Tziporah Salamon es lo que en Nueva York se llama socialité. Sólo en la ciudad de los rascacielos -y en muy pocas otras más- existen personas como ella, porque es precisamente la exuberancia radical que implica sobrevivir en una urbe como esta lo que, a cambio, hace posible la creación de autorretratos estelares, una potencialidad biográfica que tantas ficciones sigue inspirando hoy.

No es inusual por tanto que alguien en La Gran Manzana comience desvelando un origen exótico para su biografía, como Salamon, que relata que nació y creció en Israel, de padres húngaros, ambos artesanos profesionales.

"Mi padre era un jefe de sastrería que sobrevivió al Holocausto cosiendo uniformes nazis y mi madre era una modista consumada que sabía coser, tejer, hacer crochet y bordar”.

[Un año sin Bill Cunningham, precursor del Street Style.]

Tziporah Salamon. Robbie Quinn.

Pero quizá es menos usual que se trate de una mujer como Tziporah, que a fuerza de carisma ha logrado generar una comunidad de miles de seguidores (en su bio de Instagram se define como personaje público, autora, modelo, consultora fashion, actriz y musa de Bill Cunningham) y ha protagonizado campañas como modelo para muchas firmas de alta gama en los pasados años.

Auténtica, imprevisible y “muy Salamon”, Tziporah explica a magasIN cómo fue su infancia, literalmente entre costuras.

“Mis padres hicieron toda mi ropa”, relata. “Crecí rodeada de la riqueza de las telas, el diseño y la ropa suntuosa que hacían mis padres y que nos enviaba mi tía de Texas, que estaba casada con el vicepresidente de Neiman Marcus, una de las mejores tiendas de Estados Unidos".

"Por lo tanto, yo era la chica mejor vestida de nuestro pequeño pueblo de Natanya (Israel) y el listón estaba muy alto. Tuve una infancia dorada, creciendo al lado del país recién establecido y en un hermoso pueblo conocido por sus flores y playas. Yo era Tzippy, la hija del sastre, rodeada de tías y tíos y primos, la favorita de mi clase, y estaba feliz”, continúa.

“Nos mudamos aquí cuando yo tenía 9 años”, continúa, describiendo su llegada a la ciudad de Nueva York. “Fue muy traumático para mí y lloré durante dos años, rogándoles a mis padres que regresaran a Israel. No lo hicimos. Aprendí a adaptarme y, de alguna manera, eso me hizo más fuerte. Rápidamente aprendí inglés, me convertí en una estudiante A y pasé a estudiar Psicología hasta un nivel de doctorado, que finalmente dejé para dedicarme a la moda”.

Salamon comenzó su carrera en el ámbito de la imagen y la creación visual de moda, trabajando “en una fabulosa tienda de ropa vintage donde me enamoré de la ropa antigua. Desde el principio, me encantó todo lo bordado a mano y las piezas únicas y hasta el día de hoy, unos cuarenta años después, todavía me desvanezco con las prendas y los textiles hechos a mano y que cuentan la historia de un pueblo y un lugar”, añade.

Su primera colección de ropa vintage llegó como resultado de una herencia. “Provino de una amiga que coleccionaba desde que era una niña. Renée tiene un ojo excepcional y su colección era lo mejor de lo mejor. Cuando su novio se mudó con ella a su pequeño estudio en Nueva York, solo había una cierta cantidad de espacio en el armario. Para entonces, mucha de su ropa no le quedaba bien, así que me la dio. De nuevo, ¡el listón estaba muy alto!”, relata con cierta ironía.

A la hora de definir qué entiende ella por “estilo”, (un servicio que Tziporah ofrece en forma de talleres y asesorías y que tiene gran éxito en petit comité) acude a los conceptos de “conocimiento” y “riesgo”. Continúa desarrollando la idea.

Tziporah Salamon paseando por Nueva York. Robbie Quinn

Una mujer con estilo es una mujer que conoce su cuerpo, sabe lo que le queda bien y ¡toca su propio tambor! Ese es también mi consejo para las mujeres que quieren mejorar su forma de vestir: conoce tu cuerpo; debes saber lo que te mira; toca tu propio tambor, ¡toma riesgos!"

Siendo ella misma una exitosa usuaria, ¿qué piensa Tziporah de las redes sociales y en concreto de Instagram? “Tengo sentimientos encontrados al respecto”, responde rápidamente. “Si bien son una excelente manera de conocer gente nueva y amigos de ideas afines, también es una forma segura de sentirse mal consigo mismo si compara su vida imperfecta con las imágenes "perfectas" que se presentan en las redes sociales. Take it with a grain of salt! [expresión americana para coger algo con pinzas o tomar algo con reservas]”.

Explosiva, pero reservada respecto a su vida privada y su presente, en cuanto a sus sueños y metas futuras, Salamon relata cómo se siente llena de energía y detrás de “mi propio programa de televisión, llamado YoZIPPY, mostrándome en mi vida diaria, andando en bicicleta por NY, visitando lugares interesantes con amigos interesantes, manteniendo la realidad y mostrándole al mundo que el estilo no tiene límite de edad y que en la vida: ¡te esperan milagros!”