago lo tienen muy claro: lo hacen con una chistera y una capa. Sin embargo, a la hora de dibujar magas, se quedan en blanco y si dibujan es algo parecido a un hada.
Inmaculada Quesada en sus primeros años de maga.
Lo más curioso, continúa Tamariz, es que "cuando son pequeños siete de cada diez alumnos suelen ser niñas, pero luego ellas siguen por otras ramas del arte relacionadas con la escenificación. Al llegar a la edad adulta cambian las tornas y de cada diez aprendices, ocho o nueve son hombres".
En España, la carrera de mago no tiene una enseñanza reglada, tan solo el Real Centro Universitario María Cristina en El Escorial, adscrito a la Universidad Complutense de Madrid, expide un título propio de Ilusionismo. En su página web advierten que el perfil de sus alumnos son: "la gran mayoría hombres y esto, como es bien sabido, es una característica típica (y enigmática) de todos los cursos de ilusionismo en el mundo occidental".
El título está avalado por la Federación Internacional de Sociedades Mágicas (FISM), una de las organizaciones más respetadas en la comunidad de magos ilusionistas, ya que coordina docenas de clubes y federaciones de todo el mundo.
Inmaculada Quesada con las placas de 100.000, 1 millón y 10 millones de suscriptores de youtube.
La FISM, cada tres años, celebra el Campeonato Mundial de Magia, en el que ganadores nacionales y continentales compiten en distintas categorías como manipulación, ilusionismo o magia de cerca. El primer campeonato fue en 1948 en Lausana (Suiza) y el último hace tres años, en Quebec (Canadá).
En dichas competiciones, se mantiene la poca presencia femenina. Durante las nueve décadas: de los 653 premiados, solo 21 eran mujeres. Es decir, apenas un 3%.
Magia y K-pop
Inmagic comenzó en la magia gracias a un video de YouTube. En él aparecían el dúo de magos estadounidenses Penn & Teller haciendo una gran ilusión que al final revelaban. Le impactó tanto que al día siguiente se compró una baraja en un bazar y desde entonces no ha parado. De hecho, admite que no puede decir cuantas horas practica al día porque siempre está con un mazo de cartas en la mano.
Hizo el Bachillerato Tecnológico y estudió Marketing y Publicidad, por lo que la magia no estaba entre sus expectativas laborales. Sin embargo, lo que comenzó como una afición, se ha convertido en su trabajo. Ahora ha dejado su ciudad natal, vive en Madrid y se dedica en exclusiva a la magia y a las redes sociales.